AL OTRO LADO

Pienso que es como la magia; nos mantiene en ese sentimiento que es mezcla de incredulidad y maravilla. Hace meses puse un contador de visitas en este blog que tira de no se sabe muy bien qué hilo, que no tiene muy claro a dónde quiere llegar. O sí, quizá sí lo sabe bien, o más bien lo sabía, pero todo se nos escapa de las manos. Ocurre siempre. Sabes en cierto sentido por qué empiezas las cosas, pero luego, ellas solitas, nos sorprenden con su propio vuelo.

Decía que había puesto un contador de visitas. Cuando lo miro, me quedo con esa mezcla de perplejidad y curiosidad que nos dejan las cosas que son inesperadas y que nos reconfortan. Es como estar ante un truco de magia. Miro el contador y a veces veo el número 75, otras el 96, el 40, el 112… pienso en que pudiera estar equivocado. Que quizá no se trate de un número real de visitas. Bajo hacia el 25, hacia el 12… y aún así, sigo sintiendo la magia, y me pregunto a quién pertenecen esos ojos que ponen interés en mis palabras. Quisiera poder mirarlos, aunque sólo fuera de pasada, uno a uno. Quisiera saber cómo brillan, qué color tienen, qué rebota en ellos cuando se posan en estas palabras. Y pienso que es magia. Que es una maravilla que vuestros ojos estén al otro lado. Yo, que empecé escribiendo sin saber muy bien a dónde quería llegar, que comencé este blog para hallar el interlocutor deseado que ya en mi mente se dibujaba, por arte de magia me encuentro con vosotros, lectores inesperados.

El inicio de estas palabras que son mi hilo tenían como única dirección la posibilidad de que un día las leyera mi hija, pero sorprendentemente, me he encontrado vuestros ojos que me leen desde cierto silencio, desde esas palabras que algunos de vosotros me dejáis a modo de comentario. A todos, gracias. Sois la magia y el misterio de esta página. Soy consciente de que un día empecé a escribir con la única intención de que mis palabras las pudiera encontrar mi hija. Laintención de este blog fue únicamente esa: poderle dejar a mi hija todo eso que pienso y que no soy, todo eso que quisiera ser y que no me sale. La trastienda de lo que, existiendo, no se nota en ese ir y venir que es la vida diaria entre carreras, deberes, comidas y berrinches.

Y un día la magia nos sorprende a lo tonto y nos dejamos arrastrar por ella. Tira de nosotros y nos regala aquello que no sabíamos necesitábamos tanto. A día de hoy, no puedo evitar mirar ese contador… contar las miradas que encontraron un ratito para posarse en la mía. Quizá sea pura y simple vanidad, lo sé, vanidad que se mezcla con cierta gratitud, por la compañía, por la mirada… por todo lo que aquí dejáis mientras yo espero pacientemente a que los ojos que en un principio buscó mi alma se posen sobre estas palabras. Mientras llega, miraré siempre entre agradecida y maravillada, los números mágicos de ese contador. Pienso a veces en vosotros, anónimamente o con nombre propio, y sonrío. Me gusta saber que estáis ahí. Al otro lado...

10 comentarios:

  1. Ana, la mágia que encierran las palabras, cundo vuelan lejos, es la que hace que tu contador, esté siempre ocupado.

    Tienen la capacidad, de traspasar fronteras. De ir de un lugar, a otro.
    Una vez, que alguien las recibe, las hace suyas, las acaricia, y se perpetuan con sus álas, en el tiempo.

    Además, tus palabras, Ana, dejan póso siempre...son un poco de lo que tu llevas por dentro.

    Besos

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  2. Trabajas con explosivos.
    Te crees que son palabras, dígitos, algoritmos, letras, signos de puntuación.
    Pero no.
    Son goma dos, nitroglicerina, dinamita, pólvora.
    Las unes, dejas una mecha al viento.
    La brisa revive la llama.
    Lees, cierras y te vas.
    ...
    Y cuando vas andando tan tranquilo, caminando por el parque, pasa una paloma, te fijas y...
    ¡PUUUUUMMMMBAAAA!
    Las palabras se convierten en una explosión del catorce.
    Sales despedido hacia la fuente, y si tienes suerte caes en blando.
    ...
    Se te acerca un extraño a socorrete, y te pregunta qué te ha sucedido.
    Te incorporas con la camisa blanca llena de barro, el rostro polvoriento y el corazón desgajado entre las manos, palpitando.
    Y contestas:
    "Ha sido un párrafo. Me explotó en la cara".

    Y te aseas como puedes en la fuente.
    Estás perdidito de letras.

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  3. Bonito objetivo el de tu blog.
    Yo acabé quitando el contador porque como tú dices unas veces iba hacia arriba y otras Hacia abajo y me volvía loca.
    Sé que hay gente que me acompaña y con eso es suficiente.
    Mi blog se creó como una hucha para guardar mis retazos...
    Besos Ana

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  4. Dale las gracias de mi parte a tu eslaboncito, ana. Si no fuera por ella ahora no estaría leyéndote.

    Tengo la suerte de conocer el timbre de tus palabras y tu rostro y tu mirada. Y sé de tu talante firme, rotundo. Y a veces me sorprendo leyendo esa versión suavizada. Pedazos de tu vida que inician una ruta: de la cabeza al corazón... del corazón a unos dedos que dulcifican y se plasman en el blog como una melodía.

    Pues menos mal que has querido dejar en herencia este hilo. Un puntito de la blogosfera disfruta mucho con tu blog.

    Besos, Ana de León, hedbana diminuta.

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  5. Hola Ana, hoy añades una visita más a tu contador. Espero que algún día tu hija entienda un poquito más a su madre por lo que escribe.
    Un beso.

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  6. ¡Qué gusto tenerte de vuelta! ¡Qué bonito lo que cuentas! Me alegro de tener el privilegio de asomarme a tu espacio. Un fuerte abrazo.

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  7. Yo, que si no fuera por este blog no te hubiese recuperado en la medida en la que lo he hecho, me alegro mucho de contarme entre uno de esos números huidizos... Besos

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  8. A vosotros especialmente, gracias por la presencia de vuestras palabras. Hoy ha sido un día de mucho trajín... acabo el día agotada. Mañana será parecido... y por fin llegará el viernes!!!

    Un abrazo.

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  9. Aunque no responda nada acertado o concreto, estoy y te leo. gracias, besos

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