Quiero tu inmortalidad a mi lado, saber que de algún modo te quedarás. Permanecer. Poder seguir tocando tu voz con mis manos, como ahora lo hago todos los días. Quiero la infinitud de tu presencia conmigo, al lado de mis sentimientos también infinitos. No me asusta mi final, sino mi limitación cuando tú ya no estés a mi lado. Quédate. Quisiera que te quedaras siempre como eres ahora. Pero la vida es siempre un límite que tiene que ser saltado. Abismo infinito. Misterio.
I WILL BE BACK.
Te irás. Y regresarás. Estarás en el tacto de este pequeño cuaderno. Permanecerás para siempre en estas manos que son como las tuyas. En esta mirada que aprendió a enfocar a tu lado con el mismo brillo de tus ojos, con el que me hiciste mirar las cosas que que tú mirabas. Como tú las mirabas. Mis manos siempre en tus ojos, mis manos de niña.
Silencio. Permanencia. Inmortalidad.
Tu presencia siempre a mi lado,
en la presencia de estas palabras,
en el tacto de las lágrimas que ahora siento,
en todo este dolor que presiente tu despedida.
Inmortalidad.
Una película inmortal: El paciente inglés.
¡Oh, Señor de los espacios infinitos!
ResponderEliminarTú que me permites ver la luz de las estrellas, situadas a cientos de años-luz de mi planeta.
Tú que me has regalado la vida.
Tú que permites que éste instante pasajero que llamamos existencia, se nutra de pensamientos abstractos.
Dame la dicha de recrearme, aunque sea por un sólo instante, en la paz de tu luz.
Dame la fuerza necesaria para escalar las dunas que me rodean.
Permite que escuche la canción que perseguimos los humanos, con ansia y desdén.
Déjame que roce un día la eternidad.
Y así poder despedirme en paz.
...
Déjame que la roce.
Amén.
Dicen que siempre hay un pedazo de eternidad que se queda de los que se van... en las fragancias, en la música, en algunas frases que repites y sabes que no son tuyas.
ResponderEliminarPero no se puede ahorrar el dolor que presiente una despedida. Es proporcional al amor. Te dueles en la medida que amaste.
Te acompaño en el dolor de amor, venga de donde venga...
Estoy aquí, ¿recuerdas?
Besos, Ana diminuta.
No, no es dolor actual, es dolor presentido. Sólamente. Todo vive aún en el presente. Pero de todo hemos de aprender a despedirnos. De todo.
ResponderEliminarDriver, el dueño de las palabras que se agarran a lo infinito, al color de la eternidad...
ResponderEliminar... siempre un honor tenerte aquí, en esta ventana.
Ana... te he entendido a la primera.. ese dolor presentido aunque todo viva en presente...
ResponderEliminarHola bichito ...
ResponderEliminarcomo me gusta tu blog, ufff ... debe ser que es lunes.
mil millones de besos
A mi me gusta tu presencia al otro lado, anónimo.
ResponderEliminarTú, leyendo así, tan en silencio...
... hasta más allá del infinito!