UNA MUJER EN FUGA





¨Lo que sorprende es la mirada. Como ocurre con algunos rostros no hay convergencia entre el ojo izquierdo y el ojo derecho. En su caso, mientras el ojo derecho se muestra alegre y tiende la vista hacia afuera para ver, el izquierdo se retrotrae y parece guardar una cierta tristeza y soledad. Reflejo de dos actitudes que convivirían siempre en el ánimo de la escritora, luchando entre sí; el esfuerzo por preservar la propia alegría, su permanente sonrisa en el rostro iría de la mano con la melancolía del que siente no tener a nadie en el mundo. Una mirada, en fin, mucho más sombría de la existencia; que se alzaría dominante en su obra literaria.¨

¨Frágil, pálida y exánime siguió siendo una criatura hermosa hasta el final. Y algo de aquella tierna magia y atractivo que podía emanar de su figura y de sus palabras se mantuvo firme, a pesar de todos los fantasmas que siembran una vida truncada. Al morir, pudo descansar de la vida, y por fin, de la literatura.¨

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