LÍMITES

Me pregunto cuántas veces volveremos a renovarnos, a despertar, a comenzar de nuevo. Empezó el año y yo creía estar en esas; en un nuevo comienzo que no sabía muy bien qué forma iba a tomar. Pues no, no era entonces. El comienzo es hoy, después de pasar dos días completísimamente "off". Me he pasado dos días literalmente en  la cama, durmiendo a media velocidad, consciente de lo de fuera pero como sin sentirlo. Un estar fuera del mundo que no desconectaba del todo, y que hoy ha tenido a bien en acabar en una memorable jaqueca. Y ahora, por fin, se terminó. Está zanjado. Me siento bien; despierta, consciente y con ganas de volver a empezar mi rutina. Y me he preguntado sobre cuántas veces más ocurrirá este caer en picado y volver a resucitar. Vivir es eso; caer y levantarse. Y en mi fuero interno le pido a Dios que sí, que esto ocurra muchas veces. Quiero estar. De eso soy consciente.

He aprendido mucho en estos dos días. Por ejemplo, he visto que el mundo, lo que me rodea, no lo sostengo yo. Que se sostiene solo aunque yo no esté. Así me creo yo de necesaria e insustituible. Pues no, no lo soy. También he aprendido que tenemos derecho a caer, a dormir, a decir ya no puedo más y no voy a hacer más. Aprender a decir basta. Y una cosa más aprendí; que lo de los demás no es responsabilidad mía (no sé qué tal le habrá ido a diminuta con sus exámenes, los ha preparado sola...).

En muchos trazos del camino, necesitamos un respiro. Siempre. Y hemos de ir a buscarlo si no queremos que nos encuentre (esta segunda opción es más complicada que la primera, mejor ir a buscarlo porque si te encuentra, lo hace un poco desesperadamente). Porque mira por donde, la entrada anterior, esa que titulada "esperando un respiro", fue a ser algo así como una premonición. Incapaz de encontrar un respiro por mí misma, vino por su cuenta. Mi cuerpo dijo basta, hasta aquí he llegado y no tiro más, eso dijo firmemente... y ahora te tumbas tres días por narices. Y se tumbó. Mi alma cedió, se dijo a sí misma, si tu cuerpo no tira, ¿qué puedo hacer yo? Y también se rindió. Literalmente fue así. La vida se tumbó. Ya lo creo que se tumbó. Totalmente. No había otra. Y se dedicó a dormir.

Y hoy, después de la zozobra, de cortar mi jaqueca y dormir toda la mañana, he despertado. Empiezo de nuevo. No sé hasta cuando. Hoy me siento bien, pero bien es cierto que aunque soy dura para las gripes, me suelen durar muy poco, esta la presiento e intuyo demasido corta... y no sé si habrá terminado del todo o no. Nunca se sabe bien con las gripes. Eso sí, hoy me encuentro muy bien. Y afortunadamente estos días han coincidido con mis descansos y no he tenido que estar con papeleos de bajas. Hubiera sido incapaz de ir al médico, imposible. Mañana volveré al trabajo y comenzará mi tiempo de nuevo. Con otras premisas, menos agobio y más consciencia de hasta qué punto soy yo la que ha de tirar por todo. No, no, no, nonononó. Todo yo, no. Eso ahora está más que claro. A ver lo que me dura...


16 comentarios:

  1. Una vez en mi vida se me ocurrió pedir un poco de descanso, cuatro o cinco días sin hacer nada, que me hicieran la comida. La respuesta de Dios fue clara en ese sentido: pide y se te dará. Cinco días acompañando a mi hijo en el hospital ¡con todos los gastos pagados!

    Otra vez pedí perder dos o tres quilitos, y me puse enfermísima con gastroenteritis, y los perdí.
    Ya no pido más nada. Ea.

    Un beso, guapa.

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  2. Sí, a veces el cuerpo dice basta. En realidad es que se pone de acuerdo con la mente y con el alma y entre esos tres, se nos ponen de huelga y que conste que nos avisan, pero muchas veces los ignoramos. Nos creemos tan poderosos que nos da lo mismo las señales que nos vayan enviando, dolores aquí y allá, noches de insomnio, ojeras, mal humor matutino que luego en vespertino y nunca se sabe cuándo se va, luego la risa se convierte en una mueca y sigues. Unos días casi lo consigues y a pesar de los achaques, sigues adelante e incluso te sientes enteramente tú, feliz con ese yo interior que solamente nosotros conocemos y al día siguiente, aunque no quieras, de pronto te derrumbas. El cuerpo te pasa facturas de las horas que no dormiste, del exceso de lágrimas, de la alimentación inapropiada y con prisas, en fin, que sí, que el mundo sigue dando vueltas aunque no estemos, así que mejor estar y hacerlo lo mejor posible para poder disfrutar la bendición de un día nuevo. Besos.

