SORPRENDENTE RUTINA

La pequeña se ha caído. Me he acercado y la he ayudado a levantarse. Lloros. Consuelo. Hemos llegado hasta el pequeño botiquín de la enfermería y me dejan curarla. Y de repente, de sus labios, el regalo más grande del mundo: una conversación con la rutina, esa sabia y a veces aparente anodina rutina.

_ ¡Ay!... Me duele, que me escuece... espera mamá... ¡ay! ...ufff_ Mientras habla, agita un poco la rodilla. Yo intento que permanezca calmada, quieta.
_ Nada, esto no es nada, no llores más. Venga, vamos a curarla, mira... la limpiamos... ahora echamos un poco de yodo...
Ella observa silenciosamente y algo temblorosa el modo en que se lava la herida, la aplicación del yodo, y ese final tan esperado por los niños, ese cubrir la herida con un apósito. El apósito es lo más importante. Representa el triunfo ante sus lágrimas.
Sus ojos absorben todas estas cosas tan sencillas con una norme profundidad.
_ Venga, peque... que esto ya está.
_ ¡Ay mamá!_ dice con sorprendente felicidad_ ¿Te das cuenta de todas las heridas que han curado tus manos? ... ¿Eh?... ¿Te das cuenta de cuántas personas han cuidado?...


El recuerdo de esta escena me deja sin palabras y con una enorme gratitud hacia ella. Al lado de mi peque fui capaz de mirar mis manos, de observar la poca o mucha grandeza que en ellas habita. Muchas veces no somos conscientes de quiénes somos, y ocurre que un día, la rutina, esa anodina continuidad en el devenir del día, te subraya como un todo, te define ante la grandeza de ese algo pequeño que sólo tú posees. Eso ocurrió aquel día, que de repente, aparecieron mis manos. Las manos como la expresión de lo que somos. Las manos, que mantienen el primer contacto con lo que recibimos, que también son la última morada de lo que entregamos. Las manos como un infinito. Las manos como medida de nuestra presencia, justo en ese instante en que se quedarán vacías. 

Pintura: Cueva de las Manos. Patagonia. Argentina. -
© Secretaria de Turismo Buenos Aires .

6 comentarios:

  1. Es lo que tienen algunos trabajos.
    Te crees que detrás de unas horas de curro sólo hay una nómina. Y no.
    Que después de un turno sólo unas horas de descanso hasta el siguiente turno. Y no.
    Que detrás del pacinte número quince sólo está el paciente número dieciséis. Y no.
    Que después de unos estudios en la universidad y unas prácticas, tan solo te esperan horas de ejercicio profesional. Y no.
    Que cuando dejas a tus hijos en otras manos, y regalas las tuyas para trabajar, tan solo hay un trabajador por cuenta ajena. Y no.
    ...
    Hay profesiones que son rebeldes por naturaleza, como potros salvajes.
    Trotan libres por la pradera, saltan sobre los conceptos del convenio, se arriesgan a subir la loma de los contratos, se encabritan con las dificultades y hacen sudar la gota gorda a los bravos jinetes que cabalgan con ellas.
    Hay profesiones que niegan la derrota.
    No sabría encontrar adjetivos para calificarlas.
    Son potros tan rápidos, que dejan atrás a los adjetivos y a los verbos.
    ...
    Centellas al viento.
    ...
    Y tus manos agarran las crines de esos potros.
    Tirando de tí.
    ...
    Galopadas.

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  2. Driver... profesiones como potros salvajes... ahí, ahí estamos, midiendo necesariamente la fuerza de nuestras manos mientras sujetamos las riendas... las del potro... y también las riendas de la mirada, tan ancladas directamente al corazón.

    Un saludo... espero que el verano esté siendo muyyyyy bueno... ;))

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  3. Anita... la peque rompió la rutina. Las manos , a veces , son rutinarias. Es la mirada de alguien que nos importa mucho la que las hace especiales, distintas, únicas.

    De hecho, Ana, ésa es una de las claves del amor. La mirada del otro que se posa en la tuya. Y ya no eres alguien... eres YO, objeto del amor de un TU. Un YO exclusivo.

    Precioso post... como todos.

    Bsos, guapa.

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  4. Cierto Sunsi, los peques lo rompen todo, pero todo, todo y todo...

    ... AFORTUNADAMENTE!!!!

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  5. Ana, hace tiempo que te quiero escribir algo y ha llegado el dia.
    Aprovecho este diálogo con Sunsi tan espumeante de buenas vibraciones amorosas, de identidades apoyadas en las miradas ajenas, sobretodo en las más inocentes y sinceras, las infantiles, para felicitarte por tu sensibilidad y tu finura, que también aflora en los escritos que diriges a nuestro amigo común y admiradísimo Antonio, el caballero, que, inactual o no, es un auténtico
    "gentlemen", y que sociable o no, llega a todo el mundo su claro mensaje de incertidumbre dolida, de unas certezas otoñales que ya presiente.Por eso le queremos y le admiramos, por su sincera y poética expresión sin artificios.
    Me encanta tu presentación del blog: "no sabemos donde vamos" así es...pero entretanto VIVIMOS!

    Un afectuoso saludo.

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  6. Hola Montse, gracias por tus palabras. Cierto, el Caballero Inactual y su supuestamente escasa sociabilidad tiene mensajes de botella tan intensos como infinitos. Es cierto, y sí, también yo siento admiración por sus palabras; sincera poética sin artificios... y hoy, está tan poco de moda la sencillez, lo que se escribe sin necesidad de alabanza... y la sinceridad. Leer a Antonio es un auténtico chapuzón de certezas intuídas.

    ... Y gracias por pasarte un ratito por mi ventana. Gracias.
    Saludos.

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