"Quienes viven sin placer son peligrosos. El placer no es un aditamento, ni un ingrediente. No sólo nos reconforta o recompone, nos constituye. Su ausencia resulta una carencia, una falta, y de efectos contundentes. Sin él no sólo se amarga la vida, es que deja de serlo. Por eso es sorprendente que se identifique torpemente con cualquier gusto o sensación más o menos agradable. No es suficiente asociarlo con necesidades y menos aún con su satisfacción. Aunque no se excluye, lo decisivo del placer es que resulta del desplazamiento de uno y es una relación con algo del otro. Amar es también desear el placer del otro, buscarlo, crear las condiciones para que se procure. La voluntad de dar con él, saborearlo, es un modo de saber del otro, un modo de preguntarse por quién es él o ella.
(...)
Quienes carecen de placer resultan resentidos y tienen una irrefrenable tendencia a considerar superficiales y frívolos a quienes lo sienten, y su ausencia de placer es falta de esa alegría que es el enigma de la búsqueda. No esperar ni desear hace que los satisfechos acostumbren a ser insatisfechos resignados. Pero el placer, como el deseo, no es ni una tendencia ni un resultado, ni irrumpe tras la búsqueda de algo concreto. Es más una apertura que una cerrazón. No se trata de una recompensa, ni del mero resultado de un esfuerzo, ni de la retribución de un acto, ni de un bienestar alcanzado.
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Quienes carecen de placer resultan resentidos y tienen una irrefrenable tendencia a considerar superficiales y frívolos a quienes lo sienten, y su ausencia de placer es falta de esa alegría que es el enigma de la búsqueda. No esperar ni desear hace que los satisfechos acostumbren a ser insatisfechos resignados. Pero el placer, como el deseo, no es ni una tendencia ni un resultado, ni irrumpe tras la búsqueda de algo concreto. Es más una apertura que una cerrazón. No se trata de una recompensa, ni del mero resultado de un esfuerzo, ni de la retribución de un acto, ni de un bienestar alcanzado.
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Ciertamente, las dificultades del vivir hacen que haya quienes no están en condiciones de poder disfrutarlo, pero no deja de ser lamentable que algunos no sepan que el placer también perfila el espíritu y hace salir de sí hacia el otro, hacia el otro y su misterio. Buscar su placer es un modo extraordinario de encontrarse con alguien. Y de dignificar la existencia. El placer puede ser sencillamente una donación."**
** El autor de estos párrafos es Angel Gabilondo, actual Ministro de Educación. Fueron publicados en un revista mensual; Psychologies. Cuando lo leí, me parecieron muy elocuentes. Existen personas recias, aisladas, carentes de emoción. Su discurso es desolador; austero y nada tolerante. Con su dogmatismo siguen la senda de su propia acritud, y siempre pierden la referencia que es darse al otro generosamente. Suelen ser personas soberbias, carentes de espontaneidad y aisladas. Afortunadamente son muy pocas.
Ciertamente, las dificultades del vivir hacen que haya quienes no están en condiciones de poder disfrutarlo, pero no deja de ser lamentable que algunos no sepan que el placer también perfila el espíritu y hace salir de sí hacia el otro, hacia el otro y su misterio. Buscar su placer es un modo extraordinario de encontrarse con alguien. Y de dignificar la existencia. El placer puede ser sencillamente una donación."**
** El autor de estos párrafos es Angel Gabilondo, actual Ministro de Educación. Fueron publicados en un revista mensual; Psychologies. Cuando lo leí, me parecieron muy elocuentes. Existen personas recias, aisladas, carentes de emoción. Su discurso es desolador; austero y nada tolerante. Con su dogmatismo siguen la senda de su propia acritud, y siempre pierden la referencia que es darse al otro generosamente. Suelen ser personas soberbias, carentes de espontaneidad y aisladas. Afortunadamente son muy pocas.
No sabía que escribiera y, ¡a tan alto nivel!
ResponderEliminarCon esto se demuestra una vez más que no conocemos a las personas por dentro por mucho que las conozcamos por fuera.
Tengo que admitir que me gustó.
;)
Besos
Es cierto... a las personas nunca las acabamos por saber. A mí también me gustó. Mucho.
ResponderEliminarSaludos.
No, si el problema suele estar al sobrepasar la búsqueda del placer. El exceso de placer, o de la búsqueda del mismo, es lo que conduce a todas las adicciones negativas que uno pueda imaginar... no estoy tan de acuerdo.
ResponderEliminarBesos
Razón tienes. Los excesos siempre son un problema, en todo. El exceso hace que las cosas se pierdan como realidad, dejan de tener significado. Con el exceso llega un punto en que se difuminan y no se las puede tocar conscientemente. Y lo mismo ocurre con el defecto. Ha habido muchas personas que han sido educadas en la negación del placer, y eso es un reduccionismo de la persona. Y sin determinados conceptos claros, equilibrados, la vida no es completa. El placer y el dolor, tienen una capacidad de enriquecimiento considerable, en ellos el hombre es íntegramente. Diríase que ambos forman parte de su esencia.
ResponderEliminarTodo tiene su equilibrio, siempre. A mí me llamó mucho la atención este editorial. Se puede aplicar a muchos aspectos que hoy son tabú; el sexo, la muerte, el sufrimiento...
Nos dejamos muchas cosas en los bolsillos cuando educamos, y esta actitud tiene más relación con la manipulación que con la verdadera educación. Hay aún muchos temas tabú: conceptos que siempre se han visto desde una perspectiva muy acotada. Como si nos diera pavor mirar directamente a la realidad que el ser humano necesariamente es. Y el equilibrio, es ni más ni menos que el ejercicio de su libertad. En ello estamos.
