Me pregunto muchas veces cómo se navegará sobre la mentira. Qué equilibrio puede tener el pensamiento sobre la ruindad que toda mentira, siempre consciente, provoca. En la búsqueda del desprestigio del otro, el rostro mentiroso encuentra su propia ruina. La mentira desfigura lo que toca, silencia y ralentiza el sonido de la verdad. Sin embargo no es poderosa, porque la mentira no es eterna. Y aunque la mentira es manipuladora, no puede evitar que la verdad tenga mil maneras de acercarse a nosotros. La verdad es libre, y no se deja fácilmente apresar. Por eso la mentira al final, siempre se queda corta.
Hacen daño las mentiras; hacia fuera y hacia dentro. La vida te enseña que su proyección hacia el exterior, acaba muriendo. Que pierde consistencia en la medida en que la verdad silenciosa acaba encontrando el camino. Por eso quizá se ha dicho que la mentira tiene las patas cortas. Y las tiene; muy cortas. Por el contrario, la proyección interior de la mentira, la huella interior que deja, no se pierde tan fácilmente. Diríase que se instala en los mismo ojos, que deja poso. La persona que habita la mentira tiene un rostro roto, desgarrado por la acritud de su propia alma. El rastro de la mentira es muy difícil de borrar. A los mentirosos los puedes distinguir en sus propios gestos, en su rostro. Su ruindad te da la pista. Siempre. Y necesitas alejarte de ellos. Y aunque la mentira no es eterna, hace daño. Mucho daño. Por eso casi sin hacer ruido, te vas. Se quedan muy solos los mentirosos. Muy solos.
La persona más peligrosa: la mentirosa.
Madre Teresa de Calcuta.
Sí, la mentira es del todo inaceptable, y también te digo por lo mismo, que todos hemos dicho alguna, aunque sean pequeñas. Por desgracia, la mentira puede ser cualquier cosa, simplemente contestar con un silencio cuando opinas diferente de lo que se ha dicho, puede considerarse una mentira... Una información que no das con toda su crudeza a un niño porque no quieres robarle la infancia también es una forma de mentir. Supongo que en esto, como en todo de esta vida, hay matices y depende de qué mentiras estamos hablando y de qué daño provocan las mismas...Yo a veces me he encontrado muy sola e incomprendida por decir alguna verdad que nadie quería oír... esto es la vida.
ResponderEliminarAna, tu entrada está empapada de esperanza. Es muy difícil conseguirlo cuando hablamos de la mentira...me gusta. La verdad es eterna...porque es, la mentira no es, sólo aparenta.
ResponderEliminarGracias
Ah, The Boss. Todavía me emociona el recuerdo de un concierto...en los 80...y es que "Señor, no soy una niña..." (no voy a mentir)
Por supuesto que las personas que dedican su vida a la mentira, son despreciables. Pero estoy con Lisset en que no siempre es malo mentir, sobre todo cuando el fin de esa mentira es evitar un mal a alguien, aunque con el tiempo se demuestre que fue un error. Ana, no estoy de acuerdo contigo en que a las personas mentirosas se les reconoce a simple vista. Yo me he tragado a tantas personas así, que a veces pìenso que soy ciega para estas cuestiones. Otras, he sido yo la que creía encontrarme ante un mentiroso/a, pero nadie veía lo que yo creía que debía ser más que evidente.
ResponderEliminarNo, yo creo que hay mentirosos profesionales que dedican su vida a engañar y estafar que se perfeccionan con el tiempo y que llega un momento en que ya no hay forma de desenmascararlo así como así... sin ir más lejos: mira a muchos de los políticos de nuestra parrilla actual...
Besos
Desgraciadamente alguien muy cercano a mí es un mentiroso compulsivo. Lo peor de este caso es que la pérdida de confianza en esa persona es tal que te hace dudar de todo lo que te dice.
ResponderEliminarMentir, y eso lo digo por lo que comenta Lisset, es cambiar la verdad, no mitigarla para no herir a un niño. A los niños hay que decirles la verdad, para que la entiendan: bajas la persiana para que se acuesten a las 8.30, y les dices que es de noche... en realidad, es su noche. Eso no es mentir.
