MISTERIO.



Que la Luz se haga presente en cada uno de los pasos de vuestros días, 
 no importa si La podéis sentir o no; ES.
Que en nuestro camino dejemos la huella de la solidaridad, el esfuerzo, la ilusión, la alegría 
y el interés por cada persona que nos encontremos. 

Que sepamos ir rectamente hacia el corazón de las personas. 

¡¡¡FELIZ NAVIDAD...
 ...Y PRÓSPERO AÑO 2014!!!

REGRESOS.

El olor de la lana me devuelve a la levedad de lo que soy. Lo acabo de descubrir ahora mismo; cuando he puesto sobre mis hombros esa especie de mantilla-bufanda-chal que he estado tejiendo a ratos durante estos meses. Qué maravilla sentir su calor sobre mi piel ahora que empieza a dejarse sentir el frío; ese frío que aumentado, nos acompañará durante meses.

Lo tejí con una lana muy suave, de mucho pelo, que conserva aún el olor de entoces. Así olía la tienda de mi madre. Esos ovillos los había guardado ya hace mucho tiempo, cuando mi madre cerró la tienda. Me alegro de haber guardado todo aquello que me gustaba. Rozarlos con las manos, ir tejiéndolos, es uno de los placeres que me ayudan en este hoy que se me presenta complejo. Tejer es ir hilando pensamientos, recuerdos, proyectos. Tejer es adentrarse en la esencia que el alma, sin estar herida, presiente en el dolor agazapado que la vida guarda y también, en esa capacidad de equilibrio y paz que es ir dejándose llevar por el hilo. Tejer es una actividad con muchos matices; todos ellos serenos. Hay consuelos muy pequeños que son a veces la única salida. Así es este tacto hoy, como un retorno a la mirada serena, al equilibrio, a cada una de las puntadas que lo hicieron posible. Tocar esta prenda es retornar a ese mundo de verdades que a veces perdemos de tan deprisa que caminamos. Toca parada. Es otoño.

Comienza a sentirse cada vez más, este otoño. Cada otoño es el eco de todo aquello que termina; sin quererlo y a pesar del sol, hoy mi alma se ha levantado entre confusa y melancólica. Alegría y desesperación se arremolinaban en mi pensamiento. Entonces ha surgido la necesidad de dejarse llevar por lo leve, ser algo que no importa, hacer cosas sencillas que no nos enreden más la madeja del pensamiento. Sí, es cierto, la levedad del ser es un tesoro que no entienden los eficaces, las mentalidades perfectas, aquellos que tienen la economía y rentabilidad como meta. Yo nunca he sido así; para mal o para bien... quién sabe.

Sentada en el sillón he pasado por la piel de mi cara mil veces esta bufanda que me arropa; que con su olor, me ha llevado a la estancia alegre que fue mi infancia. Hoy decía Jose Luis Cuerda en twitter; "mi infancia me acoge con generosidad cuando la necesito". Yo pensé entonces que la mía también. Y por un instante he regresado a ella de la mano del olor de esta lana. Por ella dejo abrigar hoy mis cuitas, que me tienen un poco triste y desorientada. Que no saben muy bien, por qué caminos vadear o en qué mares afrontar la tormenta. Los regresos siempre son consecuencia de una especie de desorientación. Son la consecuencia quizá, de haber perdido pie. Siempre regresamos cuando estamos emocionalmente perdidos.

Vuelvo al calor que es sentir sobre mis hombros el tacto de esta mantita... y dejo volar al pensamiento. Hoy no quiero pesar; hoy quiero ser necesariamente, esa vaguedad de la levedad del ser. Y se me ocurrió dejarlo aquí... así, tan vagamente. Siempre se vuelve.

SALTANDO AL VACÍO...







 Pues sí,  va a ser que sí. Que es así. Tendrás en tus manos el hijo que necesitas; el que te sacará de tus casillas, el que dejará todas tus teorías patas arriba, el que te hará llorar mares a su lado _y por detrás de él_ . Nunca te habías conocido tan vulnerable. Por tu hijo rezarás lo que no habías imaginado _a veces ni sabrás que estás rezando, pero rezas_.Y pasará la vida. Y crecerá. Y tu disminuirás. Y descubrirás que a su lado, te has convertido en mejor persona.

Esos peques espolean de una manera tan rotunda nuestras creencias, que lo que no queda arrasado es porque es esencial. A su lado somos conscientes de cuánta cacharrería innecesaria llenaba nuestras alforjas. Sólo ellos nos colocan con los pies en la tierra, e incluso a veces, con las mismas narices en el suelo _es lo que tiene saltar al vacío, no sabes muy bien cómo vas a caer_. 

