Me pregunto dónde irá a quedarse
mi voz cuando ya sea solo silencio. Si estará en el eco de las puertas de mi
casa al abrirse. Si quizá lo encontrarás en las hojas de mis libros al pasarlas
lentamente por tus dedos. Si estará en esa manta que tejí hace tiempo, o en
esas hojas del otoño que te hacían tan feliz de niña. Cuando toco algún objeto
que te gusta, lo hago asiéndolo fuertemente a mis dedos. Quisiera poder pegar
en él un trocito de mi alma. Quisiera que cuando lo tocases, sintieras mi presencia. Sería un modo de estar contigo cuando mi tiempo ya no lo sea. Me gustaría que volvieras aquí, que mi pequeña ventana siguiera
existiendo para ti. Que pudieras sentir mi alma al lado de la tuya en cada palabra, libro, canción... Quisiera que cuando sientas que el aire roce tu sien, pudieras sentir la fortaleza, la firmeza, y la valentía. Hay hilos invisibles, de palabras, de sonidos, de luz, de aire, de lana. Hay hilos necesarios, insustituibles, eternos. No pierdas nunca ese hilo, hija mía. Nunca. Porque es el que lleva
enganchada la carcajada de tu infancia, tu felicidad de adulta, y la fortaleza
de tu ancianidad. En ese hilo está mi mirada. Yo nunca te abandonaré, nunca. Tú sólo tienes que seguir el hilo. Te quiero.
Las más altas torres del Renacimiento, aquellas que con su arrogante altura vencieron en el reto por ser la más esbelta, la más fuerte, la más bella, se basaban en algo muy sencillo y lógico: una buena cimentación.
ResponderEliminarEn contacto con el terreno de cada día y ocultas a las miradas distraídas de los transeúntes y turistas ociosos, las sólidas y humildes cimentaciones transmiten el peso de las futuras y altas torres a la tierra, al terreno, a la naturaleza, en condiciones de estabilidad y seguridad.
Esa niña dormida sueña con altas torres.
Y cuando tus palabras no estén, se apoyará en la cimentación que tú, amiga, construiste.
Y tu presencia permanecerá.
Así de sencillo.
Driver, justo ahora mismo acababa de regresar de tu ventana. He estado un rato allí, entre pandillas leales, gritos que se liberan como fieras y sensaciones tubulares... Volando con las palabras.
ResponderEliminarUn abrazo graaaaande. Besos.
Todos los hilos del globo de la vida convergen en la canasta. Ahí estarás siempre y los tuyos lo saben. No pararán de bajar y subir cada vez que el viento arrecie. Bajarán cuando el vendaval bambolee su alma al calor de quien maneja la llama de la vida. Se subirán en tiempos de calma chicha a deleitarse con el mundo que les has dejado. Tú huella se intuye en cuanto apareces.
ResponderEliminarOjalá sea así, Juanpe... ojalá sepa agarrarse fuerte a esos hilos, ojalá la sujeten firme en los vendavales de su vida.
ResponderEliminarGracias!!!
Es un hilo indestructible. Un beso.
ResponderEliminarSi estás bajo su piel... cada vez que la corregiste con firmeza y dulzura, cada vez que alimentaste sus tardes con todas las palabras.
ResponderEliminarSerá.
Estás y eso basta. A veces parecerá que sobramos, pero no, que les dejamos, pero tampoco, solo soltamos cuerda para que vuelen, como las cometas, tirar, soltar, recoger, jugar según los vientos.
ResponderEliminarQué bonitas palabras, no solo bonitas, ciertas, tiernas...cualquier hijo quisiera que fueran para él.
Besossss
Parece mentira, Ana. Mis pensamientos de hoy se resuelven con tus palabras. ¿Qué será de "él", leonesa, cuando yo no esté? ¿Quién entenderá lo que pretende decir con la mirada (miedos, inseguridades, desesperación a veces ...)y yo lo capto al vuelo? Me preocupa y no puedo evitar que se me caiga un lagrimón. Todavía puedo tejer a su lado... Gracias, hedbana.
ResponderEliminarPoesía pura, prosa preciosa ... Un saludo, Ana.
ResponderEliminarEsos hilos son elásticos, se estiran y parece que se alejan, pero es para volver con más fuerza. O al menos eso quiero creer yo, que tengo 3.
ResponderEliminarUn abrazo, Ana
Gracias por vuestros comentarios.
ResponderEliminarYo que sé, quién sabe a dónde irá a encontrar ella ese hilo.
Uno intenta dejar pistas... pero quién sabe en qué lugar irán a colocarse. Yo quiero creer _y creo_ que alguno de esos hilos encontrarán. Y que les sujetará firme en sus circunstancias.
Gracias!!!!
Hermoso escrito, me has conmovido hasta los huesos.
ResponderEliminarGracias por crearlas y compartirlas.
Te mando un abrazo enorme,
Cuídate!
Adrómeda, otro abrazo de vuelta para ti. Gracias por tu comentario.
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