Besos
Hay muchas razones que llevan a mentir ... y creo que ninguna puede encontrar justificación, ninguna es de recibo. Pero hay quien llega bien lejos de esta manera.
ResponderEliminarTambién es cierto que hay lo que algunos llamamos "verdades innecesarias" ... PERO ESO ES OTRO TEMA.
Perdonadme, por favor, un toque de superficialidad ante esta hermosa entrada de Ana... y perdonadme, igualmente, que vuelva a entrar.
ResponderEliminarANA DEL GUISANTE: me sonrío al leer tu última frase... yo hago eso con mi peques para que se acuesten, guarden silencio y se duerman. Me ha resultado muy tierno leerlo... y me he sonreído. Todos recurrimos a lo mismo.
Y muy cabales tus palabras, por cierto. Besos
Sin embargo, debe de ser más o menos fácil y atrayente, para que tantas almas se precipiten por completo con esas patas cortas y alas rotas.
ResponderEliminarNo lo entiendo, pero he de ser ciego ante ese fulgor.
Un saludo, Ana.
Éste es, en mi opinión, uno de tus mejores posts ¡Enhorabuena! Benedicto XVI dijo que la mentira era la causa de todas las guerras y si se piensa en ello, yo lo hice, te das cuenta de que es cierto.
ResponderEliminar"La persona que habita la mentira tiene un rostro roto, desgarrado por la acritud de su propia alma." Sí y no, Ana. Mira, yo he vivido en la mentira durante la mayor parte de mi vida, lo cual no implica que sea mentirosa, aunque, como todos, a veces mienta. Vivía en la mentira porque no podía soportar la verdad: la verdad de mi vida me partía el corazón. Ahora, creo, vivo en la verdad y es una gozada. Eso sí: para llegar aquí he padecido sin descanso hasta extremos insospechados. Ha merecido la pena, no obstante.
Un abrazo
Ana, ya lo decías ¿como era?, eso que de pequeños nos decían que si mentíamos se nos caerían los dientes...
ResponderEliminarY ocurría, que descubrimos el secreto de mentir, que se convirtió en un juego, y que si mentíamos y caían los dientes, ¡Gracias Ratoncito Pérez!, pero nuestras mentiras eran de juguete.
Ahora que sabemos que los dientes no caen, y que nos hemos olvidado de jugar, las mentiras, duelen, como si te arrancaran un diente.
Ojo con las medias verdades e incluso las mentirijillas, y por que no las mentiras piadosas, son para los manipuladores los ignorantes o los juguetones. Pero las "MENTIRAS DE VERDAD", "LOS FALSOS TESTIMONIOS", son el auténtica arma del Cobarde, el Traidor y el Farsante.
Un abrazo anatriadora!
La mentira tiene muchas posibilidades, es cierto Lisset. Yo quise explicarme ante esa mentira que es consciente, la que busca el desprestigio del otro sea como sea... Es cierto, el silencio ante una verdad es muy doloroso. Pero lo es también cuando se cuenta algo que tú no eres, y los demás callan, bien porque no te conocen, o bien porque aún no saben que están ante la ruindad de algo falso. Un abrazo.
ResponderEliminarMariapi, creo en ello certeramente; el muro de la mentira algún día toca a su fin. Se cae. No evita el daño ya percibido, pero sí poder respirar un poco más profundamente. Justicia. Dar a cada uno lo suyo. Al final, de una manera u otra, todo se sabe. La vida nos coloca a todos. O quizá sea que nosotros con nuestras actitudes nos colocamos solitos, no lo sé. Al menos esa es mi experiencia.
Lola, hay mentiras, y mentirijillas. Estas últimas, al contrario que las primeras, hacen la vida más amable. Y respecto a que no los mentirosos no se les distingue... no, no se hace certeramente, pero luego miras atrás y notas que tenías cierta intuición, que esa persona provocaba algo que no te hacía sentir bien, lo achacabas a su manera de mirar, a su modo de no mirar cara a cara... y luego un día lo sabes. Una persona que no mantiene la mirada, normalmente miente. Manipula. Y con sus mentiras procura que tu prestigio quede en la cuneta, porque cree que tu prestigio es algo que le has robado. Supongo que hablo de algo demasiado personal, y que por eso no se me entiende. Y me digo; tiempo al tiempo. Es sabio.
