WHERE YOU LEAD

HOY REGRESA LA PEQUEÑA GILMORE. NOS VAMOS DE VACACIONES.



... "where you lead, i will follow
anywhere that you tell me to
if you need, you need me to be with you
i will follow where you lead
If you're out on the road
feeling lonely baby, and you're cold
all you have to do is call my name
and i'll be there on the next train."

PALABRAS AL VIENTO

En la infancia permanece la esencia del equilibrio. Cuando a veces pienso en el lugar de mi infancia, en las voces que habitaron su sonido, en los colores que la iluminaron, entonces, y sólo entonces, soy consciente de que ya lo he recibido todo. Aquel mundo lejano sigue permaneciendo con su resonancia, con sus risas y también con su dolor de infancia, un dolor que siempre habita en la estancia del consuelo. Infancia de consuelo. Consciente de esto, sé que en mis manos, aún sigue viviendo aquel paraíso habitado. El olor de aquel tiempo aún se puede encontrar; en la risa de un niño, en la sombra de una nube, en el sonido de aquellos gigantes y cabezudos de mi infancia que de vez en cuando se pasean por mis sueños... Y en la llanura de aquel pueblo.

Aquel lugar de infancia al que mañana regreso...

_ Llanuras verdes. Ver subir y bajar el horizonte con el viento que mueve las espigas, el rizar de la tarde con una lluvia de triples rizos. El color de la tierra, el olor de la alfalfa y el pan. Un pueblo que huele a miel derramada.

Allí hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Donde los sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobre la llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcancía donde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás que allí uno quisiera vivir para la eternidad.

Allí, donde el aire cambia el color de las cosas; donde se ventila la vida como si fuera un murmullo; como si fuera un puro murmullo de la vida._

Pedro Páramo. Juan Rulfo.

INSOMNIO

I said_ I'm hurt. She said_ Honey let me heal it
And we danced all night to a soul fairy band
and she kissed me just right like only a lonely angel can.
She felt so nice, just as soft as a spirit in the night.
Janey don't know what she do to you.
Like a spirit in the night. Stand right up and let her shoot through me.

Llega un punto en que la noche despliega las alas, borracho de silencio la única alternativa que tienes es la de enfrentarte a tu alma, aunque no quieras. Insominio. La escondes porque en ella está el miedo a no encontrar ya fuerzas para saber de equilibrio. Sabes que sobrevolará la locura. Insominio. El alma entonces se desdobla, vislumbra la medida de su dolor. Y ahí está, el silencio de la noche. Sonríes por su acogida. Y te dejas llevar. Espíritus de la noche.

Ojalá te pudieras emborrachar. Quisieras ser un espíritu más. Insomnio. Quieres ser pero tu vida se arremolina en un aparente sinsentido, tu vida se convierte en un mundo irreconocible. Quisieras no haberlo habido. Un mundo de dolor por haber alcanzado el secreto demasiado pronto. Insomnio. Y ahora quisieras estar al lado de ellos, de su inconsciencia. Adormecido, con esa especie de velo que otorgan los espíritus de la noche. Para no ver. Insominio. Al lado de unos besos dulces. Dejándote contagiar por la noche. Insomnio. Y olvidar el abismo del miedo a no ser reconocido jamás por el día. Ya sólo irás buscando el azul del olvido. Oscuro. Espíritus de la noche.

Quizá en la muerte para siempre seremos,
cuando el polvo sea polvo,
esa indescifrable raíz,
de la cual para siempre crecerá,
ecuánime o atroz, nuestro solitario cielo o infierno.
Jorge Luis Borges.

(...)

"... a través del espectáculo de la muerte,
aprendí a valorar intensamente la vida."
* *

"... I USED TO RULE THE WORLD,
SEAS WOULD RISE WHEN I GAVE THE WORD.
NOW IN THE MORNING I SWEEP ALONE,
SWEEP THE STREETS I USED TO OWN."

** para Ginesillo.

ALBORADA

Por amplias que sean sus alas,
la luz auroral que sigue al alba es como un boquete,
un lugar que tiende a absorber y ofrecer al par
la inminencia de que algo inconcebible aparezca.

¿Un ser?


Un animal quizás, un ser viviente,
se dibuja casi, está al dibujarse.

Un ser viviente de aliento y de pasión,
un fuego oscuro por indiscernible
que luego resulta ser simplemente blanco.
Un blanco inextenso, un ser sin extensión.

¿Pensamiento?


Mira tan sólo. Es una mirada,
ya que la mirada de todo aquello que se manifiesta visiblemente
es lo único que no tiene extensión y, aun más, la borra.


Llega la mirada anulando la distancia,
quien la recibe queda traspasado, raptado o fijado;
fijado, si es la mirada de la luz.

Y cuando la luz nos fija es que nos mira, y, al mirarnos,
¿se sabría decir lo que sucede? Y, por no saberlo decir,
se borra: no crea memoria.


