IRES, VENIRES Y TACONES.

Así estoy; voy, vengo, vuelvo a ir, vuelvo a regresar. Regreso a mi inconstancia, a mi locura, a mi ir y venir que parece no tener mucho sentido, la verdad. No hay manera de centrarse. Mi mente bulliciosa no encuentra recodo en el camino en el que parar, sigue, sigue, sigue... La casa es una pista de aterrizaje para todo aquello que tenga a bien aterrizar. La engalanan mil libros y otras mil tazas. No hay concentración, ni rutina, ni objetivo que conquistar. Todo es un ir y venir de la presencia, de la mente, sin agarrarse a nada concreto, nada tiene tiempo en el devenir de los días. Incluso la lectura no tiene riendas marcadas. El sueño también permanece a su libre albedrío. 

Sin embargo concibo este espacio de caos como un descanso, saber que nada es ni tiene que estar de ninguna manera concreta le da a mi espíritu alas, me hace tocar la libertad y me acerca poderosamenta a la verdad de mi vida. Ese fluir de las cosas tan anecdótico y aleatorio es una sabia nueva que en cierto sentido recoloca el mundo de mi mente. Sin obligaciones, la verdad se presenta nítida, grande, irrevocable y ligera. Podría volar con ella.

No saber a qué razón responden los hechos nos coloca ante la mirada de un yo que puja por salir verdadero, es una afrenta. El caos nos acerca a la Verdad. También a sus hijas directas: esas pequeñas verdades que vamos descubriendo mientras vivimos, de las que no somos del todo conscientes, y de las que no alcanzamos a ver a dónde nos pueden llevar. Hoy se muestran más rotundas que nunca:

_Creo rotundamente en Dios.  

_Soy, a pesar de mis tropezones, una persona enormemente feliz.

_ Y te estoy echando mucho de meeeeeeeenos, Diminuta. _De las personas que me rodean eres la que más necesitaba: ordenada, serena, profunda, tranquila, enigmática, poderosa, alegre y coqueta... . Eres la antítesis que da sentido y verdad a mi presencia caótica, deshilvanada, vehemente,  imprevisible y desconcentrada. Joooo... pero cómo te estoy echando de meeeenosss. Y una cosa, cuando veas los zapatos y la pamela que me he comprado... te vas a morirrrrrrrrrrrrr. De la envidia. Bueeeeeno, vaaaaleeee... te los dejo ponerrrrrr :)_

TE quiero DIMINUTA.

3 comentarios:

  1. No sé cómo escribir la sonrisa que me acabas de poner en la cara...
    Volverá, y cuando vuelva, dale un beso y un gran abrazo y... dile bien clarito que la pamela es tuya!!!.

    Bicos.
    Te acompaño un ratito en tu deshilvanada locura.

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  2. Yo también echo mucho de menos a mis grandullonas.:) Un beso.

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  3. También yo vivo últimamente en un desorden terrorífico, pero en mi caso no es reparador. Cada uno necesita cosas distintas; ahora preciso de orden, de mucho orden, dejando espacio también a los imprevistos.

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