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  3. Cuídate mucho, Ana querida. Y descansa, aunque creas que ya no lo necesitas.

    Un beso a las dos. Y un abrazo bien grande también.

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  4. El mundo se sostiene solo sí, pero yo te he echado mucho de menos, mi mundo siempre se sostiene mejor con tus palabras y tu mirada.
    Me alegro de que estés recuperada y de este comenzar de nuevo.
    Un abrazo.

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  5. el cuerpo es muy sabio y siempre nos avisa de lo que nos pasa, es el primero en informarnos y es el último al que le hacemos caso. Cuando dices que te caes, hace ya dias que te has caido, tu cuerpo es el último en caer, y el primero en levantarse... es un superviviente nato... me alegro que estés mejor.

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  6. Cuidate.
    A veces "la vida se tumba", es verdad. Los límites nos dan un chapuzón de realidad. No son tan malos, es cuestión de contar con ellos.
    Me ha encantado eso de "No, no,no, nononono. Todo yo, no". Podemos cantarlo a coro, a dos voces, como si fuese un canon. Un abrazo.

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  7. Siento que hayas estado malita...
    Tú sabes que la vida sigue sin ti. Es cierto. Pero la vida de los que te quieren no es igual si tú no estás. Sabemos que te recuperas y esperamos. Esperamos ese renacer tuyo... porque aunque tú digas que no, se te echa en falta y la vida no es igual. Besos miles y cuídate, guapa.

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  8. Me ha encantado la versión de "Blowing in the wind" de esta cantante que no conocía.

    Salud, amiga¡¡¡ ... cansa eso de dormir a media velocidad.

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  9. ...por dormirme me dormí una vez en la "hamaca" de un dentista, debería estar al límite; la verdad es que me sentó genial! ...

    un abrazo Ana!!!!

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  10. Reponte despacio y tomate el tiempo que sea necesario. El año pasado yo hice lo que tú pretendes y recaí...
    Méjorate, amiga.

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  11. Mi querida Ana... ya pasó, cielo. Ya pasó y , como siempre, lo que pasa tiene el poso del aprendizaje. En el fondo...somos poca cosa. Y los límites los sabemos cuando nos hemos pegado una buena torta... Tú me entiendes... Y es entonces cuando subimos de golpe un montón de peldaños. Y desde allí divisamos con mucho más realismo hasta dónde, cómo ...hasta qué punto. A fuerza de puños caemos derrotados... Quizá te sirva si te digo que he pasado por todo lo que cuentas con tanta belleza en este post. Menos es más.

    Mi querida leonesa... Rompería la pantalla para poderte dar un abrazo.

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  12. Mi preciosa Ana, una no puede ser la mula de carga de absolutamente todo ¡nunca! El peso nos hundiría.
    Tira lastre y camina ligera.
    Un abrazo!!

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  14. Hola corazón. Yo he empezado el trimestre de aquella forma. Fui a clase casi doblada por el dolor de espalda el primer día, después una baja y reposo. El mundo no se paró, ni siquiera el mío. Mi hija la pequeña que hace las prácticas en mi cole, asumió comidas y cocina, mi marido la ropa y mi hija la mayor se erigió en colocadora de la casa. En el cole (¡MILAGRO!) mandaron una interina pronto (a los cuatro días) ¡todo controlado y yo me relajé...hasta tal punto que me he caído y me he roto un dedo del pie...puntos de sutura y en una semana nueva...¡no se puede una ralajar tanto!

    Cuando vuelva al tajo, yo asumiré gran parte de las cosas que ahora hacen otros, pero sabiendo que si yo paro, mi alrededor se pone en marcha.

    ¡Vamos a aprenderlo cielo!

    Besos y rebesos.

    (Perdona he borrado el comentario porque el teclado me ha jugado una mala pasada y casi no se entendía)

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  15. Eo...Anita...
    Bssssssssssssssssssssssssssssssss

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