Y así, de esta mirada de la luz, nace, podría nacer,
ha nacido una y otra vez un pensamiento sin memoria.

Un pensamiento liberado del esfuerzo
de la pasión de tener que engendrar memoria y,
en su virtud, liberado también de toda representación
y de todo representar.

MARÍA ZAMBRANO.




Para mis padres,
que me esperaban sin esperarme
en ese día de mi primera luz. El 28.

La intemperancia;
¡No se puede tener tanta prisa, hija!

EL ORDEN DE LAS COSAS

Yuxtaposición. Poner una cosa detrás de la otra,
junto al desorden de tu nombre.

Eso es quererte.

El desorden de tu orden, esa es tu esencia. Esos pequeños tesoros que vas poniendo uno detrás de otro... observarlo todo eso en silencio. E ir colocando tu absoluto desorden en el desorden de mi caos. Eso es ir queriéndote.

¡Ay, diminuta! ¡Lo que es estar echándote de menos!
... Acabaremos comprando un gato. Lo sé. Argggg...
(...)

A LOVE SO BEAUTIFUL



EN ESTE MI TIEMPO... EN EL QUE SIN ESTAR TÚ,
AÚN SE LLENA CON TU PRESENCIA,
EN ESTE TIEMPO... TE ECHO DE MENOS.
EN ESTE TIEMPO, EN EL QUE AÚN SIENTO
TU CUERPO ACURRUCADO ENCIMA DE MI HOMBRO.
ana

(...)

Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y es que también me quiere con su voz.
Pedro Salinas

(...)

Y nada, nada, de lo que ocurrió después,
ni de lo que ya hubo antes
tuvo el peso inolvidable de tu cuerpo acurrucado.
Nada fue nunca el regalo más grande,
nada que no fuera el peso de tu cuerpo
dormido sobre el mío.

Nada, nunca, diminuta ana.



Imagen: Pintura de Jose Luis Quereda. Pintor mallorquín. Persona infinita.
Música: Roy Orbison. A love so beautiful.

EL LADRÓN DE BICICLETAS


Poder ganarse un futuro.
Caminamos para llegar a aquello que anhelamos,
para sostener el futuro de nuestros hijos con la mirada.
Y sin embargo, son ellos, a veces,
los que sostienen la nuestra.
Así... tan en silencio.

Esta película de Vittorio De Sica ganó un oscar en 1949 a la mejor película en habla no inglesa.

Antonio, el protagonista, consigue un trabajo que supone para él un estado de equilibrio, algo aproximado a esa palabra tan ajada que es la felicidad. Ante esta nueva circunstancia vuelve a sentirse una persona digna, sabe que su esfuerzo va a dar de comer a su familia. Para trabajar necesita un bicicleta, así que su mujer y él venden parte de las cosas que son su pequeño mundo para conseguirla. Sabe que ese gesto sostendrá el porvenir tan deseado. Pero la dicha se verá truncada, pues le roban la bicicleta. Su búsqueda hilará la trama de la historia. Una historia que está llena de gestos, perspectivas, miradas. Será una búsqueda dura, a través de ella iremos al encuentro de lo que nos enfrentará al realismo más duro; la mirada vacía de aquellos a quienes les ha sido robado el porvenir. La mirada del futuro cuando se queda sin posibilidad es la que encontramos en Antonio cuando deambula por las calles buscando su bicicleta. Sin posibilidad, no podemos sostener el futuro de nuestros hijos, pero necesitamos saber que el porvenir nos está esperando. Sin esa esperanza, no podemos continuar.

Poder ganarse un futuro habita en cada una de las posibilidades que el presente contiene.



El niño, testigo de todas las actuaciones de su padre, acoge la mirada de un padre derrumbado. Nada más infinitamente duro. Nada tan desgarrador como ese dejar de ser héroe en la mirada brillante de un hijo. En el tiempo final de la película, padre e hijo caminan pensativos, unidos por lazos invisibles. Y en primer plano, el gesto de una mano... esa pequeña mano que es recogida por una mano fuerte, llena de rabia, y protectora. Siempre protectora.

La interpretación de Lamberto Maggiorani en el personaje de Antonio es de una desolación infinita. Es curioso saber que no era un actor profesional, sino el obrero de una fábrica. Él sí podía saber lo que se esconde detrás de la mirada que sabe perdido el porvenir, no necesitaba interpretar. Su expresión es la de quien ve su porvenir truncado, justo en el momento antes de haberlo tocado. Es ese vacío de futuro, que es todo un grito de silencio, lo que ahora se toca; la existencia está en juego. Sabe que está solo. Y que a su lado permanece la mirada de su hijo, sus manos, sus pasos. Y sabe que a pesar de todo, quiere poner en sus pequeñas manos un trozo de esperanza, una especie de descanso, una tregua. Y se le ocurre entonces comprar un trozo de pizza, un trozo de tiempo que huela igual que una tarde de sábado.

