Daniel Glattauer.
Ed. Alfaguara.
"Eres la persona que contesta a mis preguntas no formuladas; y me siento sola. Y por eso te escribo". Emmi.
Quizá en la imaginación habite lo mejor de nosotros mismos, pero no es fácil sacar ese lado a la realidad. Una casualidad hace que un día coincidas con alguien; una persona a la que no vas a conocer, pero que sacará fuera de tí aquello que no sabes que eres, que ni tan siquiera tú has sabido ponerle nombre.
La aparición de ese interlocutor necesario es quien hace posible que el diálogo, en contra del viento del norte _ese viento que nos aplasta por lo debido, por las razones de lo que ha de ser_ sea una afrenta. Un diálogo que pondrá las palabras exactas a lo que tú eres, a lo que anhelas y a todo aquello que por orgullo o humildad, dejó de ser en tí. Detrás quizá el enamoramiento, la amistad, o la simple necesidad de tocar por un instante a la persona que te devolvió el mundo. El tuyo. El que habías olvidado. Nada hay más grande que aquello que un ser humano nos puede regalar, la medida de nosotros mismos a través del espejo que son sus ojos, sus palabras. De esto he hablado ya muchas veces; nada sabemos de nosotros en el aislamiento. Si soy algo, lo soy al lado de los otros.
Contra el viento del norte es la recopilación de los mails que se intercambian dos desconocidos que el azar ha puesto en contacto. Lo que empieza siendo un error, una casualidad o una simple coincidencia, acaba por describir la necesidad de interlocutor que todo ser humano alberga, ese sin tí no soy nada, que dice la canción. Si has vivido una situación así, lo comprendes, si no, lo más probable es que la infravalores o lo que no debería caber en cabeza alguna; que la juzgues equivocadamente. Así todo, incluso esto mismo es comprensible. Sólo quien carece de imaginación es incapaz de vislumbrar cuánta verdad hay en ella sobre nosotros mismos. Y bien es cierto que seres sin imaginación hay más de los que sería adecuado asumir. La vida, en algunas personas, tiene precisamente esa condena.
Diálogos de búsqueda, de convencimientos, de mezquindades, orgullos, olvidos y deseos. Eso es ese recuento de mails que nos presenta esta historia no acabada, aún inimaginada y sin posible trama. La imaginación es así siempre, juguetona, ilimitada e inabordable. Carente de hechos y sinposibilidad de acción. Pero por encima de esas limiaciones, lo que se hace evidente a lo largo de los mails, es el reconocimiento del otro. La gratitud hacia quien siendo sólo palabras, le da límites a esa realidad que siendo, aún no hemos sabido ser. La imaginación sin duda alberga tesoros escondidos, y en ellos, mucho de lo que desconocemos ser y necesitamos ser. Así de loca es la imaginación; a pesar de esa realidad interminable que siempre nos representa.
(...)
"Y solamente aquellos ojos que se aventuraran a mirarnos partiendo de cero, sin leernos por el resumen de nuestro anecdotario personal, nos podrían inventar y recompensar a cada instante, nos librarían de la cadena de la representación habitual, nos otorgarían esa posibilidad de ser por la que suspiramos." Carmen Martín Gaite.
** smuaksssssssssssssssssssssssssss... hasta más allá, sí, mqm.
En realidad creo que sin imaginación no hay nave del tiempo, digamos que es el destino quien nos une o...
ResponderEliminarBesines utópicos, Irma.-
La imaginación que lleva a dibujar al otro como nos gustaría que fuera... pero esa imaginación choca, inexorablemente, cuando a la imagen idealizada se le superpone los tristes -o no- colores de la realidad.
ResponderEliminarBello texto, sin duda alguna y muy sugerente. Besos miles
"Tú que llegaste por casualidad" y "me has ganado poquito a poco". Y ya no hay vuelta atrás.
ResponderEliminarUn beso, amiga, hedbana...leonesa.
La casualidad, esa pequeña magia de los días... que unida a la imaginación, lo hace todo más, más, más... fácil?
ResponderEliminarUn abrazo, chicas.