Es un cansancio sereno; rota la tensión del cuerpo, en un rato descansará el alma. Ha sido una serena tarde con las horas de azul. Silencio a cada paso ante ese trayecto mil veces pateado. La luz en el horizonte. El agua en su cauce. Aún así, lo único que yo oigo es el silencio. Ella va delante, agitada por su alegría. Resbala sobre sus patines sin rozar apenas el aire. Parece que lo sobrepasara, que ella fuera quien crea el aliento de ese viento. La brisa es como una presencia de infancia; es su movimiento, me digo.
Se acerca un perro hermoso, de color canela. La sigue a su mismo ritmo, con el mismo color de su alegría. Azul. Yo tengo miedo de que la tire, pero no digo nada. Me quedo observando la estampa: son iguales. Juegos. Risas. Aire. Espacio. Infinitud. Una tarde encadenada a la memoria. Unas horas que se han ido sin sentirlas, que han sobrevolado nuestras cabezas desde su liviandad. Es un regalo ver pasar la tarde. Sin más. A su lado. El mundo flotando en esta tarde de silencio. Se sostiene por ella. Una tarde. Sentir cada hora en su significado exacto.
_ Mira mamá, mira qué bonito está todo hoy, mira el río… si parece que tiene hasta cataratas_ Lo dice alegre al observar un cambio de nivel del agua. _ Vamos, vamos al puente, vamos a ver cómo brillan los peces desde el puente._
Nos dirigimos al puente, y nos dejamos llevar la mirada por la corriente, absorta en ese discurrir ansioso del agua. No se ven tan claramente los peces hoy. Ella sigue hablando.
_ Un día la profesora nos preguntó que qué es lo que más desearíamos en el mundo. Marcos dijo que el quería cambiar de familia._ Casi me atraganto. Dejé de discurrir por el agua, esa es la verdad. Hay que ve cómo son los niños a veces.
_ ¿Y tú, a ti, qué es lo que más te gustaría?_ Y me quedo totalmente a la espera, insegura, incluso con miedo a cual pudiera ser su respuesta.
_ Yo… yo dije que lo que más me gustaría es saber a qué saben los helados. Los bolas de color rosa y blanco. Y nadar así, rápido, muy rápido, como los peces. Eso es lo que más me gustaría. ¿A ti mamá?_
Mis ojos se vuelven a quedar perdidos en la corriente del agua, y le contesto que sí, que yo también querría ser un pez así, brillante y veloz. Y nadar rápido, muy rápido a su lado, hasta llegar al mar. Y que lo que más me gustaría también, es tener sus mismos ojos; ese modo que tienen de posarse sobre las cosas.
Se acerca un perro hermoso, de color canela. La sigue a su mismo ritmo, con el mismo color de su alegría. Azul. Yo tengo miedo de que la tire, pero no digo nada. Me quedo observando la estampa: son iguales. Juegos. Risas. Aire. Espacio. Infinitud. Una tarde encadenada a la memoria. Unas horas que se han ido sin sentirlas, que han sobrevolado nuestras cabezas desde su liviandad. Es un regalo ver pasar la tarde. Sin más. A su lado. El mundo flotando en esta tarde de silencio. Se sostiene por ella. Una tarde. Sentir cada hora en su significado exacto.
_ Mira mamá, mira qué bonito está todo hoy, mira el río… si parece que tiene hasta cataratas_ Lo dice alegre al observar un cambio de nivel del agua. _ Vamos, vamos al puente, vamos a ver cómo brillan los peces desde el puente._
Nos dirigimos al puente, y nos dejamos llevar la mirada por la corriente, absorta en ese discurrir ansioso del agua. No se ven tan claramente los peces hoy. Ella sigue hablando.
_ Un día la profesora nos preguntó que qué es lo que más desearíamos en el mundo. Marcos dijo que el quería cambiar de familia._ Casi me atraganto. Dejé de discurrir por el agua, esa es la verdad. Hay que ve cómo son los niños a veces.
_ ¿Y tú, a ti, qué es lo que más te gustaría?_ Y me quedo totalmente a la espera, insegura, incluso con miedo a cual pudiera ser su respuesta.
_ Yo… yo dije que lo que más me gustaría es saber a qué saben los helados. Los bolas de color rosa y blanco. Y nadar así, rápido, muy rápido, como los peces. Eso es lo que más me gustaría. ¿A ti mamá?_
Mis ojos se vuelven a quedar perdidos en la corriente del agua, y le contesto que sí, que yo también querría ser un pez así, brillante y veloz. Y nadar rápido, muy rápido a su lado, hasta llegar al mar. Y que lo que más me gustaría también, es tener sus mismos ojos; ese modo que tienen de posarse sobre las cosas.
Tener eternamente ojos de niño para ver el mundo como ellos lo ven... Pide un deseo.
ResponderEliminarUn beso a la pescadilla y otro para ti.
Bonita mirada, sí señor¡¡¡.
ResponderEliminarHay contestaciones que te hacen pensar: cambiar de familia¡¡¡¡...sí, yo también prefiero la de nadar más rápido que los peces, una respuesta que denota salud mental e infancia vivida como debe vivirse.
El sábado, por cierto, tengo boda en Huesca y la mitad son de León...
Llego a casa, totalmente inflamado de realidad, cansado.
ResponderEliminarLa Sarita a punto de cumplir nueve.
Me quito como puedo los restos de carbonilla, el brazo izquierdo carbonizado y el lóbulo derecho chamuscado. Un día de aúpa.
Logro que Sara se ponga el pijama, me echo en su cama e intento rematar el día de forma digna.
"Cuéntame un cuento, hija".
...
La pequeña abre un libro y me cuenta lo que le pasó al gato con botas.
