A veces sucede... que nos quedamos con las manos llenas.
Y con las manos llenas regresamos... con esa sensación, como de idiotas.
Y con las manos llenas regresamos... con esa sensación, como de idiotas.
Ycomo así, tan innecesarios. Sintiéndonos, tan poca cosa. Invisibles.
Y sólo deseamos poderlo contar con un poco gracia.
(...)
Que al final, como mínimo...
... quede el eco de nuestra propia risa.
... quede el eco de nuestra propia risa.
Y queda, ya lo creo que queda.
(MQM)
Pues que quede, Ana, que quede.
ResponderEliminarPaso a agradecerte tus comentarios por mis Caricias y a desearte una buena andadura con este blog casi recién abierto.
Ha sido un placer tirar un poco del hilo contigo. Me gustan tus cambios de registro y tu sensibilidad.
Saludos.
Gracias a tí Olga, por dejar huella de tu paso por mi blog ... tan pequeño. Y enhorabuena por la andadura del tuyo, ya veterano.
ResponderEliminaray qué ganas me han entrado de ir a Galileo y encontrar a Krahe en el escenario. Cada día salgo menos...
ResponderEliminarSupongo que a todos se nos queda la cara de gilipollas en algunas ocasiones. La cuestión es tomarlo con sentido del humor. Claro que sí.
Besos.
NoSurrender... ojalá ese "cada día salgo menos" deje de ser realidad. Aunque a todos nos pasa un poco como así... intentemos al menos que no se convierta en una rutina de años, de esas que no se interrumpen nunca... uff... noooooo
ResponderEliminar;))
Eso sí, siempre con sentido del humor, siempre.
Hola Ana!
ResponderEliminarquería saber si seguías por aquí.
Veo que sí y me alegra
Un abrazo
Hola Dante... sí, por aqui sigo, pero en verano a veces se está y como que no se está. Todo es más ligero. Gracias por tu visita.
ResponderEliminar