Es una película de respiración lenta y contenida.

Y será cierto... perdida la mirada,
aún seguiremos buscando el porvenir.
Como si fuera un instinto, un reflejo,
la terca conspiración de la esperanza.


THUNDER ROAD

Hoy me enviaron esta canción, día de Santa Ana...
... yo, quería ser Mary.

Sólo son unos acordes, y de repente volvemos a estar allí, en aquella carretera de polvo que nos llevaba al mundo. No necesitábamos mucho más. Sonaba Bruce, y todo un mundo interior se revolvía, era la impaciencia que nos asaltaba, querer atravesar aquella carretera, llegar por fin allí, al lado del horizonte, que para nosotros era el latido del mundo. Ansias por comenzar el viaje. Querer salir de lo conocido. Intemperancia en estado puro. Aquellos dieciséis, diesiete años, y toda su necesidad de ir a patear aquella carretera de polvo que nos sacaría del lugar en el que nacimos. Dejar de vivir la vida en aquel lugar, tan visto, tan respirado, al que luego, tantas veces hemos querido volver....

... huíamos de lo quieto, de aquella sensación de haber perdido y estar perdiendo continuamente un tren, que al día siguiente no habría otro. O intuyendo que aunque lo hubiera, lo volveríamos a perder, que no era el nuestro. Necesitábamos la posibilidad, la huída posible, y esa oportunidad estaba en los acordes de canciones como éstas. Sabíamos que el viaje aún no sería, pero nos soteníamos con el latido de la oportunidad que en cada momento respirábamos. Era una posibilidad que permanecía como una puerta no cerrada del todo. Eso era Bruce.

(...)

La puerta con rejilla se cierra de golpe,
el vestido de Mary ondula,
como una visión en el portal
mientras suena la radio.
Roy Orbison está cantando para los solitarios
hey, ése soy yo y te quiero sólo a ti.
No me hagas volver a casa,
no tengo valor para estar solo,
no corras adentro cariño, ya sabes para qué estoy aquí.
Así que estás asustada y piensas
que quizá ya no seamos tan jóvenes.
Muestra un poco de fe, hay magia en la noche
no eres una belleza, pero, oye, no estás nada mal, y para mí está bien .
Puedes esconderte debajo de las mantas y estudiar tu dolor,
hacer cruces de tus amantes, tirar rosas bajo la lluvia,
pasar el verano rezando en vano
para que un salvador aparezca en las calles.
Bueno, yo sé que no soy un héroe, eso está claro
la única redención que puedo ofrecerte, niña
está debajo de este sucio capó,
con una posibilidad de que salga bien.
Oye, ¿qué más podemos hacer?
excepto bajar el cristal
y dejar que el viento lleve hacia atrás tu pelo.
Bien, la noche irrumpe con fuerza,
estos dos carriles nos llevarán a alguna parte.
Tenemos una última oportunidad de hacerlo realidad.
Cambiar esas alas por unas ruedas,
sube atrás, el cielo nos espera en el camino
Venga, coge mi mano
esta noche la tierra prometida será nuestra,
carretera del Trueno ...
Estirada ahí fuera como un asesino al sol,
sé que es tarde, pero podemos llegar si corremos.
Agárrate fuerte.

Bien, tengo esta guitarra,
aprendí a hacerla hablar y mi coche está ahí atrás.
Si estás preparada para hacer ese largo camino
desde tu portal hasta mi asiento delantero,
la puerta está abierta, pero el viaje no es gratis y sé que anhelas oír
las palabras que no he dicho.
Esta noche seremos libres,
se romperán todas las promesas.
Había fantasmas en los ojos
de todos los muchachos que rechazaste.
Rondan esta polvorienta carretera de la playa
en los esqueletos de Chevrolets quemados,
por la noche gritan tu nombre en la calle.
Tu túnica de graduación yace en harapos a sus pies
y en el frescor solitario antes del amanecer
oyes rugir sus motores ,
pero cuando llegas al portal ya se han ido con el viento.

Sube, Mary,
esta es una ciudad llena de perdedores
... y yo me voy de aquí para vencer.

DENTRO DEL LABERINTO

El laberinto.
Jorge Luis Borges.

Zeus no podría desatar las redes
de piedra que me cercan. He olvidado
los hombres que antes fui; sigo el odiado
camino de monótonas paredes que es mi destino.
Rectas galerías que se curvan en círculos secretos
al cabo de los años. Parapetos
que ha agrietado la usura de los días.
En el pálido polvo he descifrado
rastros que temo. El aire me ha traído
en las cóncavas tardes un bramido
o el eco de un bramido desolado.
Sé que en la sombra hay Otro, cuya suerte
es fatigar las largas soledades
que tejen y destejen este Hades
y ansiar mi sangre y devorar mi muerte.
Nos buscamos los dos. Ojalá fuera
éste el último día de la espera.