De la mano de nuestros hijos son muchas las teorías que se invalidan. Si no, que alguien me venga ahora diciendo eso de que "si tú lees ellos leen"... vamos, que se traga de un golpe certero el libro que lleve en la mano _y suelo leer aunténticos tochos, avisados están_. O esa otra que dice que la rutina, un ambiente relajado, zona de estudio, hábito diario... bla, bla, bla. Ja! Les puedo asegurar que hay musas que tienen superpoderes, y ya puedes establecer una rutina diaria con un ambiente de estudio y durante el tiempo que quieras, que la musa estará ahí, susurrante y cabezota, despertándo el mundo fantástico que tiene en el hemisferio derecho tu retoño. Y amigos, si el hemisferio derecho se despierta, den la tarde por perdida. No habrá manera. Y da igual que se respire buen ambiente. Y hablando de ambiente, recuerdo otra supuesta teoría; el éxito escolar en los niños es directamente proporcional al número de libros que hay en el hogar. Risa floja, oiga. Y para qué me voy a explicar.

Diminuta: Gracias; por el estrés que le has puesto a mi vida, por la cantidad de cosas que he tenido que colocar en la papelera con tu ayuda, por haber descubierto tan insistentemente tu hemisfeio derecho _que es magnífico y divertido_,  por colocar el mundo del revés y sobretodo, por la sonrisa, la espontaneidad, y la tenacidad que le pones a tu vida. He aprendido mucho a tu lado, y me gustas así, tan  libre... y tan pesadita.  :P

PALABRAS PARA UNA NIÑA DORMIDA.




Me pregunto dónde irá a quedarse mi voz cuando ya sea solo silencio. Si estará en el eco de las puertas de mi casa al abrirse. Si quizá lo encontrarás en las hojas de mis libros al pasarlas lentamente por tus dedos. Si estará en esa manta que tejí hace tiempo, o en esas hojas del otoño que te hacían tan feliz de niña. Cuando toco algún objeto que te gusta, lo hago asiéndolo fuertemente a mis dedos. Quisiera poder pegar en él un trocito de mi alma. Quisiera que cuando lo tocases, sintieras mi presencia. Sería un modo de estar contigo cuando mi tiempo ya no lo sea. Me gustaría que volvieras aquí, que mi pequeña ventana siguiera existiendo para ti. Que pudieras sentir mi alma al lado de la tuya en cada palabra, libro, canción... Quisiera que cuando sientas que el aire roce tu sien, pudieras sentir la fortaleza, la firmeza, y la valentía. Hay hilos invisibles, de palabras, de sonidos, de luz, de aire, de lana. Hay hilos necesarios, insustituibles, eternos. No pierdas nunca ese hilo, hija mía. Nunca. Porque es el que lleva enganchada la carcajada de tu infancia, tu felicidad de adulta, y la fortaleza de tu ancianidad. En ese hilo está mi mirada. Yo nunca te abandonaré, nunca. Tú sólo tienes que seguir el hilo. Te quiero. 


DECIR MADRE.





 Fuente de la fotografía; @NatGeoSpa

Este niño iraquí perdió a su madre. La dibujó en el suelo y duerme por la noche junto a ella. Hablar de ser madre es un infinito inalcanzable. Qué misterio tan enorme se encuentra en cada uno de los momentos de la  vida en los que hemos gritado: ¡mamá! Y la seguirás llamando aun cuando ella ya no te pueda contestar. Gracias madre, por todo eso tan grande que has metido en tan sólo cuatro palabras; MAMÁ..

Feliz día a todas las madres que son presencia, que han llenado la vida de sus hijos con su silueta, su mirada, sus gestos; que han llenado de contenido el tiempo cuando ni siquiera ese tiempo existía. ORACION  también por las madres que no tuvieron oportunidad de llenar esa palabras que son pura presencia. También por sus hijos.

Decir madre es un misterio, se mire por donde se mire. Se intuye aunque te pases por su presencia o no-presencia durante tan sólo un segundo. GRACIAS MAMÁ.





Este es mi escondite de niño. 
Aquí puedo decirte mamá, que me he encontrado con la mano asiendo el aire y mirando hacia arriba sin ver más que nubes. 
Aquí te quiero decir mamá, que el adorarte no era obedecerte sin más. 
Aquí puedo decirte, mamá, que me arrepiento del tiempo que no te di. 
Aquí te confieso mamá, que soy como tú me hiciste. 
Aquí te suplico mamá que vivas para siempre. 
Aquí te juro mamá que siempre te he amado. 
Aquí te agradezco mamá tu alejamiento tan cercano a mi. 
Aquí te aseguro mamá, que siempre me has ayudado. 
No te pido que vuelvas, porque nunca te has ido. 
No te dibujaré a ti para que nadie sepa nuestro secreto. 
Señalaré tu esencia en el aire, y te besaré. 
Acurrucaré lo que soy en tu pecho. 
Dúrame siempre aunque parezcas ausente. 
Yo haré que sientas el amor de esta pequeñita obra tuya. 
(Juanpe) 


(Y esta magnífica canción la dejó Sese cuando pasó por aquí.)


GRACIAS :))))

CAMINANTE.