Un beso gordote, Pesolet. Vaya retahila que te he soltado... ;))
De los pocos que están en el Gobierno y me gustan.
ResponderEliminarEs una pena que solo se oiga a los chapuceros y figurantes que apenas saben hablar... Claro que yo la tv un ratín mientras ceno y el 'Cifras y letras'.
Del placer hay mucho que hablar...¿Quién pone los límites a lo 'normal' y a los 'excesos'?
Para mi; comer todos los días chocolate me parece un exceso...
Y en cambio practicar todos los días...
deporte por ejemplo, no... jajaja
Un abrazo
El equilibrio es muy amplio, Santa. Afortunadamente. Y cada cual gestiona el equilibrio de su presencia.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Vaya tema.... Los párrafos de Gabilondo -no me gusta ese apellido ;)- me han gustado, son tremendamente atractivos.
ResponderEliminarEs evidente que hay que matizar, y que tendría que saber que consecuencias saca el autor de sus palabras, que hay detrás de ellas para compartirlas en mayor o menor extensión.
Pero, de entrada, le doy un sí rotundo al combate contra el estoicismo radical, a la negación de toda satisfacción, a la visión exclusivamente negativa y hasta pecaminosa de todo lo que suena a placer.
Yo también pienso como tú, Modestino.
ResponderEliminarSi anulamos el placer, acotamos la realidad del hombre, limitamos su esencia. Y en el ser humano, tanto el dolor como el placer, forman parte de su mirada transcendente. Es inevitable.
Y...
Y...
Y hoy... ES VIERNES!!!!
Que descanses, que te tomes una buena cerveza al lado de un buen amigo... acompañado todo por una exquisita "torrada de foie". Seguro que merecido lo tienes. Faltaría más... jajajaja.
:))
Es cierto que no se conoce a las personas sólo por su trabajo o sus actos visibles. Si en el Ayuntamiento donde trabajo supieran algunas de las cosas que de verdad me apasionan, no lo creerían.
ResponderEliminarEl placer hace salir de sí hacia el otro. Eso es algo que se descubre con el tiempo, y casi es la razón principal de mi epicureísmo crónico :)
Todo un placer, Ana.
Este Gabilondo ministro, participaba en un programa de radio nocturno hace tiempo. Me llamaba la atención, siempre decía algo que me tocaba.
ResponderEliminarY aquí no me defrauda. El deseo es tan humano, el placer y la donación unidos... y en la otra cara el dolor y la muerte.
Ninguna filosofía se sostiene sin buscarles sentido.
Gracias, Ana.
A mi el texto me hace pensar. Quisiera reflejar otra posibilidad más. Se habla de que los excesos son malos, de que el retraimiento del placer también es negativo, etc. Pero a mi me gustaria hablar más del conocimiento del placer. Todo el mundo habla como si realmente supiera lo que es, y nadie nos lo ha enseñado. Tambien puede suceder que se desconozca su esencia, o incluso, que aprendas conceptos equivocados. Imagina por un momento que lo que tu supones que es placer, a otra persona le han enseñado que eso es malo y negativo. Jamás lo buscará porque nadie quiere lo malo para si. Luego, de repente conoce a alguien que le dice que no, que eso es bueno. Debe desaprender y volver aprender, esta vez se supone que correctamente. Pero el placer hay que sentirlo, y si no sientes... da igual los cambios que hagas.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el tema tratado.
Llego tarde... para decir nada original, me temo. Puedo decir algo básico y que trato siempre de expresar, el placer, como su nombre ya nos indica es algo que nos hace más felices, más libres, más nosotros mismos. No veo el problema de disfrutarlo, de desearlo, de necesitarlo. ¿Críticas? No. Cada uno debe decidir qué es placer para él..¿Los excesos? Venga, ya sabemos todos que en nada son buenos y es así. El placer tiene y debe existir y por supuesto, si no existiese, habría que inventarlo. Besos.
ResponderEliminares un placer leerte, buen fin de semana!
ResponderEliminarEl placer es una donación, yo también lo veo así. Es salir hacia el otro. Íntegramente. En el placer (también ante el sufrimiento), no caben medias tintas, somos íntegramente y no cabe disimulo alguno. Sale lo que somos. Un abrazo Fernando.
ResponderEliminarLolo, holasss. A mí también me sorprendió, me han gustado muchas de las editoriales que ha escrito en dicha revista. Esta me gusto especialmente; el placer como búsqueda y encuentro con el otro. Como donación. Y como deficiencia si no se siente, si no se sabe como algo propio.
Noemí, con tu comentario nos dejas algo fundamental: Desaprender para poder aprenderse. Creo que esa es la cuestión, la necesaria circunstancia por la que hemos de pasar. Tenemos que desaprender muchas cosas... para ser íntegramente. Es cierto. Y no es fácil... pero ahí está la libertad... apremiándonos... poniendo delante de nuestras narices el reto.
Gracias por tu comentario. Saludos.
Lisset, estoy contigo, si no existiese, habría que inventarlo. Afortunadamente nos fue dado. Un abrazo.
Marta... Vengo de tu casa, me ha emocionado tu entrada; un abrazo fuerteeeeee.
El placer, como todo, en su justa medida. Una vida orientada a la mera obtención del placer es una vida baldía. Una vida sin ningún placer,una pesadilla.
ResponderEliminarZambullida, un abrazo. Sí, siempre el equilibrio. En el cuerpo y en el alma. Cuidate mucho.
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