Sábado por la mañana. Amanece un día en el que el sol quiere lucir pero no puede. Pesaditas las nubes queriendo ser ellas las primeras. Afortunadamente corre el aire que las va empujando. Me pregunto quién podrá más hoy, las nubes o el sol. Las nubes pueden ser maravillosas. Las de hoy no lo son. Son oscuras, tergiversadas, retorcidas y muy grandes. Me temo que si ganan la batalla nos caerá un buen chaparrón. Nubes oscuras que se quieren hacer con el eco del día, ganar a la luz, imponerse con su inmensa oscuridad. Si al menos llueve, pensaré en su lado bueno. El agua.
Y a lo tonto me he puesto a pensar en el ciclo del agua, ese que estudian con dibujos los niños. Quizá nosotros seamos eso mismo. Un ciclo; el agua que se recicla. Quizá, hasta ser ese bien cristalino, tengamos que pasar por ser nube. Nube horrorosa y bochornosa. Agobiante. Desencontrada. Nube llena de malos presagios hasta poder ser quien somos. Lo real. Caer irremediablemente convertidos en lágrimas. El agua de la vida. Y por fín, una vez a ras de suelo, llegar a la levedad. A la necesaria levedad del ser. Ser vapor, ascender, elevarse hasta cimas antes no conquistadas. Y ser nube. Nube limpia, blanca, etérea... de esas que dejan a los demás el brillo, que dejan huecos para el brillo del día, del sol, del azul del cielo. Los otros.
Nubes de mil formas, juguetonas, que dejan paso ese azul que nunca en otros lugares has podido encontrar. El azul de mi cielo. Me gustan esas nubes que sin molestarlo, dejan que el sol duerma serenamente sobre nuestras ventanas. Hoy no es el caso. Hoy hay nubarrones... y me temo que si me quedo cerca, si me olvido... se me mojará la colada. Todo aquello que aún está por ser planchado, doblado, y recogido en el armario quedará a ras de suelo, arrugado, mojado y retorcido. Hoy es un día de nubes fantasmas, esas que queriendo imponerse, anulan la luz.
Las personas son también como las nubes. A mí, las que más me gustan, son las cósmicas. Es porque son rosas, algodonosas y brillantes, como tú. He conocido muchos tipos de nube, pero tú eres mi nube preferida: quizá sea porque además, además estás muy cerca de la luna. Y tus ojos, brillan así, como esas nubes.
Hey kid, I remember all the laughter,
especially when we woke the mornin' after.
Why did you have to go away,
leaving me to wander every day...
Y a lo tonto me he puesto a pensar en el ciclo del agua, ese que estudian con dibujos los niños. Quizá nosotros seamos eso mismo. Un ciclo; el agua que se recicla. Quizá, hasta ser ese bien cristalino, tengamos que pasar por ser nube. Nube horrorosa y bochornosa. Agobiante. Desencontrada. Nube llena de malos presagios hasta poder ser quien somos. Lo real. Caer irremediablemente convertidos en lágrimas. El agua de la vida. Y por fín, una vez a ras de suelo, llegar a la levedad. A la necesaria levedad del ser. Ser vapor, ascender, elevarse hasta cimas antes no conquistadas. Y ser nube. Nube limpia, blanca, etérea... de esas que dejan a los demás el brillo, que dejan huecos para el brillo del día, del sol, del azul del cielo. Los otros.
Nubes de mil formas, juguetonas, que dejan paso ese azul que nunca en otros lugares has podido encontrar. El azul de mi cielo. Me gustan esas nubes que sin molestarlo, dejan que el sol duerma serenamente sobre nuestras ventanas. Hoy no es el caso. Hoy hay nubarrones... y me temo que si me quedo cerca, si me olvido... se me mojará la colada. Todo aquello que aún está por ser planchado, doblado, y recogido en el armario quedará a ras de suelo, arrugado, mojado y retorcido. Hoy es un día de nubes fantasmas, esas que queriendo imponerse, anulan la luz.
Las personas son también como las nubes. A mí, las que más me gustan, son las cósmicas. Es porque son rosas, algodonosas y brillantes, como tú. He conocido muchos tipos de nube, pero tú eres mi nube preferida: quizá sea porque además, además estás muy cerca de la luna. Y tus ojos, brillan así, como esas nubes.
Hey kid, I remember all the laughter,
especially when we woke the mornin' after.
Why did you have to go away,
leaving me to wander every day...
Nubecita rosada posee camiseta de Kitty, si mi no conocer dirección postal, mi no poder mandar por e-mail. Hau. (ya tardas!)
ResponderEliminarAh, y recuérdame que te cuente la correlación que he encontrado a las intempestivas 6 de la mañana de éste sábado entre la pataleta por los deberes que sufrísteis el otro día y tu post de ayer. Me ha recordado a lo que yo vivía. Tal vez nada pasa sin dejar huella...
Siempre es un placer pasar a leerte..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos..
Que disfrutes el fin de semana...
Pd: Lo siento por mi ausencia..
Estar bien hablar indio. Yo ser afortunada por leer a ana del hilo. Siempre aprender palabros tiernos que llegar a mi corazón.
ResponderEliminarDeasear que vos pasar buen fin de semana
Pues no sé si tu teoría será o no cierta, pero lo que sí es cierto y está comprobado es que afectan al estado de ánimo.
ResponderEliminarUn abrazo y QUE SALGA EL SOL PRONTO!!!
Adolfo, un abrazo. No te preocupes por no estar por aquí, todos necesitamos estar ausentes. Deseo que estés bien, y siempre te agradezco tu paso por aquí.
ResponderEliminarAna, nos ponemos en contacto. Cómo se va a poner la nube rosa de contenta!!! Ah... y me interesa mucho la correlación... de entradas... jajajajaja. En qué habrás estado pensando... te tengo miedo!!!! jajajajaja
Aprendiendo palabras rosas y algodonosas ¿eh? Sunsi. Y luego... ah... la vida!!! Va y te sorprende mi voz!!!... jajajajaja Coime!!!
Hola amig@mi@, pues han vendido las nubes... al menos hoy. Ayer no, ayer pudo más el sol... ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ana, si ya me vuelvo a animar un poco y quiero volver a actualizar el blog, .
ResponderEliminarUltimamente no he podido, me operaron hace 10 días y estoy recuperandome, peor cualquier dia de estos os doy una sorpresa,
Espero que todo te vaya muy bien, y estaremoss en contacto,
Un beso.Blanca
Me has recordado cuando de niño recibí la lección del ciclo del agua: en el libro se hablaba de la historia de una gotita de agua, y lo recuerdo como si fuera ahora.
ResponderEliminarBlanca... no te he olvidado. Quiero que sepas que te tengo muy en cuenta. Siempre. Ojalá ya estés del todo repuesta y puedas regresar pronto con tus palabras. Lo importante, tú. Siempre. Las palabras siempre esperan, te esperan. Un beso enorrrrrrrme.
ResponderEliminarModestino... estas retahilas que me salen son así. De repente, se nos cruza algo del día a día. Y me acordé del ciclo del agua. Saludos.