Entramos en el tiempo en que todo queda en entredicho. Uno se hace más consciente del escepticismo, de la relatividad, de la no consistencia de lo vivido, lo aprendido, incluso lo ya destartalado. No me cabe duda alguna, la educación de nuestros hijos es lo que más horas ha ocupado nuestro pensamiento, nuestro tiempo y cada hora. La gran esperanza que ellos son y que no siempre el sistema es capaz de detectar, diagnosticar ni comprender. La lucha por su expresión es nuestra premisa, también la motivación para no dejarse vencer ante los desafíos. Y mucho menos ante los errores, que lejos de anularnos, pueden llegar ser tremendamente enriquecedores. Aún así, el camino es duro, largo y a veces totalmente un desatino. Eso sí, en ningún momento ha perdido su riqueza. Creatividad, pasión y ganas de descubrir el mundo; ojalá no se pierdan nunca. Ojalá.
…Recuerdo una película americana -no me preguntes por el título- donde los “creativos” de una agencia publicitaria tenían que encontrar un slogan para vender una determinada marca de café... “ Si no duerme, el problema está en la cama” creo que acabaron ideando como frase de gancho.
ResponderEliminarEsta historia me ha venido a raíz de la tutoría que tuvimos ayer con nuestra hija L – la pequeña- La señorita nos comentaba que sufre de “culitis inquietis” con lo que le cuesta enormemente permanecer sentada en el pupitre más del tiempo habitual; una de las razones que comentaba la señorita es que al no llegar con los pies (los de L) al suelo, puede que en esa situación, la posición de sentada no sea tan cómoda como si le llegaran para poderse apoyar. Revisamos diversos sistemas para intentar que L. permanezca más rato sentada sin levantarse, que si atarla en la silla, que si Super-Glú 3 ® en el asiento…yo incluso pensaba en una especie de zancos de plomo atados a sus pies para que no se levantara de su lugar de trabajo.
Posiblemente no sea cuestión de “culitis” y la silla-pupitre no sea el mobiliario más adecuado para el aula; por supuesto no hemos pensado en darle café para desayunar, somos más clásicos y le encantan los cereales en un bol de leche.
Buen Junio, Ana y Diminuta… ¿empiezan las carreras?
Yo tengo los dos extremos. Mis hijas estudian mucho y mi hijo nada, pero yo los he educado igual. Me temo que las teorías están muy bien pero no funcionan. Un beso.
ResponderEliminarAun así, leonesa... Calcula tú si no fuera así y no se albergara ese pequeño atisbo de esperanza. Besos, Ana.
ResponderEliminarLa educación de nuestros hijos se lleva no sólo el tiempo, sino también la mente. Cuántas dudas, cuántas noches en vela, cuántos momentos de tensión... Yo con tres, lo tengo por triplicado.
ResponderEliminarUn abrazo