Te fuiste. No sentí tus pasos, no noté que se alejaban. Sólo hoy he sido consciente de que no estás. A veces no damos importancia a las miradas que son calladas, a su silencio, a toda esa forma de estar en el mundo que las hace invisibles. No se la damos porque desconocemos la fuerza con la que sujetan nuestro mundo. Un día, ante el giro de los acontecimientos de tu vida, tiendes la mano y el vacío te enseña que ya no están. Entonces, vas repasando los numerosos recuerdos que han dejado en tu vida, te paras en esas pequeñas esquinas del tiempo en que coincidistéis al azar. Son más cosas de las que imaginabas; una melodía, una palabra, una forma de mirar, aquella película o esta canción. Y piensas que mientras te acompañaba, había una nota especial en la música de tu vida. Ahora, aunque echas de menos su silenciosa presencia, te dices que tuviste suerte.
Siempre se dijo Ana que fue bueno mientras duró. Después quedará el recuerdo.
ResponderEliminarBello texto. Bellos también lo que encierra.
Esta vez he tenido que intervenir.
ResponderEliminarSé que no es mi historia, que no tengo ni debo meterme donde no me llaman.
Pero qué quieres que te diga amiga.
Cientos de cartas, miles de correos sin contestar a cambio del silencio más atroz.
Tuve que hablar con su abogado.
Muy en serio.
Después tuve que negociar con su representante.
Más en serio todavía.
Por fin conseguí hablar con él.
No soy capaz de repetir todo lo que le dije.
Fueron palabars duras y enérgicas, cargadas de pasión y convencimiento profundo, hasta que reaccionó.
Sí, al final ha tomado una decisión de la que no creo que se arrepienta, y que debió de tomar mucho antes.
EL BOSS VIENE A ESPAÑA A CANTARTE, ANA.
Miradas que abrazan, silencios que hablan, recuerdos que perviven, es la vida, nuestra capacidad de convertir la ausencia en algo reconfortante a través de la memoria nos ayudará a salir adelante
ResponderEliminarUn abrazo (y haz caso a Driver, acaso tenga razón, vamos, seguro)
Mantendremos ese mismo silencio cuando el bruce se calle tras los conciertos. Sí.
ResponderEliminarPero ay qué sería de algunos párrafos si no se callasen nunca. Joder.
El silencio siempre está ahí, pero a veces el ruido nos impide escucharlo. En cambio, tras unos pasos perdidos al final de un pasillo, tras un portazo sonoro, después de calmar un llanto, ruge con fiereza dejando heridas profundas en el espíritu. Una tirita por cada una de ellas, un beso, querida.
ResponderEliminarPero aunque se haya esfumado y no cuentes con su presencia, podrás seguir disfrutando de su silenciosa melodía. Y cada vez que la escuches percibirás tonos nuevos.
ResponderEliminarBiquiños Ana.
...Si Driver, el Boss viene a España, (capital Madrid) pero Ana se vendrá a Barcelona para ver al Boss y luego tomarse unas birras con sus amigos...
ResponderEliminarNo hablaran, beberán sonreirán y se mirarán... y entre tanta emoción contenida algún que otro Grito (a lo Bruce) sonará...
¡alguien tendrá que soplar para amortiguar el desaparecido Saxo de Clemons!
PD: Sese, que Ana haga caso a Driver, pero que se venga con nosotros ;)
Silencios que te aman. Gracias, Ana.
ResponderEliminarMontse, todo tiene su tiempo. Es verdad.
ResponderEliminarSese y Tomae... no estaría naaada mal una visita a Barcelona (con Bruce por el medio) de vuestra mano... jajajaja.
Driver... mmmm, no soy amiga de insistir. Respeto el silencio, también las despedidas. Tal cual se presentan, las dejo estar. No habrá correos por contestar.
Efectivamente Pesoleta, tirita, y dejarlo curar. ;)
Nebroa, nos quedaremos en silencio, retumbando el Boss aún en nuestros oídos... sería un silencio muy especial. Y bine cierto es que sin silencio, no habitarían el mundo muchos párrafos. ;)
Leles, bienvenida. Siempre quedan las buenas melodías. Besos con calcetines (hace un fríiiio).
Javier, bienvenido. Neceario silencio, sí. Saludos!
Gracias a todos por comentar.