HEY YOU

Desasosiego, incomprensión, impotencia. Esa es tu presencia en la mía, eso hay en el espejo de tus ojos cuando los miro. No pudiste luchar ya más contra tu alma y decidiste el olvido. Decidiste dejar de ser. Abandonaste tu alma y permaneces con la incomprensión de tu dolor, en el infinito ensimismamiento, aislado siempre, sin salirte ni un segundo de todo lo que te rodea, de aquello que es sólo tuyo, que sólo depende de ti. Ya no oyes otro sonido, sólo el de tu recinto interior. No admites la mirada que no sale de tus ojos, y nos rechazas sólo para no tener que mirar, para no tener que enfrentarte a los nuestros.

Has sabido construir un enorme castillo, en el que habitas, es el muro que te sostiene, que evita que caigas del todo, has sabido permanecer de pie, sin ninguna herida más. No has querido escapar de allí, para no caer, para no tenerte que volver a levantar. Habitas al lado de tu perspectiva sola, aislada. Sólo en la tuya. Recortas todas las posibilidades de tu mirada. Y tus ojos de abismo ya no quieren ver, unos ojos que ya no lloran. Dureza. Abismo. Soledad.

Este castillo es tu todo, tu laberinto personal. Eres indomable, prepotente, y egoísta. Todo lo que no habita tu mundo te es ajeno. Nada quieres ver porque no existe nada más allá de tu muro. Ni siquiera ves mis manos, que buscan ansiosas alguna grieta en tu solidez y poder atravesar al otro lado, manos que te buscan a ti, al que eras. Anhelan poder asirte, engancharse de tu alma para poder confundirla, mezclarla, insertarla en este todo inmenso que aislado en tu castillo te estás perdiendo. Ese todo que no sabes ver, al que no querrás saltar.

Miedo, angustia, parálisis. Eso es lo que me queda cuando te miro. Violencia. Querer romperlo todo, querer aniquilar ese muro tras el que te escondes, obligarte a saltar al otro lado. Tu soledad me paraliza el alma. Y mis manos lloran por el vacío en el que habitan cuando te tocan, por lo que no han sabido darte. Y tú allí tan lejos, tan sobre ti mismo. Sin saber.

11 comentarios:

  1. Tu personaje de hoy... Toda la vida sin vivir. Rodeado de personas sin sentirlas. Querer estar solo... Qué pena ¿no?

    Precioso post, Anita...Para variar.

    Besos... nada de reverencias... Beso siempre.

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  2. Qué bien captas las ficciones Sunsi. Qué gran lectora eres.

    Y sí, besos. Que China nos queda muy lejos a nosotros... así, tan nosotros mismos.

    ;))

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  3. Qué vida tan triste... encerrado en ese castillo, aislado voluntariamente...

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  4. ... Infinitamente triste, Rocío.
    Nada que ver con nosotras, afortunadamente. Besos.

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  5. No! Nosotras de castillo sólo tenemos lo de princesas!!! jajajaja (ésto es culpa de Sunsi) Bss

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  6. Joder...que impactante...me ha tocado tu relato. Claustrophobia.

    un saludo

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  7. Gracias Alfonso por tu visita. Saludos. Y que sea un buen día, lejos de castillos y fobias... ;)

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  8. En cada castillo hay un señor feudal, agazapado tras la torre del homenaje.

    Y en cada prado, una campesina que vuela sobre el césped.

    Tanto el uno como la otra lo saben.

    Esa torre fue construida para recibir a los principales protagonista de una historia.

    Y cuanto más difícil es saltar un muro, más ganas nos da.

    Sólo los retos nos hacen palpitar.

    Un día la campesina se adentrará en el castillo.

    O el señor saldrá a respirar aire puro.

    O mejor, se encontrarán a los pies de la torre del homenaje.

    Y en ese momento decidirán lo que van a hacer el resto de sus días.

    Antes, no.

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  9. Driver... para ti no hay afrentas imposibles... está visto. A eso se le llama la persistencia de la esperanza...

    ;))

    Un abrazo.

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  10. "Siempre nos quedará París, no lo teníamos, lo habíamos perdido, hasta que tú llegaste a Casablanca. Anoche lo recuperamos."

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  11. Dentro del laberinto es imposible recordar París, nada es recuperable dentro del laberinto. Ni siquiera París.

    Ginesillo, un abrazo fuerte...

    ;))

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