(...)



Lagarto, esto es una especie de guiño hacia tu espacio;
ese laberinto que tantas cosas me devuelve de la persona que ahora soy.

LAURA Y JULIO

Ed. Seix-Barral
“Las personas como Manuel y su padre, pensó Julio, se vestían de dentro para fuera, de modo que cada día, al levantarse, se colocaban las ideas, y sobre las ideas las vísceras, y sobre las vísceras los músculos, así hasta llegar a los tejidos de la ropa. Él, en cambio, se vestía de fuera para adentro. Primero se ponía el mono de motorista y, debajo, la ropa informal previsible en un decorador, y luego la epidermis, la dermis, las costillas… esperando que todo aquel decorado exterior diera lugar a un carácter original, a un pensamiento diferente, a una forma de enfrentarse al mundo insólita”.

He terminado un libro ligero, de esas lecturas que es agradable llevarte a cualquier sitio, lecturas de verano. Laura y Julio, de Juan José Millás, es una corta historia de a tres. Tres personajes que cobran presencia en la medida en que los otros dos existen. Presencias, cada una de ellas, sostenidas en muy diferentes realidades.

Manuel es un todo desde su simple presencia, aún sin actuar su ser se sostiene solo. Laura, consciente de la medida de sus sentimientos, actúa, vive porque siente. Y por último Julio, el personaje principal, cuya presencia simplemente se sostiene en lo que es su estructura exterior, lo que él es, viene de fuera. Julio, ante los hechos acontecidos se hace consciente de que nada interno le sostiene, entonces comienza su metamorfosis.

La historia es una reflexión sobre la medida de las personas. Unas se sostienen por sí solas. Son presencia cuya voz es todo un mundo, en ellas no hay doblez, son sólidas. Otras, sin embargo, se sostienen en la medida de lo que para sí se han inventado, en la medida en que el traje que llevan es sostenido para ser visto, el traje es lo que tiene peso. Sin él, se desmoronarían.

Es una historia sugerente. Julio, personaje principal, va cambiando a lo largo de sus páginas, es consciente de la ausencia de su propia persona cuando se mide ante el otro.
Se da cuenta de que a veces no somos más un simple traje deshabitado, que sólo intentamos sobrevivir. Julio es consciente de su realidad ante la medida de lo que el otro representa para él. Hay personas que son como el golpe de una piedra. Tras la herida, ya nada es lo mismo. Comenzamos a sentir. Julio, consciente de sí mismo, decide una cambio en el desenlace de su historia.

“Julio abandonó la bayeta sobre la encimera, decidido a enfrentarse a la niña, que era también un modo de enfrentarse a la angustia, pero comparó el cuerpo de ella con el suyo y comprendió que la niña tenía más alma que cuerpo, mientras que él tenía más cuerpo que alma. Y esa alma pequeña de la que disponía estaba perdida por algún sitio de su ser, como un botón en el dobladillo de un traje. Su incomunicación, su opacidad, subrayada ahora por los efectos de canuto, volvía a hacerse patente una vez más. Podía dirigirse al mundo, pero como si entre él y el mundo hubiera un muro de cristal.”

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA



El silencio se podría tocar en ese último instante del tiempo.

Está cargado con todos los recuerdos, con todas las presencias y ausencias de los días, con todas las esperanzas con las que se vivió, y con todas las desilusiones que se afrontaron. En ese instante de silencio en el que se recoge toda una vida, la vida entera, en ese escenario de misterio y silencio que es el último adiós, se presenta toda nuestra existencia. Somos plenamente en nuestro nombre.

Y nos quedamos consumidos por la respiración entrecortada, y con la mirada alejada, quemada por la fiebre de las palabras. Fiebre que es como un flotar para asirse a las palabras que nos dictan que es la hora de adentrarse en el misterio.
It´s time to die...

Nunca ningún silencio es tan infinito.
Ni la soledad tan llena de sonido.

ESPACIO



Ten, nine, eight, seven, six,
five, Four, three, two, one, lift off ...

(...)

Im stepping through the door.
And Im floating in a most peculiar way.
And the stars look very different today .

(...)

Can you hear...

(gracias por el recuerdo, Lagarto)

LA LECCIÓN DE MÚSICA

Pascal Quignard.
Ed. Funambulista.
 

