Hoy, en el blog de Suso, he sabido de la existencia de un nuevo poeta; Jose Antonio Muños Rojas. Suso hacía incapié en su libro “Las cosas del campo”: Curiosa he ido a internet, y he hallado esto. No he podido dejarlo pasar. Y aquí lo cuelgo. Desde aquí, gracias a Suso. No había oído hablar de este autor. Cuánta gente de silencio puede llegar a ser tan inmensa. Espero ya emocionada poder navegar la mirada en su prosa.
Y por mi parte, ahora, voy a seguir buscando las gafas... toda la santa vida buscando las gafas, y así, sin ver.
* gracias Suso. http://susomendive.blogspot.com/
Interesante post.. gracias por compartirlo..
ResponderEliminarUn abrazo con mis
Saludos fraternos de siempre..
Que tengas un buen fin de semana...
http://cadavidaimporta.org/
ResponderEliminarDe nada, amiga: me ha encantado lo de las gafas,¡siempre buscándolas!
ResponderEliminarSuso, en mi caso es literal... es difícil buscar algo para ver cuando se ve mal... y pensé al leer esto que en la vida nos pasa tantas veces...
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo cuando pierdo algo así, lo que suelo hacer es una retrospección completa de mi vida de varias horas atrás. procuro pensar lo que pensaba, sentir lo que sentía... Es mejor que el psicoanálisis :)
ResponderEliminarNoSurrender, mil veces mejor... pasearse por esas horas en las que hemos habitado momentos, o viceversa, en que los momentos nos han habitado a nosotros.
ResponderEliminarBesos.
Ginesillo, gracias.
ResponderEliminarY si no necesitamos gafas ?...Y si no estamos ciegos ?....Y si no hay mas ojos que los nuestros ?
ResponderEliminarun abrazo desde la ceguera
NO te preocupes, Alfonso, vive, a pesar de la ceguera... esos son tus ojos... y si son... es porque Dios los quiere así... si no, te hubiera puesto unas gafas que no se pierden... jajajaja
ResponderEliminarA otros nos las pone y luego nos las quita. A otros no se las quita. Y otros... en fin, tienen unas gafas que ellos mismos, iluminados, se han inventado y nos quieren hacer ver que son las verdaderas.
Tú sigue, así cegato, yo con mi miòpía, detrás de mis gafas... pues sin ellas algo intuyo pero no lo veo nítido... y si las encuentro... lo veo tan claro... así que cada cual con su historia.
Dios nos quiere a todos por igual.
(anda... reíte)
Desde siempre vi mal de lejos, ahora también de cerca.
ResponderEliminarMe agarro a las gafas como a tabla de salvación y aún así sigo sin ver muchas veces.
Unos ojos que no me sirven, pero son con los que tengo que ver.
Un beso, Ana.
Cuando no enfoco con claridad pienso:
ResponderEliminarNo hay mas Dios que tus besos, ni mas bandera que tus labios, ni mas patria que tu cuerpo, ni mas religion que quererte.
Esas son mis unicas gafas
Lolo, que sepas que siempre te leo atenta la mente. Besos.
ResponderEliminarAlfonso, pues sabes lo que te digo, que no son malas gafas las tuyas, ni tienes unos ojos tan cegatos... jajajaja. Y te servirán, ya lo creo. ;))