En la infancia permanece la esencia del equilibrio. Cuando a veces pienso en el lugar de mi infancia, en las voces que habitaron su sonido, en los colores que la iluminaron, entonces, y sólo entonces, soy consciente de que ya lo he recibido todo. Aquel mundo lejano sigue permaneciendo con su resonancia, con sus risas y también con su dolor de infancia, un dolor que siempre habita en la estancia del consuelo. Infancia de consuelo. Consciente de esto, sé que en mis manos, aún sigue viviendo aquel paraíso habitado. El olor de aquel tiempo aún se puede encontrar; en la risa de un niño, en la sombra de una nube, en el sonido de aquellos gigantes y cabezudos de mi infancia que de vez en cuando se pasean por mis sueños... Y en la llanura de aquel pueblo.
Aquel lugar de infancia al que mañana regreso...
_ Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y el pan. Un pueblo que huele a miel derramada.
Allí hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad.
Allí, donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida._
Pedro Páramo. Juan Rulfo.
has sabido describir lo que yo no supe y no encontré las palabras, en mi blog para mi infancia enhorabuena
ResponderEliminarSí, Loli, es muy difícil dar confianza a la vida, dejarse llevar por los momentos que nos dé si no hemos crecido en una infancia así.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Gracias.
La infancia es una etapa definitiva. Son los cimientos. Después podrás dar tumbos o perderte. Pero ahí, en el recuerdo, está lo que nos ha forjado. Lo compruebo cuando nos reunimos los cuatro hermanos. Esa raíz es indestructible. Y es curioso, Ana, que acudimos a ella cuando nos vamos haciendo mayores.
ResponderEliminarBesos
Me llevaste a mis recuerdos de la infancia...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti.
Salvador, gracias por tu presencia en este mi espacio. He paseado un ratillo por tu blog... que es enorme. Gracias por tu visita en este mío, mi pequeña ventana; tu saludo me ha permitido conocer la tuya. Pasearme por tus palabras y por tu mundo será sin duda un privilegio.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde allende de los mares... gracias.