La mirada en silencio, latiendo.
Observar un instante
y su aparente nada. Soledad.
y su aparente nada. Soledad.
Tu mirada en ese punto indefinido
te convierte en silencio.
Eres un todo. Inaccesible. Infinito.
Eres un todo. Inaccesible. Infinito.
La imagen inolvidable de tu pensamiento,
grabada para siempre en mi retina.
Ante mí el segundo de tiempo en que más te amé.
Tú ahí, tan perdido.
Uno. Inmóvil.
Uno. Inmóvil.
Espero que en tu silencio haya solo eso, silencio. Y que la soledad no se apodere de ti como lo ha hecho con los espíritus de esas imágenes tan desoladoras. Tal vez la culpable haya sido la música de Cohen, deprimente por sí misma, pero me ha dejado una desazón profunda.
ResponderEliminarUn beso
...ahí es, ahí está, la peor de las soledades se encuentra entre las miradas percibidas de toda esa gente que nos rodea... puedes mirarle a los ojos a cada una de ellos, y aunque sean cientos, o miles, y es cuando más sólo te sientes, asusta y sobrecoge...pero en ese barullo de gente un sólo guiño te abre el cielo, y te olvidas.
ResponderEliminarlo decía un poco asínnn, en plan solitario...un abrazo Ana!
Exquisito, Ana. De verdad. Un triángulo perfecto de poesía, imágenes y ¡¡¡música de Cohen!!!
ResponderEliminarUn beso, leonesa...
Se ha quedado la casa un poco sola, ¿verdad?
Tengo un truco.
ResponderEliminarConsiste en fijarse en las manos y no fijarse en los ojos.
Las manos de un abuelo sosteniendo un libro.
Las de un niño jugando con canicas.
Las de una madre sosteniendo a su hijo mientras mama.
Las del albañil que levanta el muro.
Un escritor rasga un papel con una pluma.
Un chica amasa para hacer un pastel.
...
Cuando no tengo ganas de mirar intensamente a los ojos, bajo la mirada y me fijo en las manos.
Son la opción B de la intensidad.
Y hay días que es mejor la opción B;la forma tranquila de convivir con la intensidad.
...
No se si te servirá el truco.
Tengo más.
Precioso, ana.
ResponderEliminar"Observar un instante y su aparente nada". Nada es más fructífero ni placentero que observar cada instante.
Ana, como siempre me ha encantado leerte. Me detengo. Las imágenes impactantes: sabio pintor, muy sabio. Un saludo!
ResponderEliminarLa soledad en realidad nunca está sola, siempre tiene a alguien a su lado.. Besos.
ResponderEliminarSupongo que no hay nada más desolador que el silencio de esa nada, que el silencio de ese vacío que supone la soledad no deseada.
ResponderEliminarMuy bonitas tus palabras, Ana. Besos miles y un abrazo.
Cierrale la puerta a los recuerdos feos, a la soledad, a la tristeza...
ResponderEliminarAbresela a una nueva vida en la que el sol brille sin parar...
"Tu mirada en ese punto indefinido
ResponderEliminarte convierte en silencio..."
¡Sublime!
A veces el silencio se hace absolutamente necesario. Otras, sin embargo, se hace insoportable...
Un besito!!!
No estás sola.
ResponderEliminarLlego de leerte en Intemperancias.
ResponderEliminarGracias a la huelga me reencontré con tiempo largo con una gran amiga de los lejanos tiempos de la facultad, ella romanista empedernida. No la veía desde hacía 10 años, y hace mucho que no repetíamos esas conversaciónes largas, de las que se tienen a los veinte años...Me recordó , con textos de hace más de 2500 años, la eterna soledad humana, la de uno mismo ante el destino. La sabiduría de la Verdad.
Y nos carcajeamos comprobando lo exacto de un título pedante: "la insoportable levedad del ser".
Un besico, Ana. Me acuerdo de las dos "anas".
Me gustaría poder responderos a todo, que este medio se pudiera convertir en la conversación pausada de una estupenda sobremesa. Y es imposible. No hay tiempo. Y sería maravilloso dejarse enlazar por el hilo que sale de cada uno de los comentarios que aquí dejáis.
ResponderEliminarMuchas gracias. Hay poquito tiempo libre detrás de mi ventana. Espero sepáis comprender...
Definitivamente tendremos que quedar para tomar un algo en cualquier parte, un sitio intermedio, pongamos que hablo de Madrid ;) Besos.
ResponderEliminarLisset, sería genial!!!
ResponderEliminar:)))))))))))))))))))))))