Dicen que este libro es una pieza clave en la obra de Pascal Quignard, es el origen de Todas las mañanas del mundo, un libro que habla de música, que trata de las pasiones que provoca la música. Sainte Colombe, el personaje central, y Marais, una especie de discípulo suyo, viven inmersos en desencuentros, y les lleva toda una vida deshacerlos.La lección de música está formado por tres relatos: Un episodio extraído de la vida de Marin Marais, Un joven macedonio desembarca en el puerto del Pireo y La última lección de música de Chang Lien. Los tres relatos cuanto menos son enigmáticos y de una atracción que se hace consciente. Están construidos por párrafos que se sienten como una especie de pincelada, cada uno de ellos aporta un color al relato. Relatos que se van descifrando instante a instante, párrafo a párrafo, sin que lleguen a desvelarse del todo. Me ha parecido un libro extraño, un libro que no he acabado de aprehender, como una especie de desencuentro que aún así, mantiene con clara constancia la atracción por su lectura. La verdad es que no sabría calibrarlo, contenerlo y definirlo en mis palabras.Un pequeño misterio se intuye en cada párrafo, una especie de historia que queda aún por desentrañar... como si hubieras rozado algo que no llegas a sentir del todo, pero que sabes con certeza que está, que lo estás tocando. Y de fondo, el misterio infinito de la voz humana, el dolor por la ausencia de la infancia en la voz, y siempre, el anhelo de su retorno, voz infante que regresa ante el eco de una viola de gamba.

"Las voces humanas son en sí mismas sonatas que se abren a gritos. Se extienden entre el gorjeo y el balbuceo. Luego vienen las voces blancas de la angustia y el timbre metálico de los maníacos, las afonías terribles del desasosiego, la voz sorda, baja y mortecina de los depresivos y por último la voz destimbrada de los viejos en el momento de morir".
 
"Sainte-Colombe, en verano, se encerraba en su jardín en una pequeña caseta de tablones que había levantado en las ramas de una morera, con el fin de tocar allí la viola con mayor tranquilidad y placer. Marais se deslizaba por debajo de esa caseta; allí escuchaba a su maestro y podía disfrutar de algunos pasajes y toques particulares con el arco que a los maestros del arte les gusta reservarse para sí; pero esto no duró mucho, al darse cuenta Sainte-Colombe y cuidar de que su alumno no le escuchara más".
 El libro es una especie de meditación, un ir y venir sobre el misterio de la voz humana, sobre la música. Sorprendente y misterioso. Inabordable y atractivo. Como el pálpito de algo que se sabe certero, pero que no está a nuestro alcance asumir. Como el silencio que se queda atrapado detrás de ese sonido infinito que se oye por primera vez. Y exactamente igual a la rosa que te tienden pero que a tu mano le es imposible llegar. Aún así, no dejas de estirar tu brazo para alcanzarla. Creo que el libro que he leído, es una cosa así. Infinito y poco asible, como el sonido de una viola de gamba.

WHEN YOU TAUGHT ME HOW TO DANCE

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

Pedro Salinas.

*(mqm)

ESPEJOS


Somos ante los otros, en sus ojos permanece el límite de nuestra presencia, su mirada sostiene nuestra alma, nítida, real, permanente. Es un instante, un reconocimiento fugaz, e infinito. Mis ojos en tus ojos. Y ocurre… soy.

Absolutos desconocidos de nosotros mismos, buscamos el espejo que son los ojos del otro. En ellos está ese yo que tantas veces no reconozco. La certeza de lo que yo soy, reflejada en unos ojos que no son mi mirada. Presencia que se hace certeza, una imagen clara, silenciosa, y eterna. Y que permanece después, en los momentos de la soledad. Para siempre el recuerdo de quienes nos miraron con valentía, esos ojos en los que quisimos navegar, que nos hicieron conscientes de nosotros en nuestro propio olvido.

Necesitamos a los otros para poder mirar de verdad, para poder saber del eco de nuestra presencia. Ser al lado del otro para poder ser yo mismo.

Conforme vivimos son muchas las despedidas. Todos los días son una despedida. Sin embargo, hay miradas que se quedan para siempre.

Algunas duraron sólo una tarde, o dos, una simple comida, pero el encuentro será ya eterno, el efecto con el que nos sorprendieron se quedó en nuestro recuerdo. Siempre resonará aquel eco, y te quedarás pensando en el misterio de su presencia. Y en la certeza que te regalaron.

Otras presencias fueron todo un mundo, de largo recorrido, y ya no se oyen. Lloramos su despedida, pero pemanecen. Están en lo que ahora soy. Y en esa caja de infancia que quedó abierta, en la que recogí cada uno de los recuerdos que dejaron los ojos en los que me sostuve, en aquellos ojos que me supieron mirar. En esa caja abierta reposan cada uno de esos espejos en que encontré mi mirada, espejos que reflejaron lo que más fielmente soy.

Sigo caminando, y pienso en lo que esta por ser reconocido. En esos otros en los que me sostendré. En esas nuevas casualidades que sabrán decirme más cosas de mí que ahora desconozco, y también en lo que de mí olvidé, aquello que supe ser y que ya no soy. Porque sin los otros, yo sé, que no soy nadie. Nadie.

Sin amigos, no podríamos ser.

(...)

