Ed. menoscuarto.
"Algo excepcional sucede siempre, en un abrir y cerrar de ojos, algo que casi no da tiempo a presenciar o que permanece invisible..." Antonio Muñoz Molina.
¡Qué sería de nosotros si no nos saliesen al paso las pequeñas cosas! En esas temporadas de prisas, agobios, desorden y poco concierto de vez en cuando hay que parar. Pero no siempre sabemos. Sólo somos capaces de sentir la desorientación, el mundo vertiginoso, sin saber en qué terminará todo ese desencuentro; como si ese escenario que habitas fuera un barco inestable en plena tormenta al que no le queda más alternativa que naufragar. Hasta que en un momento dado das con una diminuta realidad, una historia, un detalle que te hace parar en seco. Si yo tuviera que definir este libro lo haría así; la narración de aquello que siendo parte de ti no alcanzarías jamás a contarte. Ese algo que parece no existir aun cuando es tu sombra a lo largo de las horas de tu vida. Todo está aunque tú no lo sepas nombrar.
El universo del relato corto es sólo el brillo de lo que está por ser identificado. Todo aquello que te habita pero que no puede decirse es siempre un pequeño relato; eso que no puede ser sacado a la luz nada más que como un brillo. Narraciones de silencios, de verdad, íntimos; escondidos sentimientos que no encuentran la palabra exacta porque en verdad no existe palabra que los sostenga. La palabra perdida... ¡Qué sería de nosotros sin las pequeñas historias!
Hacía tiempo que lo había leído. Su profundidad y la huella que han dejado en mi esos relatos no son fáciles de acotar, de limitar, de describir con un "esto era aquello". El otro día, reordenando libros, lo volví a tocar. Hay libros que son el inicio de un mundo, de una comunicación inesperada que reordenará tu mirada. Así son estos relatos de Mario Lacruz; el silencio que encuentra la palabra exacta para decir aquello que tú jamás sabrías nombrar. Y al lado de las palabras, el mundo se hace siempre más habitable. El discurrir de los días vuelve de nuevo a estar mejor dibujado.
Miraré a ver si encuentro alguno de esos relatos cortos por ahí. Es un género que me gusta, y si tú lo recomiendas...
ResponderEliminarAbrazos, Ana.
Pues no soy mucho de relatos cortos, no me es fácil alcanzar la complicidad con la historia ni con el conjunto de historias; aun así quién no ha pensado alguna vez "paren el mundo que yo me bajo".
ResponderEliminarUn abrazo
Hace mucho que no escribo relatos cortos. Voy a ver si me pongo un día de estos :)
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