Era un mentiroso, un manejante adulador de reyes, menuda pieza.
Pero en los labios de mi hija se transforma en un inocente cuento para niños.
Y para adultos carbonizados por un día intenso.
...
El gato con botas, lo mejor de un miércoles cualquiera.
...
Todos deseamos que nos cuenten un buen cuento.
Son diez minutos al día.
Suficientes para apaciguar las brasas de un día cualquiera.
Por lo que escribes tienes ojos que traspasan la realidad y saben entender el interior de la realidad. Seguramente los ojos que ha heredado tu hija.
ResponderEliminarGracias, Ana he disfrutado mucho con tu relato.
Gracias por hacernos disfrutar con la belleza de tu blog.
ResponderEliminar¡Benditas miradas nuevas!
ResponderEliminarUn encantador paseo en vuestra compañía.
Saludos, Ana.
La pescadilla está con sus abuelos, esto me ha dado tiempo para finiquitar un par de cosas que ya necesitaban finalizarse.
ResponderEliminar;)) (yo pido muchos deseos... jajajaja) Besotes grandes, pesolet.
Pues sí, Modestino, porque mi hija podía haber pedido "otras" cosas necesarias, y ni se le ocurrió. He de decir que la respuesta de su amiguito me dejó ciertamente muda, porque son una familia absolutamente normal. Ya ves. Estos niños...
Driver, pocas cosas tienen el ensimismamiento de una historia bien contada. Un cuento es un privilegio, y si viene de los labios de una peque... qué quieres que te diga. Como la mastercard; no tiene precio.
Mariapi, qué bien que estés al otro lado... para que me digas cosas bonitassssss. Un abrazo. Gracias.
Ars Vitae... tus palabras si que son un privilegio. Siempre me dejan a colación algo que no sabía. Saludos.
Javier... cuando quieras volvemos a dar otro paseo... jajaja. Si hay alguien que dabe pasear la mirada por la vida, ese, eres tú. Un abrazo.
Gracias por dejarme pasear con vosotras! besos
ResponderEliminarSocia, ¿has visto el recurso de los adjetivos intercambiables?.
ResponderEliminarDa juego y movimiento.
De dejo una muestra.
MI DIOS ES BARROCO.
El Viernes Santo sacaremos la Procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Si o si.
Imágenes de Francisco de Salzillo, visibles todo el año en el Museo Salzillo de Murcia.
Mi Dios es Barroco.
Como las volutas de la fachada de la Catedral.
El olor a azahar de los limoneros de mi tierra.
Las crestas de las olas de mi mar.
Los silbidos que dejan en mi mente los ángeles con los que me cruzo.
La sonrisa de una niña.
El abrazo de un padre.
Un beso al amanecer.
La mirada cómplice de un amigo.
La fuerza que sale de donde no hay.
Las formas de los espíritus blancos que te rondan.
El aire que se respira en un homenaje sentido.
Los misterios que no comprendes, ni falta que te hace.
La esencia de un pensamiento eterno.
El arco romano de unas ruinas junto al mar.
La hélice de una nave que va y viene.
La estela de un hidroavión al amerizar en el Mar Menor.
El caramelo regalado.
La rosa dulce que adorna una Virgen.
El rojo chillón del vestido del sábado.
…
Y todo eso está en la esencia de un Dios Barroco.
El único que se arrima al toro que no sabes torear.
Ni falta que te hace.
Pues…
El Dios Barroco está contigo.
Desde que naces hasta que te conviertes en …
El olor de la fachada de la Catedral.
Las crestas del azahar de los limoneros de mi tierra.
Los silbidos de las olas de mi mar.
La sonrisa que dejan en mi mente los ángeles con los que me cruzo.
El abrazo de una niña.
Un beso de un padre.
La mirada al amanecer.
La fuerza cómplice de un amigo.
Las formas que sale de donde no hay.
El aire de los espíritus blancos que te rondan.
Los misterios que se respira en un homenaje sentido.
La esencia que no comprendes, ni falta que te hace.
La arco romano de un pensamiento eterno.
Las hélices de unas ruinas junto al mar.
La estela de una nave que va y viene.
El caramelo de un hidroavión al amerizar en el Mar Menor.
La rosa dulce regalada.
El rojo chillón que adorna una Virgen.
Las volutas del vestido del sábado.
...
Por cierto, en casa TODOS os esperamos un finde.
Hablamos.
Por cierto, nuestro proyecto sigue en pie.
ResponderEliminarLlevo un mes caminando por el pasillo del infierno, la UVI, y era lo que me faltaba para empaparme de esa realidad supuestamente lejana, del punto final del que es tan difícil hablar.
De la muerte.
...
Cuando salga del pasillo, en un mes o así, preveo una explosión de creatividad.
Esta vez vivida.
No te deseperes conmigo, ese proyecto sobre la muerte, sigue vivo.
Simplemente me ha sobrevenido un cursillo intenso.
El que tú haces tan a menudo.
Besos para las socias de parte de toda la familia.
Estos ratos son los que me gustaría poder atrapar, pero el tiempo sigue corriendo y se los lleva consigo, dejando a los recuerdos como prueba de que existieron.
ResponderEliminarUn abrazo amiga, y gracias por compartir este post "tan tuyo".
Besos
Driver... Por supuesto que sigo siendo tu socia. Estoy segura de ello, una vez que salgas de ese infierno, atraparás todo en forma de palabras volanderas. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarEl tiempo vuela, imperceptiblemente, es cierto, pero de vez en cuando nos regala una tarde, unas horas, unos minutos... y la mirada lo capta todo, sedienta como está de belleza.
ResponderEliminarUn abrazo amig@mi@.