No creáis al ligero lamento
cuando la mirada del apátrida
aún os rodee con pudor.
Sentid el orgullo con que el decir
más puro todavía todo oculta.
Percibid el temblor delicado
de la gratitud, de la lealtad.
Y sabed: siempre renovado
el amor dará.

A los amigos. Hanna Arendt

MARIETA



A veces sucede... que nos quedamos con las manos llenas.
Y con las manos llenas regresamos... con esa sensación, como de idiotas.
Ycomo así, tan innecesarios. Sintiéndonos, tan poca cosa. Invisibles.
Y sólo deseamos poderlo contar con un poco gracia.
(...)
Que al final, como mínimo...
... quede el eco de nuestra propia risa.
Y queda, ya lo creo que queda.
(MQM)

SORPRENDENTE RUTINA

La pequeña se ha caído. Me he acercado y la he ayudado a levantarse. Lloros. Consuelo. Hemos llegado hasta el pequeño botiquín de la enfermería y me dejan curarla. Y de repente, de sus labios, el regalo más grande del mundo: una conversación con la rutina, esa sabia y a veces aparente anodina rutina.

_ ¡Ay!... Me duele, que me escuece... espera mamá... ¡ay! ...ufff_ Mientras habla, agita un poco la rodilla. Yo intento que permanezca calmada, quieta.
_ Nada, esto no es nada, no llores más. Venga, vamos a curarla, mira... la limpiamos... ahora echamos un poco de yodo...
Ella observa silenciosamente y algo temblorosa el modo en que se lava la herida, la aplicación del yodo, y ese final tan esperado por los niños, ese cubrir la herida con un apósito. El apósito es lo más importante. Representa el triunfo ante sus lágrimas.
Sus ojos absorben todas estas cosas tan sencillas con una norme profundidad.
_ Venga, peque... que esto ya está.
_ ¡Ay mamá!_ dice con sorprendente felicidad_ ¿Te das cuenta de todas las heridas que han curado tus manos? ... ¿Eh?... ¿Te das cuenta de cuántas personas han cuidado?...


El recuerdo de esta escena me deja sin palabras y con una enorme gratitud hacia ella. Al lado de mi peque fui capaz de mirar mis manos, de observar la poca o mucha grandeza que en ellas habita. Muchas veces no somos conscientes de quiénes somos, y ocurre que un día, la rutina, esa anodina continuidad en el devenir del día, te subraya como un todo, te define ante la grandeza de ese algo pequeño que sólo tú posees. Eso ocurrió aquel día, que de repente, aparecieron mis manos. Las manos como la expresión de lo que somos. Las manos, que mantienen el primer contacto con lo que recibimos, que también son la última morada de lo que entregamos. Las manos como un infinito. Las manos como medida de nuestra presencia, justo en ese instante en que se quedarán vacías. 

Pintura: Cueva de las Manos. Patagonia. Argentina. -
© Secretaria de Turismo Buenos Aires .

GRATITUD

Siempre, la presencia de la risa.

Inevitable.

Y hacia la risa, siempre, gratitud.

(MQM)

IF THE LIGHTS GO OUT



Then I'll be here with you.
I'll go down with you.

NEWSPAPER

Cuando ya no haya adelantos que propagar, injusticias que denunciar, débiles a quienes amparar, fuertes a quienes contener, entuertos que enderezar, aspiraciones que defender, teorías que discutir, verdades que investigar, leyes que combatir y hombres que mejorar... entonces, en el último periódico, el último periodista escribiría esta gacetilla:

"Para dedicarse a la felicidad de vivir deja de pertenecer a la redacción de este periódico, don Fulano de Tal, que era su único redactor."

* El arte de ser periodista. Rafael Mainar. 1906. Editorial Destino.

CIUDADANO KANE


El verano suele tener ratos de ocio, ratos que a modo de siesta nos dejan cierto descanso. Así son estas tardes o noches de cine que en verano son más frecuentes. Todo un regalo. Ayer volví a ver esta película que a día de hoy, me sigue fascinando.


Hay quien juzga esta historia como la mejor película de todos los tiempos. Yo no tendría argumentos para demostrarlo, sólo sé que la historia es atractiva y profunda, que mantiene en todas sus escenas el interés, que es una metáfora de la infinitud de miradas que se pueden realizar sobre una persona. A mi juicio es una película que deslumbra en el momento en que uno se mete en ella y va descubriendo los numerosos detalles que crea este impresionante puzzle que siempre es una persona, en este caso, el puzzle, ficha a ficha, de quien fue Charles Foster Kane. Intuyo además, que esto no se observa fácilmente en esa primera vez que te acercas a la película, sino cuando ya has pasado sobre ella varias veces. Cuando ya cada detalle visual, que son innumerables, se va quedando en la retina y nos va mostrando esa gran cuestión de fondo que la historia va dejando en su devernir. Esa multiplicidad de miradas que reposan en una sola persona, y esa cuestión latente sobre el poder.


