PERFUME DE HIELO

Yoko Ogawa
Ed. Funambulista



La incógnita que es la inesperada muerte de Hiroyuki se convierte en un último acto de amor para Ryoko, su novia. Hiroyuki muere al día siguiente de su aniversario, llevaban juntos un año. Una nota que deja escrita Hiroyuki es el motivo que hace avanzar la historia con un ritmo suave e impecable. A través de la incógnita que es esa nota, Ryoko va reconstruyendo la presencia de Hiroyuki, ese todo que somos y que nos es fácil de descubrir cuando la vida sigue su paso en presente, cuando aún late en nosotros la posibilidad. La ausencia, el recuerdo y el dolor por la pérdida de un ser querido se convierten en certeza. Perfume de hielo es una novela que reconstruye el dolor como el último acto de amor.

El mundo de de Hiroyuki se encuentra en cada uno esos olores. Sensaciones que son sentimientos. Incógnitas que son certezas. La autora a partir de esa realidad, de esa incógnita que las palabras desvelan, nos lleva a la presencia de Hiroyuki; a su pasado y a su presente. Ryoko va siendo consciente de esa revelación, de todo aquello que desconocía y que va siendo descubierto a través de esos olores que quedaron escritos en un papel.


“Gotas de agua que caen por entre las rocas. Aire frío y húmedo de la cueva. Biblioteca herméticamente cerrada. Luz polvorienta. Lago recién helado al amanecer. Cabello de un muerto formando un ligero rizo. Terciopelo viejo y decolorado, pero suficientemente suave…”

Una apuesta para descubrir la intensidad del otro, su desconcierto, la frialdad de la soledad i que habita; esos olores se convierten para Ryoko en un peregrinaje a través de los recuerdos de Hiroyuki. Su duelo se eleva sobre el dolor, y aterriza directamente en la memoria de esa ausencia que se añora, una ausencia cuya estructura está anclada en el mundo de los olores, en el mundo de las matemáticas; mundos que ella desconocía profundamente. La integridad del todo que fue Hiroyuki se convierte en sorpresa para Ryoko, también en incógnita; va caminando sobre la revelación de un mundo que palpitaba a su lado sin ser ni siquiera intuído.

Hiroyuki, llamado en otro tiempo Rooky, se desvela como una incógnita que quiere ser habitada. Ryoko deambula por su recuerdo, por todos sus olores; es una búsqueda del reposo al que ha ido a esconderse la memoria de la persona a la que tanto quiso; la memoria de Rooky, y en esa memoria, la reconstrucción de su propio yo, un yo doliente.


Esta novela nos deja la profundidad que es la presencia del otro, su misterio, la incógnita de todo aquello que no sale a nuestro lado, y que siempre lucha por ser descubierto cuando la ausencia está en el futuro. Cada palabra es el dolor de Ryoko; dolor que nos lleva siempre a alguna certeza de la mano de esa escritura impecable que posee Yoko Ogawa. Un dolor que se eleva como revelación y que esta autora nos regala con precisión a través de una trama insertada en el mundo de los sentidos, en el mundo de la lógica; un misterio que se nos va regalando de forma suave, distanciada. No deja de sentirse a lo largo de la naración cierta frialdad, cierta distancia sobre lo acontecido a pesar del dolor tan inmenso de la protagonista. Yoko Ogawa nos regala una historia de incógnitas con un ritmo suave, donde cada párrafo es la respuesta del siguiente. La autora es capaz de ponernos ante un ritmo de lectura tranquilo a pesar de esa incógnita que va recayendo sobre nuestro pensamiento. Es ante todo una novela que se lee pausadamente, a pesar de ese ritmo rápido que surge normalmente al querer descubrir el todo que palpita en la historia. A pesar de esa incógnita que se muere por ser desvelada, el ritmo es suave y sobrevuela por encima de esa inquietud que se instala en la trama cuando ya sólo necesita ser desvelada. Y creo que esta conjunción, incógnita y pausa, sólo se consigue con un dominio del lenguaje y de los sentimientos impecable. Así es el lenguaje de esta autora; equilibrado, firme y limpio; como un perfume de hielo.

15 comentarios:

  1. Un extenso comentario, sí señor¡¡¡¡. Habrá que tenerla en cuenta.

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  2. Pues claro, Modestino. Siempre.

    Un abrazo y que sea un fin de semana de largo descanso y mucha lectura. ;))

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  3. El tema me ha recordado a la novela de Mercedes Salisachs, El volumen de la ausencia. Buen fin de semana, con sus huevos fritos!!

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  4. Al hilo de unos libros recordamos otros. También leí ese "Volumen de la ausencia" de Mercedes Salischas. Me gustó mucho.

    Y sí... feliz fin de semana, con sus huevos fritos y todo!!!!

    Hoy ha sido un día muy especial para recordar el olor de aquellos días de infancia, de cocina, y del cariño de mi padre en cada trocito de huevo frito que siempre me ofrecía ...
    ;))

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  5. Tiene buena pinta, lo pondré en mi lista, aunque sabe Dios cuando le llegará el turno, jaja, tengo tantos por leer y tan poco tiempo...
    Un abrazo

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  6. Estuve tentado de comprarla... Pero mis deberes teatrales me hicieron recapacitar...

    Ahora estoy escribiendo(teatro) y me absorbe el tiempo.

    Un beso

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  7. Sí Marta, hay tantos proyectos metidos en el saco de lo que está por llegar... y libros, unos cuantos libros. Y sin embargo, llegará un día que pudiendo cumplir cada cosa pendiente, añoraremos este momento en el que el saco está un poco olvidado. Disfruta de tu presente con ta poco tiempo libre! jajajaja
    ;)
    Un abrazo.


    Santa... eso que cuentas suena pero muyyyyy biennnnnnn. Estaré al tanto de todo, todo y todo ¿verdad?...
    ;)
    Un fuerte abrazo.

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  8. Me gusta la conjunción incógnita y pausa que anuncias...la buscaré, para tiempos más calmados. Gracias, Ana.

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  9. Siempre es bueno tener una lista de libros pendientes de la que tirar. Un abrazo.

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  10. En mi salón suena la lluvia, fuerte, intensa. Me gusta este sonido...te dejo un beso con latidos de gotas de lluvia y un deseo de buen domingo.

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  11. Aquí también ha amanecido nublado, pero sin sonido de lluvia. Muchas gracias Marina.
    ;)

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  12. Ana... libros... ¡¡¡Tiempo para leer!!! Entre Modestino y tú cada día la lista es más larga. Suerte la que tengo de poder echar mano de dos blogs con tanta afición.

    Un beso, morena.

    Gracias por tus recomendaciones tan bien argumentadas.

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  13. Tú deja la lista ahí, cerquita... el día menos pensado... ¡tendremos tiempo!

    Un besote.

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  14. hermanita poco activa22 de marzo de 2010, 21:59

    Tanto por leer, por hacer, por disfrutar... No tengo claro que caminemos hacia algún sitio, creo que más bien construimos nuestro lugar.

    Besos.

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  15. En ello estamos... guapaaaaa.
    ;))

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