Cuando empezaste tu camino, nunca pensaste que las cosas que has vivido fueran a ser para ti. Esto que ahora sientes tan tuyo, que has reconquistado con el esfuerzo de un titán no era lo que esperabas. Tú no quisiste nunca estar aquí. En este espacio de desencuentro. Y sin embargo, has sabido darle la vuelta a la circunstancia de tu tiempo, y aunque te reconoces en esa decepción que asoma a los ojos cuando recibimos un regalo que para nada queríamos, eres capaz de sonreír. Tu disgusto primerizo fue atemperado. Recolocada cada decepción encontrada. Conseguiste darle la vuelta a tu vida, a ese lugar no esperado, y has convertido esa estancia en tu hogar. Esta es la vida que tienes, aunque jamás la esperaras. Te gusta. Pero es inevitable en ciertos momentos no caer en el pesimismo. En la no lucidez del tiempo que es presente.
Decepción. Así es este día de esfuerzo. Las cosas no están saliendo como esperas. Y te ahogas en tu yo sin respiro. Aire. Te preguntas dónde está el aire, y si te podrán conceder el tiempo que no tienes para poder respirarlo. Qué difícil es a veces conseguir una tarde, un horizonte, un rato de soledad. Pero tú no te rindes. Y le vuelves a dar la vuelta a eso que te contraría. Te quedas una vez más en el reverso de las cosas. En la otra cara de la decepción. Es entonces cuando es posible esbozar una pequeña sonrisa. Esa que te permite saber que aún sin aire, respiras. Y te dices a ti misma que mañana será otro día; este mismo sol y una nueva luz. Te recuestas por fin en la cama y te escondes un rato en otro mundo, en otras palabras. En todas las historias que aún te quedan por leer. Y por fin… rendida, te duermes.
Decepción. Así es este día de esfuerzo. Las cosas no están saliendo como esperas. Y te ahogas en tu yo sin respiro. Aire. Te preguntas dónde está el aire, y si te podrán conceder el tiempo que no tienes para poder respirarlo. Qué difícil es a veces conseguir una tarde, un horizonte, un rato de soledad. Pero tú no te rindes. Y le vuelves a dar la vuelta a eso que te contraría. Te quedas una vez más en el reverso de las cosas. En la otra cara de la decepción. Es entonces cuando es posible esbozar una pequeña sonrisa. Esa que te permite saber que aún sin aire, respiras. Y te dices a ti misma que mañana será otro día; este mismo sol y una nueva luz. Te recuestas por fin en la cama y te escondes un rato en otro mundo, en otras palabras. En todas las historias que aún te quedan por leer. Y por fin… rendida, te duermes.
Sí... qué bueno sabe un trago de agua después de haber pasado un rato de sed, Ana. Siempre que se encuentra ese espacio, merece la pena la lucha por conseguirlo.
ResponderEliminarBesos
Pues sí... procurar que no se nos despiste. Que con tanta carrera a veces ni lo vemos... Un abrazo princesa, gracias por no dejar esta entrada tan solita... jajajajaja.
ResponderEliminarHola Ana; resaca de carnaval...
ResponderEliminarUna noche, unas horas vividas en muy buena compañía( de amigos... viejos y nuevos) y sentir lo que realmente vale en la vida...
Un besín
Si la semilla que has plantado en la vida, cuando te giras al final la ves crecer, la soledad se lleva mejor, pero la soledad es contínua; es, cuando se acerca el final, cuando se vuelve más evidente, más interior, en un proceso sustancial, ...........pero ese espacio solo es tuyo, a tu manera y modo de sentirlo, solo puedes verbalizarlo a través de la escritura, ni siquiera hablando o conversando lo explicarías mejor. Pura necesidad, Ana
ResponderEliminarSanta... tienes el recuerdo de un estupendo tiempo, el hoy que será ayer, y que se quedará para siempre en ese baúl fantástico que es la memoria. Un abrazo.
ResponderEliminarEpi, bienvenido. Gracias por tus palabras. Sí, la soledad, esa medida exacta de lo que somos... pero no sé muy bien si las palabras son capaces de recogerlo íntegro, tal cual es. A veces se quedan cortas, y otras... son mucho más grandes. No lo sé. Si yo me paro a pensar si en lo que escribo estoy yo... no me veo. Pero nunca se sabe, nunca, qué queda de nosotros en cada palabra que escribimos. Gracias de nuevo, por tu presencia aquí.