Hoy me he decidido a estar aquí, en este mundo de bitácoras. Y me pregunto qué es lo que me lleva a hacerlo. Me pregunto qué parte de mi visión del mundo quiero contar, qué querré encontrar una vez queden mis palabras en la espera de ser leídas. Y también quisiera conocer qué parte oculta es la que al final saldrá de esas palabras, qué es eso que soy, que ni si quiera yo sabría contarme a mí misma.
Quizá escribir sea suplir el vacío que tenemos ante la ausencia del otro. Una búsqueda de interlocutor. Encontrar esos ojos que nos lean, y que no nos dejen morir del todo.
Quizá escribir sea suplir el vacío que tenemos ante la ausencia del otro. Una búsqueda de interlocutor. Encontrar esos ojos que nos lean, y que no nos dejen morir del todo.
FLY
ResponderEliminarÉrase una vez un hombre que golpeaba bolas en un campo verde.
Y esas esferas trazaban elegantes trayectorias en un cielo azul.
Las líneas de los sueños.
…
Todos y cada uno de los humanos tenemos sueños de juventud.
Unos los persiguen a través de los años, otros los pierden.
Un tercer grupo los tienen a tiro.
Simplemente hay que darle a la bola.
Fuerte.
…
Aquel chaval de provincias se vino a Madrid para estudiar.
La capital del Estado era un bullir de ideas, una coctelera donde los sueños se agitaban en el elegante mundo de las ideas.
A través de la Castellana corría impetuoso el aire limpio.
Los conceptos, tras pararse unos segundos en el cruce con Alcalá, salían despedidos a toda velocidad hacia la zona de Azca.
El muchacho tuvo suerte. Sus primeros años de estudiante se convirtieron en un puzzle de ideas. Una colección de conceptos intemporales, donde todo era posible.
Los viajes a su ciudad natal marcaban puntos de inflexión en su trayectoria vital.
Los primeros años iba y venía en tren.
Más tarde en su propio vehículo.
Aprovechaba los viajes para resetear el ordenador de a bordo.
Organizar las ideas, renovar algún concepto caduco, reubicar los pensamientos angostos e intentar completar su organigrama vital.
…
Una vez acabados los estudios, buscas un trabajo que llene de combustible el depósito de tu deportivo.
La gran ciudad es ideal.
Numerosas gasolineras jalonan la traza urbana.
Todos los grandes están allí. Multinacionales, empresas con delegaciones en los cinco continentes conocidos y en varios todavía por descubrir. Las grandes de la energía. Las enormes del transporte. Las infinitas del comercio.
Tú solo tenías que buscar tu momento.
Y una vez que te introducías en la vorágine.
Disfrutar.
…
A esas alturas de la vida comienzas a elegir. Ya no vuelves a tu ciudad en tren, atrapas un avión con la palma de tu mano.
No es lo mismo. Es mejor. Mucho mejor.
…
El muchacho se convirtió en un gestor cualificado. Un profesional de las ideas empresariales.
Las llevaba a cabo y encima se divertía.
…
Pero…, había algo que vibraba en su cerebro cada vez que volaba.
Cuando estás a tres mil pies de altura, el territorio se presenta como una superficie continua y ordenada. Nítida como un brillante.
…
La mañana del día de San Juan, volando hacia París, su mente acopló un sueño.
Desde hacía unos años seguía con curiosidad los diferentes sistemas de gestión de las principales ONG¨S.
Aquello era un auténtico desastre.
Se mantenían en el aire gracias a subvenciones, donaciones, contribuciones y demás ingresos irregulares.
Aquello limitaba sus posibilidades de crecimiento y estabilidad a corto y medio plazo. Del largo plazo mejor te olvidas. Mejor, mucho mejor.
…
Así que allí estaba él. Un gestor que había corrido la Castellana, escalado el monte del balance, atravesado las fronteras del marketing.
Y ella. Una organización no gubernamental que operaba en Sudamérica.
Y la otra. Aquella señora que representaba los mejores sueños de su juventud.