Respecto a las grandes mentiras que se mantienen; no es porque no se descubran por lo que permanece. La mentira al final siempre se desvela, no es muy inteligente la mentira, y si algo de inteligente pudiera tener, la vida tiene una inteligencia mucho más certera... Si no llega a erradicarse no es porque no se vea, ES PORQUE TODOS LO QUE SABEMOS QUE ALGO ES MENTIRA, CALLAMOS.
Pero supongo que cada uno cuenta su experiencia, y que esta es muy amplia, rica e ilimitada: y siempre enriquecedora. Gracias por contar la tuya, Lola. Un besote enorme.
Pesolet... eres grande!!! Tus hijos te verán como una maga... un hada que controla la noche y el día. Ya les oigo decir: "mi madre es la dueña del día, y lo recoge cuando a ella le da la gana... " jajajaja. Eso no es mentir, dices bien. Eso es regalarles un mundo bien construido, porque bien sabe Dios que el mundo a veces va por donde le da la gana. Y ahí estamos las madres... ¡¡¡ organizando el mundo!!!! Un abrazo grandeeeeeee.
ResponderEliminarModestino... no sé que justificación tendrán para sí mismos los mentirosos... y lo de llegar lejos, pudiera ser. Pero llegan muy solos. Y sinceramente, llegar a un sitio, así, tan solo... pues para mí eso no es llegar lejos. Es fracasar. Rotundamente.
Y sobre las verdades innecesarias... alguna vez ya ha salido este tema. Se ha de tener mucho tacto, y sobretodo, conocer mucho al receptor de esa verdad. Aquí yo he tenido mis fracasos, el de no saber muy bien cómo era la persona que recibía una apreciación. Eres muy equilibrado cuando expones las cosas, y ha estado muy bien ese recuerdo de las "verdades innecesarias". Gracias. Un abrazo.
Lola, ni se te ocurra pedir disculpas por sacar aqui la risa. Te presento a Ana del Guisante, una amiga primero real y después virtual. Ya vivíamos entonces en mundo siderales, rosas, fantasiosos y algodonosos cuando coincidimos en la vida de a pie. Pasaron los años, y este mundo cibernauta, nos volvió a dar de morros. No te la pierdas... es genial!!!! Te reiras con sus peques como mínimo lo que te ríes con los suyos... :)
ResponderEliminarY lo que me alegra Fernando, que a tí, no te anonade el fulgor de ese brillo que tiene las alas tan rotas. Es un triunfo muy pobre, el de la mentira. Siempre. Yo la verdad es que tampoco lo entiendo muy bien... Un abrazo.
Zambullida, es que una cosa es vivir en la mentira que otros o nosotros mismos nos hemos regalado (yo también he vivido en ella), y otra bien distinta es ser esa persona que miente buscando el desprestigio de alguien.
Nosotros no nos mentimos conscientemente. Intentamos vivir, y vivir significa aprender; caer y levantarse. Erramos, nos equivocamos, y vamos espabilando: eso es vivir, y es muy diferente a la mentira buscada, consentida y mantendia que alguien elabora y que busca hacer daño, que lo único que quiere es que no brille el otro para poder brillar uno mismo... Yo también me he creído las mentiras que otro me contó, dejé que a X persona le colocaran una etiqueta que yo misma asumí como cierta porque lo decía ese otro... La manipulación es cruel, y todos a veces, pasivamente, formamos parte de ella. Lamentablemente. Pero no me refería a ello. Me refería a esas personas que conscientemente originan y propagan un hecho que sabe certeramente que no es cierto. En fin... que mira que puede dar de sí el tema. Y la verdad, es enriquecedor teneros aquí tírando del hilo. Un besote.
Tomae... y lamentablemente todos hemos dado con algún farsante, cobarde y manipulador. Yo por eso sé qué cara tienen ahora!!!! Su mirada suele ser distante, no te la sostienen ni un minuto, no miran de frente... y no te pueden ni ver... jajajajaja. La persona que ha mentido sobre tí procurará no volver a dar contigo, porque no será capaz de sostener la mirada a tu lado ni un minuto. Son cobardes... dices bien.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Sois todos sabios, pensadores, listos... y comunicadores. Y os hago la pelota porque me da la gana, porque estáis en mi ventana... y porque lo enriquecéis todo con vuestra mirada. La mía se queda cortita. Saco algo a la ventana... y gracias a vosotros puedo ver más y mejor.
