"No sé hablar si no veo unos ojos que me miran
y no siento detrás de ellos un espíritu que me atiende".
MIGUEL DE UNAMUNO.
Encontrarlo es como un pequeño milagro. Estar a su lado, sentir que la maraña de los minutos es un hilo interminable, un hilo que ata la palabra a los sentimientos. Habitar el mundo que respira el alma y que muy pocas veces sale a darse. Regalo. Sentir la mirada de otro. Saber del significado de los silencios, del ritmo de la palabra, del sonido de un alma y de la hondura de su tiempo. Conversación. Estar. Hablar. Escuchar. Pausa. Darse. Recibir. Palabra. Habitar el sonido del propio mundo. Mirar el mundo del otro. Sonreír. Atrevimiento narrativo.
Tú y yo en cualquier escenario que se convierte en espacio habitado, sentido, presentido y animado. También esa conversación de presencia y silencio; el lugar en el que se recoge el eco las palabras que un día inventaste. He vuelto a tu palabra, a tu escritura, y en esta tarde de sábado tranquila, de luz , soledad y silencio, he estado conversando contigo. Hoy te encontré; eras mi interlocutor necesario.
Buena "escuchadora". Feliz fin de semana. Un beso
ResponderEliminarYo encontré un escuchador fantástico...pero lo perdí. Me gustaría saber por qué.
ResponderEliminarUn beso Ana.
ResponderEliminarMarina... hay por qué muy furos y poco entendibles. Mi abrazo inmenso para tí. (Intento entrar en tu blog pero mi ordenador no me deja... está cual patata).