…
Volando sobre los Pirineos, en una zona nubosa, donde las turbulencias dibujaban espirales en el borde de las alas del Airbús A300, se le ocurrió la idea más potente de cuantas se podía haber imaginado.
Él haría el amor con ella y con la otra.
Sacó el portátil y escribió las líneas maestras de aquella orgía de ideas frescas.
Una forma de gestionar diferente, basada en su experiencia profesional y en los fluidos de aire laminar que la aeronave dejaba en su estela.
…
Al llegar a Paris lo hizo.
Se acercó al mostrador de Air France con la fuerza del oleaje de un Cantábrico embravecido.
Y preguntó a la aeromoza lo que todo hombre del norte desea saber.
La primera pregunta que abría el camino del resto de su vida.
“Señora, ¿me puede informar de los horarios de salida para Bolivia?”
…
Todos y cada uno de los humanos tenemos sueños de juventud.
Unos los persiguen a través de los años, otros los pierden.
Un tercer grupo los tienen a tiro.
Simplemente hay que darle a la bola.
Fuerte.
Pero qué ilusión, Ana.
ResponderEliminarQué alegría me das, qué alegría.
Seguro, seguro que a ser una referencia para mí, para más gente. Gracias y enhorabuena.
Un beso grande, grande, de estreno.
Y también me gusta mucho "la estética". Me parece muy tú; delicada, con gusto, clara, sencilla...qué bonito (que es, me enteré el otro día, un diminutivo de bueno).
ResponderEliminarOtro beso de estreno y cava o cervecita o lo que quieras.
Oye Lolo, ¿tú tienes blog?
ResponderEliminarNo te haces la idea de las veces que pico en tu nombre... pero no me sale nada.
Gracias Driver por ese cuento maravilloso, ya lo regalé.
Gracias a ambos por entrar en esta salita. A ver... a ver... qué sale de todo esto. Estoy así, como con zapatos nuevos pero sin saber bien cómo piso.
Saludos.
Querida Ana. Dos puntos. No quepo de gozo. Punto. ¡Bravo!. Por fin... Mira que te ha costado dar el paso... Cuánto me alegro. Un faro. Una mirada distinta, enriquecedora, honesta.
ResponderEliminarHoy...¡¡¡FIESTA!!! Fiesta de estreno. Muy cerca de la noche mágica de San Juan, cuando la noche se hace pequeña y el día manda más que nunca. En estas circunstancias nace tu blog, como una criatura que quiere celebrar la Vida.
Muchos besos:
Sunsi
Siiiiii... te esperaba Sunsi.
ResponderEliminarNace en junio, así, como haciéndonos ver que no es tan mal mes... (es que junio...) y así, como al lado de una de esas hogueras de San Juan, en las que se quema lo que ya no sirve, y se ilumina un poco aquello que está por venir.
buena suerte en este viaje...
ResponderEliminarConstant
Gracias Constant.
ResponderEliminarEspero leerte por aquí siempre que te apetezca dejar algunas letras.
Ana, me acabo de enterar de lo de tu blog, y seguro que será interesantísimo,otro cuarto de estar acogedor, así qeu ya pasaré para tomar una cañita fresca,ahora que llega el verano,
ResponderEliminarun beso
bla bla bla
ResponderEliminarsoy nueva ,de un pueblecito,me gusta meter baza pero mis faltas de ortografia me definen ,tendre que codearme con grandes ,acentos ,comas y gente que no lo soporta ,soy asi ,tengo mas inquietudes que aprender a escribir correcto,pero es una de mis grandes metas aprebdre el abecedario jajaja
ResponderEliminarSra Nilson, su presencia es un honor en esta sala. Independientemente de las comas, los puntos, y los acentos... su presencia será siempre acertada.
ResponderEliminartengo cierta edad ,por eso podeis preguntarme recetas de cocina,decirte Ana ,que te envidio lo bien que te expresas ,creo que te he espantado a la gente ,me rezagare hasta que vea que me dan cariño ,que eso no hace falta diccionario .
