INVIERNO


En sus inicios el invierno es triste, se olvida del todo la luz otoñal; ya no quedará recuerdo de esos amarillos y ocres salvadores que nos ofrecían los días del otoño, esa luz que tiene el poder de avivar nuestra mirada ya no tendrá resquicio por el que colarse. En los días cortos del principio invernal ya no hay tabla de salvación. No hay rastro de luz, de color. En los inicios, incluso el azul del cielo se deja aplastar por el gris de la niebla y la inquietud de la humedad.

Se convierte entonces en un invierno adulto, triste, carente de brillo. Ese es el inicio del invierno. Nos empuja a la tristeza, al abotargamiento de los sentidos, y uno llega a sentirse como el sonido más sólo del mundo. Nadie nos oye ya. Nuestro respirar está hecho entonces de soledad, de silencio, de recogimiento absoluto, de voz sin sonido. Y a veces, ocurre; esa tristeza que nos rodea sólo pueda ser salvada por las palabras, en el invierno adulto ya no queda luz a la que agarrarse. Y te das cuenta que es cierto, que sin los cuentos, sin las historias, el mundo sería aún más frío.

El invierno avanza. Y conforme lo cubre todo, la luz de las cosas se modifica, se va intensificando. El sol tiene arrestos de valentía, así que conforme el invierno va llegando a su final, se mantiene una lucha de grises y azules. Al final el azul sale vencedor. Conforme nos aproximamos al final del invierno, surge el azul poderoso, lleno de infancia. Un invierno infantil y soleado que a pesar del frío nunca es gélido. Ya no hay soledad, ni silencio. Ahora todo está cubierto de luz, y de risas, porque los niños, a pesar del frío, siguen jugando en la calle. Sólo bastan unos rayos de sol para que los puedas oír. Y ese azul infinito y su sonido de infancia espolean la mirada, el alma, que deja de relamerse las heridas y empieza a mirar fuera de sí misma. Todo empieza a tener mirada de infancia.

Y sabes que después del invierno, se vuelve al mundo renovado, con una sed enorme por transcender ese inicio inviernal, por aposentarlo y poder por fin descansar los ojos en el azul. Al final del invierno, presentiremos una vez más la renovación. La que está por llegar.


10 comentarios:

  1. Aun a riego de ser considerado un optimista impenitente (muy lejos de ello estoy), diría que el invierno está hecho de belleza, en la nieve y la niebla, en la escarcha y el hielo, en la lluvia y el viento gélido. Es la belleza primigenia.

    Sus luces están más adentro que fuera.

    Que lo disfrutes (éste y todos), Ana.

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  2. Ainssss... me cuesta, me cuesta disfrutar del invierrrrrrno... jajajaja. Pero lo intento, eh?... pues ahí está su belleza, en plena revelación.

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  3. Yo también encuentro bastante de positivo en el invierno. El frío te lleva a buscar calor, y éste siempre acaba apareciendo: calor de hogar, de amistad, de cariño, ...

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  4. A mí el invierno, en líneas generales, me cuesta... hoy ha nevado en León, ayer hizo una noche terrible... y es cierto, al final, siempre hay recodos de un calor infinito. Siempre queda encendida una pequeña candela, siempre...

    Un abrazo Modestino.

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  5. El invierno hoy quema.. y eso que no hemos entrado al inverno como estación pero por aquí en Montréal, Québec. Canadá.. estos días ha estado a menos 20 factor viento..

    Te dejo mis mejores vibraciones y deseos de paz y amor para estas fiestas navideñas y de año nuevo 2010...

    Un abrazo
    Saludos fraternos..

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  6. ¿Ya se han pusto las pilas en León con la sal y las máquinas quitanieves? Pronto habrá que decir como en Teruel. León también existe.

    Un beso, Ana diminuta.

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  7. Adolfo, que yo diga que me cuesta el invierno tiene delito... tú vives en Canadá. Aquí el invierno te parecería hasta tierno... madre mía... -20º!!! Aquí por el día normalmente estamos por encima de 0º, es por la noche cuando suele haber helada... pero la temperatura suele ser entre 8º y 9º bajo dero. Ufff... lo que te digo, un invierno tierno te pareceria. Gracias por tus palabras en mi blog... me recolocan un poco en mi pequeño invierno, has conseguido que me parezca más suave... jajajajaja.


    Ainssss... Sunsi, ayer después de las diez de la noche no se pudo mover nadie, nevó y heló... y las carreteras quedaron cual pistas de patinaje... leyendo a Adolfo me pregunto que sería de los leoneses en Canadá... ¡¡¡todos sin salir de casa!!! Si incluso no podían subir las ambulancias al hospital... Ya contábamos con que no podría llegar el relevo... cuando salimos a las ocho y media... ahí estaba la UME... despejando las entradas al hospital... pero la ciudad... uff...

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  8. Aquí, en esta entrada fría y nevada quiero dejarte un abrazo.
    Un abrazo que te de calor.

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  9. Pues otro abrazo enorme para ti Lolo. Caray!!!... ¡lo que me cuesta llevar el invierno!

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  10. ...ahora sabes, que el primer día de invierno es el mas corto de todos, ;)

    ...un besín! (pedrín)

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