«Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por Él. » (Jn 3, 16-17).
Desde la verdad; esto es, ser pobre. No pretender que nada nos cubra de esplendor, ni aparecer de ninguna manera ante nadie, apreciar sólo lo necesario sin darle importancia. Ir rectamente hacia el corazón de las cosas.
MARÍA ZAMBRANO
Preciosa la entrada, y sugerente.
ResponderEliminarFeliz NAvidad, Ana, que pases unos días estuoendos!!.
Que disfrutes de estos días,
ResponderEliminarde estas noches,
y de un 2010
de color de rosa,
de sabor a miel.
Justo en el centro de la cosa has dado tú, Ana.
ResponderEliminarA mí me gusta adornarlo también, pero eso es lo de menos.
Feliz Navidad.
Felices fiestas, Ana, guapa!!! Besos
ResponderEliminarQue disfrutéis de esta noche. A los creyentes y a los no creyentes. La Luz nace para todos esta noche. Así que os deseo lo mejor. A los que comentáis y a los que os quedáis en silencio cuando asomáis por aquí.
ResponderEliminarFELIZ NOCHE!!!!
Anita... Feliz Navidad. Lo repito porque sabe corto. ¡¡¡FE-LIZ NA-VI-DAD..............
ResponderEliminarUn beso fuerte, gordo, enorme.
Y que la nieve os deje caminar sin resbalones.
Feliz Navidad, Ana diminuta y grande. Un placer haberte "conocido" este año.
ResponderEliminarUn beso.
Regresé de mi 25 de diciembre,¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarPues si es tuyo, Suso... es que es tu cumple ¿no?... FELICIDADES!!!!
ResponderEliminarY a todos los que por aquí habéis dejado saludo... un abrazo.
Yo ahora... seguiré la Navidad... en otro lado. Qué bonita profesión!!!!!
Saludos.
“Ir rectamente hacia el corazón de las cosas”.
ResponderEliminarQué hermoso pensamiento. Desde luego, la obra de María Zambrano no tiene desperdicio; la filosofía española sería inmensamente más pobre y menos interesante sin ella. Esta frase parece el resultado de un momento de iluminación mental, pues resume muy bien la esencia del amor: salir de las fronteras del yo en busca del otro; vivir en continuo acercamiento hacia el otro. Uno debería seguir esa máxima, como poeta y como persona, todos los días de su vida.
Un abrazo, Ana, y vuelvo a desearte felices fiestas.
Que tengas algún día de respiro entre exámenes y tareas pendientes. Un abrazo, Ramiro.
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