Cuando ya no haya adelantos que propagar, injusticias que denunciar, débiles a quienes amparar, fuertes a quienes contener, entuertos que enderezar, aspiraciones que defender, teorías que discutir, verdades que investigar, leyes que combatir y hombres que mejorar... entonces, en el último periódico, el último periodista escribiría esta gacetilla:
"Para dedicarse a la felicidad de vivir deja de pertenecer a la redacción de este periódico, don Fulano de Tal, que era su único redactor."
* El arte de ser periodista. Rafael Mainar. 1906. Editorial Destino.
Para cuando deje de existir todo eso ¿no será que el mundo se ha acabado?.
ResponderEliminarAtentamente,
Atenta la mente... Almendrado. Siempre.
ResponderEliminarEse hipotético "cuando" será allá, en la no existencia, lo pienso igual que tú. Pero no por ello hemos de olvidar nuestra pequeña responsabilidad hacia la utopía. Nuestro grano de arena. De momento, hay dignidades anuladas a las que poner voz, a las que ceder la palabra. A las que tender una mano... aquí, a nuestro lado.
Encantada de que hayas dejado tu duda aquí. Te he leído antes ya, en la casa de Sunsi.
Un saludo.