Alguien como tú no  puede ser una historia contada sin más. Es imposible que el mensaje que transmites se pierda como se pierde nuestro rastro con el pasar del tiempo. Tú viniste a quedarte, y te has quedado. Estás en cada mirada de infancia, en cada gesto de generosidad que viene de los que a su vez necesitan, en la risa espontánea de los hombres, en la sensatez del que sufre, en la alegría de quien vuela. No, no es fácil ver la luminosidad de tu historia. 


Me muevo a golpe de intuición. Con cada latido que el corazón me impone. Con esta sensibilidad a flor de piel que me hace sentir mucho más de lo que puedo controlar. Siempre estoy saltando los muros que se le imponen a la realidad; la verdad está mucho más allá de lo que esos muros nos tratan de hacer creer. Estoy perdida en mil intuiciones, camino sin brújula, y me pierdo en las palabras. En las que se dicen y en las que se callan. Nunca he dejado de sentir el hilo fino de la esperanza, esa que nos anuda. Quién sabe... quién sabe a qué lugar necesario me llevará esta incertidumbre que camina siempre conmigo. Hoy hace un día impresionante; luz, azul, belleza. Y sé que tu historia, tu verdad, no es algo que vino a posarse en mis manos para quedarse en nada. Pero yo no sé cómo tengo que hacer para saber contarla. Me he perdido, pero seré hallada.

LAS PALABRA CALLADAS.

Semana Santa.


  "Ahora la madre debería permanecer en la sombra. Se había acabado el tiempo de las respuestas cercanas y se iniciaba el silencio de la fe en que la nube del ángel no dejaría de protegerme, mientras la espada de Simeón se afilaba más y más para henderse en mi corazón de madre. (...)

Volví a mi pequeña casa de Nazaret, recorrí todos los caminos, me senté en todas las piedras conocidas, acaricié los viejos muebles. Retorné al pozo, a la majada, al arca, al horno y a la rueca; al oloroso taller de José, a los campos de la siembra y la siega, a los panoramas de nuestros paisajes y a las horas de mis alegrías y mis lágrimas. Porque mi hijo nos iluminó y nos salvó a todos con su vida y su palabra. Pero para mí lo mejor sigue y seguirá siendo el perfume concentrado de aquellos vivos y dulces recuerdos, las palabras calladas, que conservo con infinita ternura y medito a diario en mi corazón. (...)

A mí también me tocaría cumplir con la palabra y entrar por la puerta estrecha. Yo lo vi avanzar como oveja entre lobos. Sabía las trampas que urdían a su paso los escribas y los fariseos. Y finalmente estuve allí, de pie, destrozada y serena, el día de su hora. **

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Pienso en el corazón de María, en esa noche oscura que hasta llegar a la Luz, tuvo que  sentir eterna. Pienso en su corazón atravesando la infinitud del dolor por el sufrimiento de quien fuera el sol de sus días. Pienso en su soledad y en su palabra callada. Ella estuvo allí, firme; reafirmando su presencia de consuelo al lado de su hijo en el momento de la Cruz. Así fue en cada uno de sus días. Gracias Madre.

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** Párrafos del libro: Las palabras calladas de Pedro Migel Lamet.

ALEGRÍA.






La experiencia no puede ser comunicada sin lazos de silencio, de ocultamiento, de distancia. 
Georges Bataille






Gracias a mi profesión he tenido la suerte de estar al lado de muchas personas, cada una con circunstancias muy diferentes, y en un escenario donde no son posibles las medias tintas. Hay algo que percibo poderosamente, y que insiste en no ser ignorado. La risa, la alegría, el optimismo no es algo iluso, etéreo ni baladí. La risa tiene un pilar sólido, firme e indestructible. He observado que detrás de las personas que más ayudan a sonreír está el dolor; quizá porque nadie como ellas sabe que el dolor, si no se redime, puede aniquilarlo todo; significado, sentido, esperanza, futuro... El sufrimiento es un sello que tienen las personas alegres a nada que imperceptiblemente poses tu conversación sobre ellas. Me gustan esas personas que regalan esperanza sin dejar en ti ningún rastro de su dolor. Se tiene que haber sufrido y amado mucho para poder sonreir así. Y también, para conseguir que su sonrisa, lo impregne todo. Siento un respeto profundo por las personas alegres. Y siempre me pregunto qué dolor habrá conseguido una presencia tan hermosa. No indago nunca en él porque siento demasiado respeto por la intimidad de los otros. El dolor, como la vida, son un misterio que tan sólo debes rozar, y cada persona es una incógnita que has de respetar con tu silencio. He sido afortunada por haber aprendido tanto al lado de los otros. He visto al ser humano en condiciones de sufrimiento vital, y sin embargo, ese ser humano, no ha dejado de sonreír. Eso para mí ya es un regalo.Y la mejor de las escuelas. Es la vida.


*En memoria de todas las sonrisas que se me pegaron al alma en esa andadura profesional que soy.