Mira que es hermosa, inmensa. Armonía en el desencuentro. Líneas de infinita belleza. Devastación, locura, sueño y anhelo. Tragedia sostenida en el color. Y en ella, el sonido de la incertidumbre en el latido del hombre. La Tierra.
El espacio del sueño eterno, de la tragedia y del misterio.
Sobrecogedora belleza. Insonsable desencuentro.
Grito en el silencio.
Lo he leído varias veces, pero no llego a entenderlo. Es la vida.
ResponderEliminarSaludos
La Madre Tierra, Ana. Sufre en algunos costados, en otros supura, en aquéllos ha engordado demasiado, en los de más alla muere de hambre y de sed. Llevas razón. La Madre Tierra grita... llora o se ríe y no la escuchamos. Me voy a dormir con estas imágenes... querría conservar en mi retina las más bellas...
ResponderEliminarBuenas noches, amiga
Sencillamente, es lo único y lo mejor que tenemos.
ResponderEliminarIncluso gira en nosotros como un estado de ánimo.
Gracias por esas palabras y las imágenes, Ana.
A veces no entendemos, eso es, Frank, la vida... hemos de aprender a leer entrelíneas, a mirar ese latido de la Tierra. La vida. Nosotros en ella...
ResponderEliminarLa Tierra, y en ella, el hombre doliente, y y también, ese otro hombre que la daña, que se beneficia de toda su riqueza sin gratitud, sin cuidarla, sin equilibrio, que se aprovecha desmesuradamente y con avidez... Un beso Sunsi.
Ahí le has dado... gira en nosotros como un estado de ánimo. Certero. Javier, tú sí que sabes de ella, la Tierra. Gracias a ti por tu blog, sus colores y sus palabras. Un abrazo.