DESPEDIDAS

Para mi, la única cosa verdaderamente natural sería desaparecer junto con mi mundo africano; me parece una parte vital de mi misma en idéntica medida que mis ojos o que cualquier talento que yo pueda tener.

Yo tenía una granja en Africa, al pié de las colinas de Ngong...
... resulta muy difícil contemplar toda una parte de la vida de una y decir: no queda nada de todo esto.




Creo que la vida, para devolvernos algo, nos exige que la amemos, no solemante a alguno de sus aspectos, y no solamente nuestras ideas e ideales, sino que amemos la vida misma en todas sus formas... Pienso que las personas que sienten este amor, incluso las menos dotadas y las peor equipadas, reciben muchísimo de su propia existencia, mientras los más dotados, a quienes esta amor falta, son en reliadad muy pobres. 


Tengo la convicción de que la vida es muy bella, rica y grande; y lo seguiría pensando aunque acabara muriendo en un basurero. Y esto es lo que siempre deseo para tí, querido hermano, que veas el bello rostro de la vida a través de todas las miserias que tendrás que ver, y sin perder la fe. Seguir viendo la esencia interior de las cosas, la sensación del gran valor de lo divino, del talento, de lo particular, de la belleza; del temor a verlo derrumbarse y derramarse sin haberlo acariciado tan siquiera.

(...)

La tumba en las colinas...
_ Aquí están tus gansos tristes, dijo.
Vi gansos grises sobrevolando los llanos
Patos salvajes en el aire alto
Inmuntables de horizonte a horizonte
Con sus almas endurecidas en sus gargantas
Y su gris blancura ondulando en los enormes cielos
Y los rayos de sol sobre las colinas arrugadas.
Luego se fue para siempre, despidiéndose con la mano.




En la estación de Samburu bajé del tren mientras echaban agua a la máquina y paseé con Farah por el andén.
Desde allí, al suroeste, vi las colinas de Ngong. La noble ondulación de la montaña se alzaba sobre la tierra llana, toda azulada como el aire. Pero estaba tan lejos que los cuatro picos parecían insignificantes, apenas distinguibles y muy diferentes a como se les veía desde la granja. La silueta de la montaña fue borrada y nivelada lentamente por la mano de la distancia.

Tengo la sensación de que en el futuro, me encuentre donde me encuentre, me preguntaré siempre si estará lloviendo en Ngong.


Thomas Dinesen fue a recibir a su hermana a Marsella, donde desembarcó el 19 de agosto de 1931. Llegó en el S/S Mantola. Al cabo de varios días de estancia en Montreux, donde Karen Blixen repuso algo sus fuerzas en la clínica Valmont, continuaron el viaje a través de Europa. El 31 de agosto regresó a casa de su madre, Rungstedlund, la casa donde Karen Blixen iba a pasar el resto de su vida.


Regresar a los brazos de una madre y ser recibida en ellos es el mimso milagro eterno y natural que cuando florece el bosque todos los años; la tierra, abierta y desolada, donde soplan los vientos contra ella, se ahueca súbitamente en bóveda, como un cobijo, y entonces todo al mismo tiempo, libre y fresco, se inclina sobre mí como para bendecirme, y por ese camino marcha una como con una bendición permanente...
Karen Blixen


* Cartas desde África. Isak Dinesen. Editorial Alfaguara.
* Memorias de África. Isak Dinesen
.
Una película de horizontes: Memorias de África.
(para Blanca Beorlegui, que también encontró en Africa su horizonte infinito)

2 comentarios:

  1. Gracias, Ana. Gracias por este regalo.
    Observaba el rostro de Redford en el segundo vídeo. El rostro que la contempla a ella... La música que anula las palabras y se hace más elocuente la mirada. Una mirada con muchos registros.

    Un post BELLO, BELLÍSIMO. Un regalo.

    Lo he leído tres veces y he visionado dos los vídeos. Un rincón al que volveré seguro... para encontrar en África la grandeza... la ternura... la inmensidad que nos puede regalar la vida.

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  2. Y te recomendaría acercarte a sus libros... la película sólo es un episodio de su vida, aquel que refleja su amor por Dennis... por todo lo que Dennis fue de regalo, de libertad. Se confesaba unida irremediablemente a él, a sentirse feliz cuando él estaba, y a sufrir cuando se iba... y amaba sin condiciones ese destino. Su propio destino.

    Africa fue una despedida de la que probablemente no se recuperó nunca. Fue allí donde ella pudo ser de verdad.

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