ResponderEliminarBueno Ana ,me gusta tu guarida ,te mando una poesia que me impacto un trocito.
ResponderEliminarTe dejo con tu vida tu trabajo tu gente con tus puestas de soly tus amaneceres.Sembrando tu confianzate dejo junto al mundo derrotando imposiblessegura sin seguro.Te dejo frente al mar descifrándote sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota.Te dejo sin mis dudas pobres y malheridas sin mis inmadureces sin mi veteranía.un beso
Sra Nilson, hasta cuando quieras... ;))
ResponderEliminarbichito ... mil millones de besos
ResponderEliminar... hasta más allá del infinito, anónimo.
ResponderEliminarQuizá escribir sea suplir el vacío que tenemos ante la ausencia del otro. Una búsqueda de interlocutor. Encontrar esos ojos que nos lean, y que no nos dejen morir del todo.
ResponderEliminarHostia... (perdón), pero qué buena reflexión. Gracias. Ahora sé por qué necesito escribir.
"Oí hablar sobre algo que los lingüistas denominan campos semánticos y, como no soy experta en la materia, no sabría explicar bien de qué se trata. Pero hubo un día que lo intuí o lo imaginé. Y pensaba en esos campos que pertenecen al lenguaje y a la palabra, aunque más bien le preceden. Le preceden en la mente antes de que ésta la escupa en forma de vocablo. Y residen en ella de una forma abstracta, algo desordenada y en imágenes. Después llega la hora de la siega. Hay veces que lo haces a mano y otras mecánicamente, pero al segar destruyes los campos y escupes la palabra. La escupes, la ordenas y la empaquetas para exhibirla y que alguien se quede con ella; y puede que sí construyas palabras, palabras y más palabras, formes alguna frase y más… Y las exhibes… y al exhibirlas y empaquetarlas puede que incluso te prostituyas con ellas o sean objeto de mercadeo que, en definitiva, es como prostituirse.
ResponderEliminar… ¡Qué lejos quedan esos campos cuando llegan las reglas para construir la palabra!
-¿Por qué has dibujado campo, trigo, arboleda y un árbol lejano?
Primero existió el "campo" y por eso dibujé un campo; dibujé un campo y pensé en trigo porque como no entiendo de "campos" la imagen del trigo surgió sin querer, sin premeditarlo. Y dibujé un campo de trigo porque el trigo está muy presente en todo lo que comemos; y era campo de trigo por la tierra, por la semilla y por la siega. Y creo que también por la parábola, pero no indagué mucho en ella.
Y allí, a las espigas las azotaba el viento, y aunque crecían, cada una podía bailar al son del movimiento de las nubes. Había tierra (no me preguntes por la fertilidad; no quise llegar tan adentro). Pero soplaba el viento, llámale brisa si quieres, y había espacio para tumbarme en ese campo y mirar al cielo, que me diera el sol en la cara, que me acariciara el aire y que no me importara que cualquier maleza entrara en mi cuerpo. Y donde me tumbara aplastaría algún fruto y encontraría alguna mala hierba y también alguna flor silvestre. Y todo eso no me importaría porque el sol calentaba mi cara y me acariciaba un rumor suave que, amable, llegaba a mí convertido en brisa.
Y allí, en algún momento, dormida sin ser siesta, me incorporaría sin sacudirme los restos de trigo que se colaran por el cuello de mi blusa, y andaría por esos árboles de la arboleda y correría buscando aquél, el más lejano, el que estaba más perdido…
Y con una navaja escribiría algo en ese árbol, algo corto, algo sencillo; no preguntes, que aunque prostituida sigo vestida…"
Sigo buscando la música de ese Violín ...y esta mañana me encontré un guante. Ay Ay Ay ....no.
Ay
Ay
Ay
No sé qué decirte, ni quién eres... o sí. Pero hablas en femenino.
EliminarGracias por estas palabras tan bonitas. Me han recordado a mi padre; que es campo, que es trigo, que es brisa y también sombra.
Un abrazo.