¿Puede un hombre querer todo el poder tan necesariamente y con tanta avidez? ¿Puede un hombre quererlo todo hasta llegar a perder su alma?


El argumento de la película es muy sencillo. El magnate de la prensa Charles Foster Kane fallece acompañado solamente por sirvientes en su gran mansión, y la última palabra que pronuncia es "Rosebud". Con la intención de averiguar su significado un periodista comienza una investigación e intenta entrevistar a las personas que vivieron y trabajaron con Kane. En los encuentros con cada una de esas personas afloran vivencias y recuerdos que ayudan a modelar la compleja imagen del fallecido millonario, pero a lo largo de la película esa palabra es un misterio. Sólo el espectador conocerá su origen y significado y su relación directa con las pequeñas cosas que al final son las que sostienen nuestra presencia.


Ciudadano Kane es la historia que nos habla de las cosas perdidas, de las despedidas que supone ir viviendo, y del anhelo, consciente o inconsciente, que arrastramos por esa pérdida. Una historia que se presenta como un puzzle en el que se van colocando las piezas y donde cada pieza es la mirada del otro, aquella perspectiva que los demás percibieron al estar ante la presencia de Kane. Una historia de valores, de valores esenciales, rotundos e infinitos, y de su pérdida.


Nada compensa la ausencia de alma, nada, pero entramos ya en una valoración personal. Ayer fue tarde de cine.

WHAT´S LOVE FOR? ...

Sé que tú no me harás daño,

que no me lo harás, al menos, sin avisarme.

DESPEDIDAS

Para mi, la única cosa verdaderamente natural sería desaparecer junto con mi mundo africano; me parece una parte vital de mi misma en idéntica medida que mis ojos o que cualquier talento que yo pueda tener.

Yo tenía una granja en Africa, al pié de las colinas de Ngong...
... resulta muy difícil contemplar toda una parte de la vida de una y decir: no queda nada de todo esto.




Creo que la vida, para devolvernos algo, nos exige que la amemos, no solemante a alguno de sus aspectos, y no solamente nuestras ideas e ideales, sino que amemos la vida misma en todas sus formas... Pienso que las personas que sienten este amor, incluso las menos dotadas y las peor equipadas, reciben muchísimo de su propia existencia, mientras los más dotados, a quienes esta amor falta, son en reliadad muy pobres. 


Tengo la convicción de que la vida es muy bella, rica y grande; y lo seguiría pensando aunque acabara muriendo en un basurero. Y esto es lo que siempre deseo para tí, querido hermano, que veas el bello rostro de la vida a través de todas las miserias que tendrás que ver, y sin perder la fe. Seguir viendo la esencia interior de las cosas, la sensación del gran valor de lo divino, del talento, de lo particular, de la belleza; del temor a verlo derrumbarse y derramarse sin haberlo acariciado tan siquiera.

(...)

La tumba en las colinas...
_ Aquí están tus gansos tristes, dijo.
Vi gansos grises sobrevolando los llanos
Patos salvajes en el aire alto
Inmuntables de horizonte a horizonte
Con sus almas endurecidas en sus gargantas
Y su gris blancura ondulando en los enormes cielos
Y los rayos de sol sobre las colinas arrugadas.
Luego se fue para siempre, despidiéndose con la mano.




En la estación de Samburu bajé del tren mientras echaban agua a la máquina y paseé con Farah por el andén.
Desde allí, al suroeste, vi las colinas de Ngong. La noble ondulación de la montaña se alzaba sobre la tierra llana, toda azulada como el aire. Pero estaba tan lejos que los cuatro picos parecían insignificantes, apenas distinguibles y muy diferentes a como se les veía desde la granja. La silueta de la montaña fue borrada y nivelada lentamente por la mano de la distancia.

Tengo la sensación de que en el futuro, me encuentre donde me encuentre, me preguntaré siempre si estará lloviendo en Ngong.


Thomas Dinesen fue a recibir a su hermana a Marsella, donde desembarcó el 19 de agosto de 1931. Llegó en el S/S Mantola. Al cabo de varios días de estancia en Montreux, donde Karen Blixen repuso algo sus fuerzas en la clínica Valmont, continuaron el viaje a través de Europa. El 31 de agosto regresó a casa de su madre, Rungstedlund, la casa donde Karen Blixen iba a pasar el resto de su vida.


Regresar a los brazos de una madre y ser recibida en ellos es el mimso milagro eterno y natural que cuando florece el bosque todos los años; la tierra, abierta y desolada, donde soplan los vientos contra ella, se ahueca súbitamente en bóveda, como un cobijo, y entonces todo al mismo tiempo, libre y fresco, se inclina sobre mí como para bendecirme, y por ese camino marcha una como con una bendición permanente...
Karen Blixen


* Cartas desde África. Isak Dinesen. Editorial Alfaguara.
* Memorias de África. Isak Dinesen
.
Una película de horizontes: Memorias de África.
(para Blanca Beorlegui, que también encontró en Africa su horizonte infinito)

PRINCIPIANTES

I've nothing much to offer.
There's nothing much to take.
I'm an absolute beginner...



