Yo sé cómo es ese campo, dónde habitan sus duendes, sé del sonido de sus trasgos, en qué aguas se esconden sus ondinas... y recuerdo aún el calor de esas viejas casas de barro y paja. Jamás se me olvidó cómo se mira un horizonte de esos, con olor a paja, a cigarras y a cielo inmensamente azul. Recuedo la verdad en aquellas historias interminables. Y el olor de aquella infancia.
Siempre es emocionante recibir una canción. Gracias anónimo, cual duende desde el silencio. Trasgo de música. O quizá misteriosa ondina de melodías preciosas.
Sigo durmiendo...
ResponderEliminar... pero Ginesillo, está bien dormir, pero... ¿no habrá nada que te pueda hacer despertar?...
ResponderEliminar... ¿ni siquiera un ratito?.
Ánimo, honor y fuerza...
...y si no consigues despertar del todo... felices sueños!!!