Hoy estuve haciendo cuentas, me he perdido entre activo y pasivo, no digamos ya lo que me costó ir nombrando uno a uno los bienes intangibles que la vida ha ido recalando en algunas curvas inesperadas... tremendo ha sido el duelo también entre los ires y venires por todos esos valores, unas veces al lado de la alegría y otros sostenidos ante el puritito miedo. Hemos ido y venido entre médicos, actividades extraescolares, cumpleaños, rabietas y caprichos. Y ahí estamos... haciendo balance... y pensando en todo, en todo lo que nos ha sido dado por haber puesto tan poco.
Ana! No te olvides de las amortizaciones... Puff, menudas son las amortizaciones...
ResponderEliminarjajajajajaja!
ResponderEliminarNo te rías, Ana, no!!!. Jeje
ResponderEliminarComprar una cosa hoy y "pagarla" a lo largo de varios años, tiene tela. En el puro sentido económico y en el sentido vital de tu entrada de hoy.
Por eso mismo me da la risa y me entra la flojera... no veas... sé que la estaré amortizando el resto de mis días... vital y económicamente... ay, ay, ay... y quiero seguir riéndome... necesito seguir riendo...
ResponderEliminarClaro que ella, en esto del reir, ayuda... y mucho. A su lado es muy fácil amortizar la deuda...
;))
Creo que las madres tienen una cualidad tremenda, asombrosa: son personas muy buenas, desprovistas de todo sentido del interés. Más que buenas, yo diría que buenísimas.
ResponderEliminarBalance positivo a pesar de que debas amortizar durante toda la vida... y a veces con tu propia vida. El vídeo. Aunque tiene ese toque de color como un cuento de hadas...es REAL...REAL...REAL.
ResponderEliminarPalabra. Y tengo cuatro... y ya están instalados en la adolescencia... Balance positivo a pesar de la deudas, Ana.
Un beso para Anita y otro para ti
Ginesillo, ojalás todas fueran así, todas... afortunadamente podemos decir que sí lo son la mayoría.
ResponderEliminarSunsi... tú si sabes de balances... ya lo creo!