Se contagia tu mirada del ritmo de la carretera, el mundo deja de existir. Pasado y futuro se funden. Se mezclan lo vivivido y lo imaginado, también lo presentido. Toda tu vida es esa carretera. En ella, el origen inevitablemente atado al hilo que te une al futuro, ese hilo que cuando tú ya no estés, pueda decirle al mundo que has latido. Tu silencio es ese runrún que te acompaña, y también el sonido de esa diminuta que se ha quedado dormida hace un ratillo ya. Qué preciosa es. Tú y ella. Ella y tú. Origen. Y de repente, el pueblo en el que aún permanece la infancia de tu abuela. Quizá, quizá si el silencio fuera total, aún se pudiera notar la risa de niña risueña que es hoy tu abuela. Es cierto que no la conociste, pero la risa se la pintas así, risueña y tímida. Sigues rumbo hacia no se sabe bien dónde. Los viajes imaginarios son así, carecen de meta. Te dejas llevar por el ritmo de tu viaje, y descansas la mirada en ese horizonte inalcanzable que te mira. Un horizonte que siempre sostiene la figura de tu padre. Cuántas cosas te han salido al paso, te dices, y sólo es un viaje. Sigues en silencio, tu palabra se ha quedado muda. No importa. mientras exista una carretera en la que perderse, no importa. Eso te dices, mientras miras de frente un horizonte al que quisieras tocar. Leve, la carreterra cambia de rasante, recta, sin ninguna curva. Y piensas que así es la sonrisa de tu madre, sin estridencias, suave y ligera. El leve ronroneo del coche envuelve tu pensamiento, mientras, una niña duerme a tu lado confiada. Esa es tu carretera, y es tanto el equilibrio que sientes que has llegado a olvidar todos aquellos puertos que pasaste, la niebla de días apagados y carreteras confusas, las curvas inesperadas que te sorprendieron. El origen del hilo y su continuidad te acunan mientras te dejas llevar lejos, lejos, lejos....
A lo mejor llevas la risa de tu abuela escrita en algún punto kilométrico de tu carretera, también. Besos, buen viaje.
ResponderEliminarSólo las personas especiales, de corazón grande y alma inquieta son capaces de imaginar la risa cantarina de su abuela. Poner juventud donde ya no hay, poner risa donde ya sólo hay una mirada serena.
ResponderEliminarSigue tu camino y dale un besito a tu preciosa...
Besos miles y buen viaje.
Gracias a gente que es capaz de escribir así aprendemos otros a ver mucho más que una carretera en una carretera, emocionarnos con la visión de un horizonte y aprender a querer a alguien que ni siquiera hemos conocido.
ResponderEliminarUn beso (y gracias por enseñarnos a tirar del hilo, y por la música también, of course)
la carretera... que no siempre se parece a 'thunder road'... Y aun así, seguir transitándola
ResponderEliminar...bien bien, no sé de quien hablas Ana, pero yo he pensado en el que hubiera sido mi abuelo, (murió cuando mi padre tenía 3 años)...aveces pienso que si no hubiera fallecido prematuramente, pues...eso que ni hubiera sido ni mi abuelo, ni mi padre mi padre y ni siquiera yo, yo. Pero seguro que de alguna forma trazó un camino (completamente sordo para mí) y aquí estamos...
ResponderEliminarUnos besicos Ana, a repartir con Diminuta! ;)
leyéndote dan ganas de una huida...
ResponderEliminaruna gozada la música que nos regalas por tu rincón, me gusta toda...
Qué bonito. Está bien tener presente a tanta gente en tu memoria.
ResponderEliminarEscribes muy bien, un placer leerte.
ResponderEliminarte dejo mis saludos y deseo tengas
un feliz fin de semana.
un abrazo.
Tu camino es que que te dejaron iniciado y el que tú trazarás con tus hilos y tus maravillosas puntadas de sonrisas perennes.
ResponderEliminarBesos mi niña.
Te deseo un feliz viaje!
ResponderEliminarBesos de asfalto suave para aliviar los baches.
Muchísimas gracias por cada uno de vuestros comentarios.
ResponderEliminar