ResponderEliminarSigo haciéndoos la pelota...
... BOING, BOING, BOING... hasta el infinito y más allá... jajajaja.
...¡y lo haces con gracia! con una gracia ¡ Enorme! como tus besos...
ResponderEliminar;-)
Una vez leí en alguna parte una frase que decia "con la mentira llegarás muy lejos, pero jamás te permitirá volver atrás"...
ResponderEliminarLa persona que llamas mentirosa supongo que te refieres a la que hace mentiras conscientes, no las inconscientes. La mentira es un arte, desgraciadamente. Un arte que te enseñan y se aprende, un arte que cultivas, un arte escondido, un arte oculto, un arte que puede hacer mucho daño... A veces cuesta mucho descubrir a estas personas, de hecho algunas ni lo consigues.
Hablas de que la verdad al final prevalece,yo no lo creo asi, en ocasiones llega demasiado tarde, otras no llega.
Pienso que la diferencia entre la verdad y la mentira es que la verdad a veces duele cuando te la dicen, la mentira no. Nunca duele. Y si te duele, es porque algo de verdad hay en ella.
Para ese receptor del beso enorme:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=X_6X31vYOGE
... tú sabes bien dónde los vas a dejar. Hoy sábado... besos.
Siempre besos... siempre.
Es cierto Noemí, que a veces tardan en ser descubiertas. Yo para esto tengo mucha paciencia, mira, me lo acabas de descubrir... soy consciente de que no soy impaciente en la espera. Quizá también por lo que tu dices, porque una mentira que sabes que lo es, no te duele. A mi no me duele lo dicho, la verdad es que me da igual, sé de sobra quién soy. Pero me da pena que otras personas no se hayan acercado a mí por la meledicencia de esa persona que miente, que arrastra su presencia sobre la mentira que elabora de los otros.
ResponderEliminarY sin embargo es cierto, no duele. Nada se ha perdido. Sólo que no se ha podido encontrar. Tiempo al tiempo.
Un beso Noemí, gracias por tu comentario.
Y ya lo digo... a raíz de vuestros comentarios... sé más sobre las cosas que me ocurren y con una mirada más amplia...
.... boing, boing, boing. Lo sé. No lo puedo evitar.
Abomino la mentira, Ana. Sea pequeña o gorda. Y , como ha comentado pesolet, hay mentirosos compulsivos a fuerza de mentir. Es muy difícil convivir con personajes así. Se les hace un callo en el alma y cualquier palabra vale. Pero hay mentiras con una proyección incalculable. Pensaba en la difamación, que corre comola pólvora y puede llegar a arruina r la vida de un ser humano. Conozco un caso dramático.
ResponderEliminarRecordaba esa frase del evangelio que tantas veces me repito y se la repito a mis hijos: "Que tu sí sea sí y tu no sea no". Saber decir la verdad sin dañar, sin humillar. Es un tema que da para mucho, Anita.
Gracias por el posts. Un beso, leonesa.
La difamación es terrible, esa mentira que busca el desprestigio de una persona, que quiere hacernos ver que es de una manera cuando en nada los hechos de su vida son esos.
ResponderEliminarSunpongo que la verdad, aquí, tiene el camino muy difícil para abrirse a los otros. La manipulación puede ser total. Pero si personalmente, cada uno de nosotros, intentamos acercarnos al difamado, a la persona que han etiquetado tan maliciosamente... a lo mejor, la verdad comienza a hacerse camino. Yo cuando oigo algo sobre alguien, siempre me digo, quizá no sea verdad, quizá no ha hecho ni esto, ni su intención era aquella, y ni tan siquiera sabe que lo están boicoteando...
Pudiera ser que no fuera tan complicado... si intentamos acercarnos a la verdad personalmente.
Me resisto a la desesperanza Sunsi.
Un beso enorme Sunsi.
Yo también me resisto, Anita. Gracias por tu optimismo
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