La riqueza de un sociedad tiene como base la diferencia que entre sí tiene cada uno de los ciudadanos que la forman. Mi identidad, (eso que yo soy, que tú eres), esa diferencia que es irrepetible (ese yo único que soy, lo soy únicamente yo), es la base de esa riqueza. Mi diferencia aporta algo que el otro no tiene. O lo que es lo mismo; lo que me diferencia del otro y que veo en tí, es lo que yo recibo como un tesoro. Pienso que la más denigrante de las injusticias, y la más rotunda, es aquella que nos iguala. La igualdad es la más absoluta de las afrentas, pues no ve a la persona, a ese ser excepcional que todos somos en potencia. Os animo a leer el blog de Lola Montalvo. Os animo a leerlo siempre, pero hoy incido en ello especialmente. Clickar en la foto e iréis a la entrada que habla de Esperanza, una niña nerviosa que empieza su ser social; es su primer día de cole.
Gracias Lola, por una entrada tan mesurada, tan de la vida... y tan bonita.
Pincha en la foto.
Frecuentemente nos pasa que no nos han educado en la "diferencia", o que somos tan inseguros que solamente nos adaptamos a lo habitual, a lo uniforme ... y no debería ser así.
ResponderEliminarAna, gracias. Tengo un hijo "diferente", ya lo sabes.
ResponderEliminarEstoy emocionada, no puedo escribir mucho. Sólo decirte que ha sido y es un tesoro para todos, padres y hermanos, aunque no es fácil, nada fácil. Entre otras cosas, porque eso de la "integración" se aplaude desde lo teórico, pero en la realidad, muy pocas personas lo quieren tener cerca.
Gracias, Ana, de verdad que tu post y el de Lola Montalvo me ayudan mucho.Un abrazo.
Pues yo no soy tan optimista como tú al respecto. Vivimos en un mundo donde la diferencia siempre da miedo. Se huye del que es distinto, ya sea por raza, sexo, cultura...
ResponderEliminarY el miedo es muy mal consejero y tiende a igualarlo todo.
Eso sí, la igualdad que permite precisamente la diferencia es altamente positiva desde mi punto de vista.
Un abrazo y un beso bien grande para las dos Anas.
Anita. Poca cosa puedo comentar después de leer a Lola y a ti. También yo tengo un hijo "diferente", aunque si no lo sabes pasa desapercibida su enfermedad. Todos ellos, los "diferentes", luchan muchísimo más por hacerse un hueco en la vida, ensanchan el corazón de los que están a su lado y te aseguro, Ana, que su familia aprende lecciones de humanidad todos los días.
ResponderEliminarUn beso. Gracias por hacerles tú un hueco en tu ventana.
Besos enormes, grandes como ellos.
Aceptar las diferencias no significa que hayan mejores ni peores, pero la sociedad parece que no está por una escala de valores "justa", sólo establece unos baremos que perpetúen la supervivencia de esa sociedad aunque ello conlleve injusticias.
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias Ana, por traer a este tu espacio, un trocito del mío.
ResponderEliminarGracias a tod@s vosotr@s, fieles -y con sobrados motivos- de Ana, por haberse acercado al mío y leer esta entrada que he escrito buscando en realidad lo que plasmo en el texto.
Cierto que el mundo es como es: injusto, duro y, muchas veces, cruel. Pero la presencia de personas como vosotr@s es lo que hace que sea un sitio mejor. Besos miles... y muchas gracias
Modestino, no es fácil sentirse diferente, y como tal, buscamos a nuestros iguales porque todos necesitamos sentirnos comprendidos. Pero no debemos olvidar nunca la perspecitva del que es diferente... de su mano vienen cosas que ni tan siquiera sabíamos que eran esenciales. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarMariapi, Lola hoy es la grande. Me emocionó su entrada y no hice más que traerla a mi ventana. Sí, es emocionante dejarse arrastrar por lo diferente... Un beso gordote.
Sylvia... me alegro muchísimo. Tengo que pasarme ahora mismo un ratico por tu casa. Cómo me alegra intuir tu ánimo. Un abrazo. Muaks.
Freia... un besoooooote con achuchón. Sí, lo diferente. Siempre trae algo que necesitamos. Yme ha encantado eso de la igualdad que permite la diferencia; sería la única igualdad justa... smuaksssss. Te debo un mail largo, lo sé. No te olvido.
Sunsi, yo qué quieres que te diga... no encuentro nada que decirte para que no se note tanto lo que te quiero y no se me llene el comentario de sensaciones algodonosas... eh?, eh?, eh?.... y qué te digo yo? BEOSOSOSOSOS.
Efectivamente Sese, la diferencia no es mejor ni peor, sólo es diferente... ¿es mejor el azul que el rojo?... simplemente son diferentes. Pero siempre queremos sobresalir... que esa es otra... Un abrazo.
Lola, gracias a tí, que eres la causa de todos estos comentarios. Me encantó tu entrada. ;)
Un abrazo gordote.