AL LADO DE LOS OTROS.

Recuerdo que fue una noche, estaba planchando y echaban por la tele esta película: Soldados de Salamina. Sin haber tenido intención de verla, me ví atada al hilo de la historia. Y fue en esta escena cuando de repente se paró el tiempo: Alguien rompe la tensión. Un ser con su gesto, con una canción, hace que aflore la calidez de lo cercano, de algo que se siente propio. Y en ese momento, las almas que sufren pueden sonreír. Y yo sé que esto, esto, a veces sucede...

Recordé otros escenarios, otros momentos, otros instantes de intensidad y congoja. En esos momentos en que he sido testigo de ese "algo" que nos hace sabernos iguales, en ese minuto intenso en que se desdibujan las diferencias y se perfila la mirada del contrario como un igual. Instantes en los que sólo se siente el latido de la esencia, de ese "ser" que late en cada uno de nosotros.

Y ocurre... Suelen ser momentos de incertidumbre, miedo y desolación. Y también de consuelo.
Es en esos momentos cuando verdaderamente nos sentimos al lado de los otros. Son instantes que se cuentan con los dedos de la mano.


8 comentarios:

  1. Anita... esa escena. Esa escena es el pedazo de cielo que regala el soldado y que se regala. Es preciosa, aun con esa carga de dolor de una guerra entre hermanos.

    Gracias por colgar episodios que hacen más amble la vida.

    Un beso, Ana. Buenas noches.

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  2. Que descanses Sunsi... aquí ya hay silencio. Por fin...

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  3. Interesante me gusta.. Gracias por compartirlo..
    Todo un placer leerte..

    Te dejo
    Mi abrazo
    Con mis saludos fraternos..

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  4. Dios nos conserve esos instantes, Ana¡¡¡.

    Te dejo una cita de "La elegancia del erizo", de Muriel Barbey: "quizá estar vivo sea ésto: perseguir instantes que mueren".

    Que tengas un buen día¡¡¡.

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  5. Gracias Adolfo, por tu fiel lectura.

    Modestino, sí, que nos sigan siendo concedidos... Y ese libro que comentas, me gustó mucho. Un abrazo.

    Que sea un buen día hoy para todos!!

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  6. ¡Anita, socia!
    Estas hermosas imágenes me ha recordado una vivencia.
    Estábamos en Venecia unos cinco matrimonios y unos diez niños, en uno de esos viajes coñazos donde el españolito se atiforra de turismo a una velocidá que pa qué las prisas, de forma compulsiva y estúpida.
    Los niños estaban derrotaos de tanto monumento, los padres querían ver la ciudad en tres horas, y yo me estaba estresando.
    Mi Sarita protestó de la manera más sincera con la que los niños protestan: ¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAA!

    Así que decidí romper la racha de estupidez y hacer algo positivo.
    ¡JUGAR AL PAÑUELO!

    Los adultos se metieron en un museo y me quedé con diez enanos enmedio de una plaza bellísima.

    Los repartí en dos grupos de cinco.

    Me puese en mitad del mundo mundial y grité: ¡¡EL TREEEEEEEEEEEEESSS!!

    Los niños corrían ,la luz corría, los carabinieri se pararon a observarnos, los turistas nos hacían fotos y yo gritaba: ¡¡EL CUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAATRO!!

    Y mi Sarita me preguntó: "¿Y pa jugar hay que venirse aquí, tan lejos?.

    No se me ocurrió nada más que decirle la verdad: "Sí, hija; los adultos es que tenemos la cabeza como una patata".

    Y durante hora y media jugamos al pañuelo en una plaza veneciana.
    Cuando teníamos sed, bebíamos.
    Cuando teníamos hambre, comíamos.
    Y cuando teníamos risa, reíamos.

    Me pareció que mis adultos acompañantes se perdieron la mejor de ese viaje.

    A mí me pareció escuchar música.

    Divina.

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  7. Driver... esa Sarita es tela. Desde luego que se la ve venir: no irá por dónde han pisado los otros. Su camino, nadie lo ha caminado. Me temo que te dará más de un susto. Pero será ELLA. Y su inteligencia no es como la de los demás... parecen perdidos, pero no lo están.

    Sé cómo son los ojos de los niños así... ellos parecen llevar pegada en la mirada un horizonte, y en la frente una frase, para que nos enteremos bien:

    "Nunca vayas por el camino trazado porque conduce hacia donde otros ya han ido". Graham Bell

    Me temo que vamos a tener muchas jaquecas...

    Un abrazo socio.

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  8. Pues sí, ahora resulta que con 8 años me está enseñando a pensar la cría, ¡a mí, que le saco 40!

    Ayer, enmedio de la típica discusión navideña sobre dónde, como, cuando y con quien se celebra la Navidád, viene y nos dice:
    "Os he apuntao a todos a la Misa del Gallo, porque voy a salir de pastora y quiero que me veais, ¡hala!, así no os quedáis viendo la tele con cara de patata como todos los años".
    Análisis y síntesis, a la velocidad de la luz.

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