El silencio se podría tocar en ese último instante del tiempo.
Está cargado con todos los recuerdos, con todas las presencias y ausencias de los días, con todas las esperanzas con las que se vivió, y con todas las desilusiones que se afrontaron. En ese instante de silencio en el que se recoge toda una vida, la vida entera, en ese escenario de misterio y silencio que es el último adiós, se presenta toda nuestra existencia. Somos plenamente en nuestro nombre.
Y nos quedamos consumidos por la respiración entrecortada, y con la mirada alejada, quemada por la fiebre de las palabras. Fiebre que es como un flotar para asirse a las palabras que nos dictan que es la hora de adentrarse en el misterio. It´s time to die...
Nunca ningún silencio es tan infinito. Ni la soledad tan llena de sonido.
Lo mío con la informática es un sinvivir, socia.
ResponderEliminarNo consigo escuchar bien el sonido del vídeo.
Así que me lo traduzco a mí mismo, leyendo los labios de los actores.
Veamos.
"No he visto amanecer todavía, son las seis de la mañana.
La luz escondida, tras cinco meridianos al oeste.
Jugueteando a la altura de las Baleares.
He visto amanecer en Tarifa, los camiones de transporte internacional adentrarse en la autovía de este, luces amarillas y rojas, reptando incansables hacia la red interestelar.
Pude observar el movimiento de los corazones a altas horas de la madrugada, rugiendo sobre el asfalto inmaculado.
Seres humanos desplazándose, entre los intersticios de la memoria virtual.
...
Tras la explosión de luz, un nuevo amanecer nos será regalado.
Tan solo puedo esperar a la esfera amarilla.
Embrago, meto primera y piso gas.
Me deslizo por las calles sin estrenar.
Un jardinero riega con su chorro parabólico.
La luz se vislumbra en el tibio horizonte.
Embrague, segunda, gas.
A dos mil quinientas vueltas sonrío.
Embrague, tercera, gas.
A cuatro mil revoluciones por minuto, sabes que hoy puede ser un gran jornada.
La mejor del resto de tus días.
¡Que fuerte! Ana de León...
ResponderEliminarLa fría nieve copia tu blancura
en las altas estancias donde anida
llora el alba su luz de amanecida
envidiando tan clara investidura.
Anita... El último día, la última hora, el último minuto...Sin ningún asidero. Todo lo que nos dio la tierra se va desprendiendo, te va dejando. Sólo queda la palabra en la que se apelotona toda una vida. Mejor que la palabra tenga oídos de otro para que se puedan recoger, para estar acompañado en este tiempo corto ... o no tan corto (no lo sé) ...cuando el hombre inicia un trayecto siempre solo. El único trayecto que traspasa a otra dimensión solo, completamente y radicalmente solo.
ResponderEliminarRecordaba las veces que me has dicho que siempre has estado junto al que cerró los ojos para siempre. Velar...
Ya está el nudo ése, hija. Cómo tiras del hilo...
Besiños.
Driver... queda lo mejor del resto de nuestros días... qué cierto!
ResponderEliminarGinesillo... el nudo en esa película es insuperable. Como que no se acaba de deshacer. Ah y muchas gracias por tu saludo...
;))
Sunsi... caray con los nudos ¿eh?. Blade Runner es una película impresionante, y tenía que estar aquí. Un beso.