Estar al principio de un todo que se desconoce,
realidad que desborda,
... saberse principiante.
Ir con toda tu presencia al encuentro
de lo insondable,
confunfida el alma,
y de fondo el absoluto silencio.

Estamos solos,
el sonido es de olvido.
Absolutos principiantes.


ana

EL ÁNGEL DEVASTADO




Hace ya tiempo leí la biografía de Annemarie Schwarzenbach; escritora, periodista, y reportera gráfica nacida en Zurich, en 1908. Murió trágicamente en 1942.

Siempre he sentido mucha atracción por la lectura de biografías. La vida de otro ser humano es siempre una obra, constituye por sí misma una obra. Una biografía es siempre la narración de un tiempo creador, y su eco siempre tiene algo que susurrarnos. Leer el tiempo de otras personas siempre nos regala algo, una mirada diferente, el descubrimiento de lo que yo también anhelo, o la certidumbre de lo que siento ser, a pesar de las diferencias tan infinitas entre mi tiempo y el presentido durante la lectura. Annemarie me cautivó. La honda profundidad de su mirada es algo que ya no supe olvidar. Sus ojos en esas fotos me parecen inmortales, infinitos, insondables. Como sus palabras:




Mas cuando me despierto de noche, y
mi mirada,
atravesando la oscuridad,
suspendida en el espacio denso,
parece ciega y
aniquilada,
y entonces empieza a tejerse
esta malla
y mis manos están
lacias y mis pies distantes y ya no
me pertenezco,
y, solitario, mi corazón
palpita
murmurando
como las fuentes de la infancia.
Cuando, sometida a tales tribulaciones, debo
permanecer a la escucha, entonces
se eleva la muerte, por encima de las
mágicas orillas del
mundo, sumido ahora en un profundo sueño
y dejo de
existir.


  He vuelto a releer los libros que se asoman a su vida. Lo he hecho y me he parado a ratos en cada rastro de lápiz que dejé en la hojas durante aquella primera lectura. El novelista francés Roger Martin du Gard identificaba a Annemarie Schwarzenbach con la imagen de un hermoso ángel inconsolable.

Y es cierto, pudiera ser cierto, que fuera ese ángel devastado. Sus ojos tienen posos de infinita incertidumbre, y también de una insondable tristeza. He leído dos libros sobre ella; es una presencia inquietante. Desde su mirada se acaba intuyendo que su existencia quizá no fue más que una búsqueda, la búsqueda del Absoluto. Ella, la búsqueda de ese único que queremos encontrar, de ese único que somos ante los demás, ante la mirada de los demás: saber habitado mi nombre en los ojos que me miran.

Ella, Annemarie, fue valiente, extremadamente valiente a pesar de todo lo que ella sentía como límite. Se intuyó siempre irremediablemente condenada al fracaso, sintió latir atormentadamente su alma frágil en esa vida esencialmente trágica que le tocó vivir. Siempre se vio sumergida en esa sentida incapacidad para existir en la realidad. Pero no se rindió, buscó siempre su presencia a pesar de los miedos que habitaban su vivir. Su pasión, su lucha, su necesidad era moverse, viajar. Vivir... vivir era eso que no le dejaba tregua, vivir era ese dolor que ella siempre afrontó.

Ella, el ángel devastado, un ángel inscrito en un tiempo atormentado de por sí, de crisis palpablemente latente, luego real, arrolladora. Aquel tiempo de Europa que le tocó vivir era un profundo desgarro, el mundo entero era un conflicto sin resolver, un paisaje devastado. Así era su mundo. Y así era ella. Sus ojos sólo eran espejos, espejos que recogían la verdad de un mundo roto, una realidad que ella misma sentía también ser. Esencia rota, y aún así, mirada que nunca renunció a ver. Sus ojos seguían observando, buscando, luchando por ese único que ella sentía latir. Ojos serenos que decidieron descansar en la infinita tristeza. Ojos insondables de atracción serena.

Sí, quizá los otros nunca comprendieron… nunca pudieron ver lo que ella sabía… “entonces surgió, al fin, la única imagen capaz de serenarla; ante sus ojos empezó a crecer un árbol, un árbol que había visto a orillas del río Congo una noche… presente, intacto y de una belleza imperecedera.”

* Annemarie Schwarzenbach. Dominique Grente- Nicola Müller. Editorial Circe.
* Ella, tan amada. Melania G. Mazzuco. Editorial Anagrama.



IF YOU WERE A SAILBOAT ...

You took a chance on loving me,

I took a chance on loving you.

*(mqm)