PRIMERA PARADA

La necesidad de lo eterno. Saber que nada se pierde; que esto que puedes tocar con tus manos hoy no será perdido para siempre. Ocurrió en la primera curva del camino, poco después de haber puesto en marcha el coche. Aparqué en un recodo de la carretera protegido por un árbol. Toqué la corteza rugosa de su presencia, y la quise firme en cada uno de mis días. Me apoyé sobre el coche, y su tacto me dio la seguridad de que todo se queda siempre. Que hay presencias eternas que te rozarán siempre el alma cada vez que el aire venga a mover tu pelo. Nada se pierde nunca, nada. Nunca la vida se pierde, nunca el tiempo es perdido; hay presencias que estarán siempre a tu lado.
* Para Lisset.


10 comentarios:

  1. Ana, hoy me ronda especialmente este tema y ando hipersensible, a flor de piel. Y te he leido y me he dicho ¡ay Ana, cómo te quiero!. Encontrarme en tus palabras.
    Un abrazo y feliz viaje.

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  2. Suele ser difícil saber quién deja huella en quién, si nosotros en el camino, o el camino en las personas. Probablemente las dos cosas.

    Besos

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  3. Ana, vine antes a agradecerte tu visita y a charlar un poquillo contigo, pero cuando ya había escrito mi comentario, blogger me lo borró y no se publicó.
    Te decía que la vida es una carretera, todos tenemos que seguirla, pero lo que diferencia unos caminos de otros es el talante con que la afrontamos.
    Con tu diminuta de copiloto, seguro que no perderás la alegría de seguir y seguir.
    Intentaré enviar el comentario.
    Feliz verano, amiga

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  4. Sí, Ana. Y afortunados los que pueden decirlo y sentirlo y vivirlo como tú lo has expresado.
    Un beso a Lisset.

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  5. A la orilla del camino veo una fuente y bebo, el agua está fresca y me trae sabores de montaña, sigo, en un recodo veo un árbol y en su copa un nido y me siento ave en su casa, sigo, me gusta el camino, es un contínuo descubrimiento y a cada momento veo que hay vida más allá de la mía.

    Saludos,

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  6. lee mi mensaje en el post anterior.
    un abrazo

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  7. Gracias, Ana. Se está haciendo dura la despedida. No sé por qué me niego a decir adiós si él ya se marchó y ya no puedo decirle, de hecho, no pude decirle adiós. No sé si escuchaba pero ya no respondía y me quedé con ganas de decirle tanto. Ojalá me escuche, ojalá sepa todo lo que significó para mí. Besos.

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  8. Quizás, como decia Joyce, en la memoria de los vivos perviven los muertos más que en ellos mismos. No sé, yo soy más como Proust, sempre buscando el tiempo perdido.

    Besos!

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  9. Preciosa canción que te acaricia el alma te hace sentir la sensación de estar flotando.
    Yo creo que el camino es lo importante y donde te lleve si aprendes a disfrutar del camino no importara hacia donde vayas.

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  10. Un abrazo enorme, me gusta, me gusta cada una de las palabras que dejáis aquí. Un abrazo. Y que nada se pierda, que todo lo importante se quede siempre flotando en la memoria.

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